Un mapeo de la riqueza de Colombia dentro de Latinoamérica y en el mundo, a cargo de Manuel Felipe García Ospina y un intenso debate sobre private equity (presentado como el asset class de los family offices) fueron los momentos más destacados de la segunda jornada del Black Bull Summit de Bogotá.
Transición energética, turismo, consumo de la clase media, manufacturas, business to business… el campo de oportunidades que brindan en estos momentos los mercados privados de Latinoamérica es enorme y, además, “este es el momento de los family offices” porque en medio de la inestabilidad “hay que tener estómago para invertir” y los empresarios que están en las familias de altos patrimonios entienden ese tipo de riesgo y pueden pensar en el largo plazo.
El panel protagonizado sobre private equity contó con la presencia de Elena Achar (Group CEO, Strategia Latam), Santiago Castro (VP Private Equity Samercol FO), Paola García (directora ejecutiva ColCapital) y Edwin Polanco (Principal Atlantic-Pacific Capital).
Paola García describió el private equity colombiano como una “industria joven”, de apenas 10 años, como sucede en muchos países de la región. Pero en ese tiempo han nacido y se han desarrollado en el país 119 gestoras que manejan ya 14.000 millones de dólares, alcanzan 28 de los 32 departamentos del país y generan más de 260.000 empleos. Energía, sector inmobiliario, petróleo, gas, infraestructura y servicios, entre otros, forman parte de los sectores que alimentan la clase de activo, que se distribuye principalmente a los fondos de pensiones.
Los ponentes hablaron de política y de la desconfianza que genera entre las familias adineradas y los empresarios la llegada de los gobiernos de izquierdas a Latinoamérica . Pero, aunque la salida de los capitales es una realidad, un experto argentino destacó que la salida de los inversiones internacionales representa una oportunidad de compra de activos para los empresarios locales y los family offices: “Cuando hay crisis se van los fondos internacionales y entran las familias”.
En Latinoamérica falta coordinación entre las firmas de capital privado, además de un mejor conocimiento de cada economía. Así, Elena Achar destacó el boom del turismo en México y los problemas para invertir en energía debido a las trabas del gobierno, mientras que en Colombia la oportunidad estaba precisamente en la transición energética, que se beneficia de estabilidad jurídica y ventajas fiscales. Pero el turismo también aparece como “el nuevo petróleo” de Colombia, junto con el impulso del consumo de la clase media, fundamental como motor de la economía latinoamericana en este ciclo.
Mapeando la riqueza en un mar de liquidez
El estado de la riqueza de Colombia, comparada con la región (y concretamente México) fue examinado con un torrente de esquemas y datos por parte de uno de los ponentes estrella de este Summit, Manuel Felipe García Ospina, vicepresidente Wealth Management de Skandia Colombia.
El 74% de los colombianos tiene menos de 10.000 dólares de riqueza, explicó el experto, y el universo de adultos que tienen mss de un millón de dólares se sitúa en las 39.943 personas, para una población de 50 millones de habitantes. En Colombia, sólo 120 personas tienen más de 150 millones de dólares.
¿Qué nos dice esto?: según García Ospina, Colombia tiene poca riqueza si se compara con el mundo y la región, pero el potencial de crecimiento es grande.
Si se compara con México, los niveles de riqueza en los segmentos de ese país son hasta nueve veces más altos. A nivel mundial, Colombia también aparece en un lugar modesto, aunque la distancia se acorta en los ultra altos patrimonios.
A la hora de analizar las preferencias de los family offices en Colombia y en el mundo, queda claro que, a nivel global, las familias adineradas son las que más invierten en los activos alternativos, lo que sugieren mayor sofisticación y manejo del riesgo que la media de los inversores. Pero en Colombia, el sesgo es todavía conservador, con un “páter familia” que tiende a tomar las decisiones y opta por la seguridad de la renta fija o el ladrillo.
A nivel mundial, el efectivo sigue siendo el principal activo de inversión, seguido de lejos por la renta fija y las acciones. Así, a pesar de la subida de tasas y del contexto económico, los actores de la economía siguen navegando en un mar de liquidez y la inversión en alternativos es realmente pequeña.
Diversificación, mayor sofisticación y una mayor educación financiera son los desafíos del segmento de altos patrimonios en Colombia y la tarea que tienen por delante los family offices.