Según el estratega de soluciones sostenibles multiactivo de Robeco, Arnout van Rijn, los mercados emergentes son los que ofrecen ahora mayor potencial alcista, ya que los problemas económicos siguen atenazando a los mercados desarrollados. La convicción de la gestora queda reflejada en que las carteras multiactivo de Robeco sobreponderan ahora los valores de mercados emergentes, después de muchos años en los que esta clase de activo se quedó rezagada. En sus perspectivas a cinco años, prevé una rentabilidad anualizada del 4% en los mercados desarrollados, y del 5,25% para los mercados emergentes.
Según explica Van Rijn, entre los factores a favor se incluye el hecho de que sus bancos centrales no se embarcaron en las inflacionistas políticas QE de creación de dinero seguidas en Occidente. Por otra parte, considera que muchos mercados desarrollados se enfrentan a una posible recesión, al tratar los bancos centrales de combatir una inflación disparada con la subida de los tipos de interés como su principal herramienta.
“Siempre se ha vendido que los mercados emergentes ofrecen mayor riesgo y rentabilidad, al calor de un crecimiento económico superior. Si analizamos su patrón de comportamiento desde 1992, año que marca el nacimiento de esta clase de activo, este patrón no se cumple. En su lugar, hemos tenido dos enormes y prolongadas ondas alcistas, y dos períodos decepcionantes con peor rendimiento relativo, sobre todo los diez últimos años. Creemos que podemos estar al principio de un nuevo repunte relativo que podría durar años”, afirma Van Rijn.
Según Van Rijn, una de las cuestiones a vigilar es la de si los mercados emergentes pueden desvincularse de EE.UU. De ser así, empezarán a seguir el liderazgo de China más que el de EE.UU., aunque la creciente fortaleza china y su gran alcance limita los beneficios de la diversificación entre los distintos países.
“EE.UU. domina en el mundo desarrollado, mientras que, en los mercados emergentes China es, con diferencia, la mayor ponderación del índice. Sin embargo, ambas series de rentabilidades están determinadas por lo que pasa en EE.UU. Se mueven al alza o a la baja al mismo tiempo, pero, a la postre, EE.UU. ha ofrecido muchos mejores rendimientos en la última década”, afirma Van Rijn.
El experto tiene la convicción de que hay una posibilidad razonable de que los mercados emergentes se desacoplen, de la mano de la recuperación no sincronizada que se registra en China y del efecto positivo que ello tendrá en el resto de Asia.
Ortodoxia de los bancos centrales
Para Van Rijn, la disparidad existente entre los bancos centrales y los enormes programas de expansión cuantitativa también juega a favor de los mercados emergentes. “En un mundo en el que las políticas monetarias no convencionales se han convertido en lo habitual, los bancos centrales de mercados emergentes destacan por su ortodoxia. Incluso durante los peores momentos del COVID-19 en 2020, pocas economías emergentes exhibieron un crecimiento superior al 10% en su agregado monetario M2, cifra muy moderada en comparación con la abundancia monetaria de EE.UU. (crecimiento del M2 superior al 25%), la UE (más del 12%) o Japón (10%)”, comenta.
En su opinión, eso significa que la causa última de inflación en los mercados desarrollados, la creación de dinero, no existe en el universo de los mercados emergentes.
En segundo lugar, el experto pone el fondo en las consecuencias de la fortaleza del dólar. “La fortaleza del dólar de los últimos años ha propiciado una política monetaria bastante estricta en muchos mercados emergentes. Aunque la probabilidad de un recorte de tipos es bastante elevada en 2023, no estamos tan seguros de un posible pivote de la Reserva Federal, que es lo que ha sustentado el reciente rally en EE.UU.”, señala.
Ante esta circunstancia, los bonos de mercados emergentes también son relativamente atractivos, señala Van Rijn, aunque advierte del riesgo añadido que algunos valores entrañan: “Los diferenciales siguen elevados en el crédito asiático, pero no hay que caer en la trampa de los arriesgados bonos inmobiliarios chinos. En general, contemplamos unos diferenciales de 200-250 pb; puede parecer poco, pero, al contrario que en Europa o EE.UU. no detectamos riesgo de recesión”.
Cuestiones cambiarias y de gobernanza
Sin embargo, el experto de Robeco advierte de que hay temas que no hay que perder de vista. Por ejemplo, los temas relacionados con el gobierno corporativo han sido problemáticos en muchos países asiáticos, especialmente en lo relativo al régimen de los inversores externos y la asignación de capital. “Los tipos de cambio y la gobernanza nos parecen adecuados en la actualidad. Corea del Sur está cosechando avances importantes a la hora de generar valor para el accionista, y China ha dejado atrás lo peor del sentimiento anti empresarial (prosperidad común). Nuestras iniciativas de diálogo empresarial están dando frutos en muchos mercados emergentes, cuyas empresas desean aprender nuestras mejores prácticas. Además, muchas de ellas están dando pasos de gigante en la inversión hacia la transición energética”, concluye Van Rijn.