En el Día Internacional de la Mujer, celebramos el compromiso que las mujeres asumen cada día, recordando los derechos por los que han luchado y, al mismo tiempo, atraer la atención sobre la desigualdad que aún prevalece.
Las mujeres no gozan de igualdad de oportunidades económicas en muchos países: se enfrentan a fuertes barreras legales que impiden su plena participación económica y carecen de muchos derechos fundamentales, como el de no sufrir violencia ni discriminación, el acceso a la educación y el derecho a percibir un salario justo y equitativo.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas son una de las iniciativas más importantes de los últimos años para promover el progreso económico y social en el mundo. Son un llamamiento universal a la acción para hacer frente a los retos más acuciantes del mundo a largo plazo, desde la mitigación de la pobreza, la sanidad universal, la acción por el clima, la educación, la desigualdad, el crecimiento económico sostenible y mucho más. Su objetivo final es garantizar que todas las personas vivan en paz y prosperidad en un planeta sostenible para 2030.
Aunque los ODS están concebidos para países y gobiernos, creemos que las empresas pueden desempeñar un papel importante en el avance hacia estos objetivos. Uno de los ODS se centra en la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer, y establece que todas las formas de discriminación por razón de género deben desaparecer para 2030.
En nuestra opinión, la causa fundamental de la desigualdad está relacionada con un acceso inadecuado a la educación y la información, los prejuicios culturales, la excesiva carga de trabajo y una planificación familiar deficiente. Desde el punto de vista de la inversión, hay empresas interesantes que ofrecen productos y servicios que promueven la igualdad de género y el empoderamiento.
Por ejemplo, los bancos que ofrecen microcréditos asequibles y servicios financieros digitales a mujeres que de otro modo tendrían un acceso limitado al crédito pueden generar beneficios importantes, al tiempo que ofrecen a los inversores oportunidades de crecimiento atractivas. Encontramos valor en los bancos que tienen como objetivo explícito prestar a mujeres emprendedoras, empoderándolas y ayudándolas a poner en marcha y hacer crecer sus negocios. Por ejemplo, el Bank Rakyat presta capital a más de 12 millones de mujeres desatendidas en Indonesia.
Otra área importante está relacionada con los derechos reproductivos. Según datos de la ONU, solo el 57% de las mujeres toman sus propias decisiones con la información adecuada sobre atención reproductiva.1El control de la natalidad y la planificación familiar suelen estar relacionadas con la disminución de la tasa de madres adolescentes, la reducción de las tasas de aborto (incluidos los abortos inseguros), el aumento de la educación femenina y el empoderamiento de la mujer en general. Los datos muestran que los programas educativos centrados en la sexualidad, el cambio corporal durante la pubertad y la disponibilidad de anticonceptivos disminuyen significativamente el número de abortos. En nuestra opinión, las empresas que ofrecen soluciones de planificación familiar patrocinadas por el Ministerio de Sanidad en algunos países en desarrollo desempeñan un papel importante.
En los últimos años se han producido avances significativos en materia de igualdad de género, la mayoría de ellos en Occidente. Tenemos que aprovechar este impulso y difundir estos logros a los países en desarrollo, donde los avances han sido limitados. Al asignar capital a empresas activas en estas áreas, los inversores pueden ayudar a impulsar la agenda de igualdad de género y el empoderamiento.
Tribuna elaborada por Elena Tedesco, gestora de Vontobel.