En un periodo como el actual, en el que existen altos niveles de incertidumbre, con una latente recesión, los inversores se encuentran en la búsqueda de instrumentos financieros que les brinden rendimientos superiores al promedio pero con protección ante la volatilidad del mercado.
Al cierre del mes de enero del año en curso la inflación se ubicó en una tasa anual del 6,4 %, más de lo esperado y solo ligeramente por debajo del ritmo del mes anterior (6,5%), lo que confirma la ralentización en el ascenso de los precios, si bien no al ritmo deseado, por lo que la Reserva Federal todavía no ha descartado la posibilidad de seguir subiendo las tasas, aunque puede que a un menor ritmo, ya que seguir empujando con niveles moderados podría desencadenar que EE.UU. entre en recesión.
De acuerdo a la Comisión de Bolsa y Valores de EE.UU. (SEC) una nota estructurada se define como valores emitidos por instituciones financieras cuyos rendimientos se basan, entre otras cosas, en índices bursátiles, en un solo valor bursátil, una canasta de valores bursátiles, tasas de interés, materias primas y/o divisas. Por lo tanto, su rendimiento está «vinculado» al rendimiento de un activo o índice de referencia. Las notas estructuradas tienen un vencimiento fijo e incluyen dos elementos: un componente de bono y un derivado implícito.
Las notas estructuradas fueron introducidas en los Estados Unidos a principios de los ochenta y tomaron mayor notoriedad a mediados de los noventa como resultado de la crisis generada en los mercados de renta fija durante el año 1994, cuando la Fed subió las tasas de interés en 250 puntos básicos, generando fuertes pérdidas a administradores de fondos con posiciones en notas estructuradas emitidas por agencias.
De acuerdo a un informe de The Wall Street Journal, en EE.UU. se habían emitido unos 73.000 millones de dólares en notas estructuradas hasta noviembre del año pasado, con lo que se acercaba al récord de 100.000 millones de dólares de 2021.
Según Monex, los productos estructurados generalmente se crean para satisfacer necesidades específicas de inversionistas que no pueden cubrirse con los instrumentos financieros estandarizados disponibles en los mercados.
Habitualmente, los diferentes operadores del mercado suelen utilizar las notas estructuradas como:
- una alternativa a la inversión directa
- una parte de la asignación general de activos
- una estrategia de reducción de riesgos en una cartera
Así como las acciones y los bonos sirven como componentes esenciales en la base de un portafolio bien diversificado, las inversiones en notas estructuradas pueden agregarse al portafolio de un inversionista para abordar un objetivo particular dentro de un plan de inversión.
Ante periodos de inflación, los inversores están colocando su mirada en las notas estructuradas, al ser un instrumento financiero que tiene el objetivo de obtener resultados por encima de la media gracias a la combinación de elementos tanto de la inversión fija como la variable. Es decir, si se utiliza correctamente, este instrumento puede llegar a ofrecer cierta protección frente a la caída en los activos en los que invierte.
Por lo anteriormente expuesto, la utilización de productos estructurados como vehículos de inversión puede proporcionar un sistema para regular la exposición al riesgo, haciendo posible adaptarlo al perfil del inversor, teniendo en consideración sus objetivos de rentabilidad.
Entendiendo como vehículo de inversión al mecanismo por el cual los inversores obtienen rendimientos, se puede catalogar a las notas estructuradas como uno de ellos, por ser instrumentos de inversión híbridos que permiten diseñar un portafolio hecho a medida, el cual puede contar con un capital garantizado.
Algunos especialistas opinan que las notas estructuradas en condiciones de incertidumbre pueden ayudar a mejorar la relación riesgo-rentabilidad, ya que pueden estar conformadas por una gran cantidad de activos. Asimismo, este instrumento facilita el acceso a determinados mercados o activos financieros que no tienen la suficiente transparencia, liquidez o accesibilidad.
Cómo hacerlo en 5 sencillos pasos:
En FlexFunds somos especialistas en la creación y emisión de vehículos de inversión a través de productos listados en bolsa (ETPs), para lo cual se ha diseñado un proceso de 5 pasos que lo simplifica:
Paso 1. Estudio personalizado y diseño del ETP:
- Se realiza un detallado estudio y recopilación de datos de la estrategia de inversión deseada.
Paso 2. Due diligence y firma del engagement letter:
- Una vez definida la estructura del producto, se realiza el due dilligence del cliente y el proceso continúa con la firma del engagement letter.
Paso 3. Estructuración del ETP:
- Es en este paso se realiza el onboarding del portfolio manager y se revisan los documentos esenciales, tales como el “series memorándum”.
Paso 4. Emisión y listado del ETP:
- La estrategia de inversión queda empaquetada como un bankable asset, gracias a la generación de un código ISIN que facilita su distribución.
Paso 5. El ETP está listo para su negociación a través de Euroclear:
- Los inversores pueden acceder al ETP a través de sus cuentas de corretaje existentes desde gran número de custodios y plataformas de banca privada.
Gracias a las características de instrumentos como las notas estructuradas, FlexFunds es capaz de ofrecer soluciones innovadoras, personalizadas, que le pueden permitir diversificar su portafolio de inversión y facilitar el acceso a los inversores internacionales.
Columna de Emilio Veiga Gil, vicepresidente ejecutivo de FlexFunds