Hemos pasado de que las Letras del Tesoro den rentabilidades negativas a que se formen colas para obtenerlas. El escenario ha cambiado drásticamente y la liquidez ahora remunera un 2,5%, lo cual supone un gran aliciente para invertir en Letras del tesoro o en cualquier otro instrumento equivalente de deuda a corto plazo en Europa, explica Manuel Rodríguez, selector de fondos de renta fija en Abante. “Más si cabe en un entorno en el que los bancos comerciales no están remunerando el pasivo de sus clientes, algo especialmente acusado en España”, añade.
“Las letras del Tesoro español han vuelto a ofrecer rentabilidad y se muestran como una oportunidad atractiva para muchos ahorradores. Pueden darnos una sensación de seguridad a corto plazo, pero hay que tener en cuenta que la inflación sigue siendo alta y los productos que solo ofrecen interés no pueden compensar la pérdida de poder adquisitivo”, advierte Adrián Amorín, country manager para España de Scalable Capital.
Inversión con sentido a corto plazo, pero atractivo relativo
Siendo el IPC calculado por el INE para el mes de enero del 5,8%, Iglesias advierte de que el ahorrador perderá poder adquisitivo con cualquier inversión que pague menos que eso. “Las letras del tesoro en el entorno del 3% que resultan tan atractivas para tantos ahorradores significan una pérdida segura de poder de compra, pero muchos pensarán que menos da una piedra”, añade.
“Este tipo de activos de inversión han sido siempre los predilectos de los ahorradores de perfil conservador, aversos al riesgo y dispuestos a perder poder adquisitivo a cambio de recibir una recompensa segura por su inversión. En una cartera diversificada en plazos y en tipos de activo, las letras del tesoro de estas características pueden ser un buen lugar donde aparcar buena parte del dinero que queramos tener a mano, aunque no pensemos gastarlo pronto”, apunta Iglesias.
“Es una inversión que está muy bien para una parte de la cartera de un cliente conservador, pero quizá no nos quedaríamos solo en las Letras del Tesoro españolas, sino que buscaríamos diversificar en más productos de renta fija. Pero en ningún caso lo vemos como el único vehículo para invertir, porque con entornos de inflación tan altos, al menos hay que buscar productos que puedan igualar a la inflación. Seguramente la mejor decisión es combinarlos con activos de riesgo”, añade Camiña.
Según recuerda Amorín, los ahorradores españoles son poco amantes del riesgo, y ahora ven la renta fija como una buena opción. “Muchos creen que las letras del Tesoro son la única forma de proteger su dinero de la depreciación, pero con una inflación elevada, no es suficiente a largo plazo. Puede ser un complemento”, advierte. Además, el experto recuerda que las Letras del Tesoro pueden no ser muy accesibles para los pequeños ahorradores, ya que la inversión mínima parte de 1.000 euros, mientras que los ETF, por ejemplo, se pueden adquirir por 20 euros.
Alternativas a las letras del tesoro
En este contexto de alta inflación y tipos de interés y alejándonos de la moda de las letras del tesoro, otros productos, como los depósitos a plazo y las cuentas de ahorro remuneradas, pueden volver a adquirir atractivo. “Los bancos comerciales siempre han captado fondos de los ahorradores particulares así, pagándoles por ellos. Los tipos de interés reales negativos han sido una anomalía que se ha prolongado demasiado tiempo. El ahorro remunerado señala el regreso a la normalidad”, analiza Iglesias.
Por su facilidad de contratación, el experto de Value School considera que las cuentas de ahorro remuneradas y los depósitos a plazo son excelentes alternativas. Según explica, su rentabilidad en este momento es algo inferior a la de las recientes emisiones de letras, pero cabe esperar que sea mayor con el paso de los meses. “Este tipo de productos bancarios pueden ser también una buena alternativa para ahorradores que conozcan la frágil situación financiera del estado español y duden de su solvencia. Otros ahorradores, más prudentes aún, pueden esperar unos meses más en previsión de que la remuneración de esta clase de activos sea todavía mayor si la inflación persiste o aumenta”, aconseja Iglesias.
“Esperamos que durante el año 2023, tal y como está pasando en otros países desde hace unos meses, los depósitos y cuentas remuneradas empiecen a dar una rentabilidad interesante. Creo que este tipo de productos puede ser un buen complemento para la cartera global de un inversor conservador”, apunta Camiña.
Respecto a las alternativas, Rodríguez insiste en que la clave es conocer al cliente y cuál es su aversión al riesgo, con el objetivo de encajar su objetivo de rentabilidad con el riesgo que está dispuesto a asumir. “Las Letras del Tesoro son un primer paso en la escala de riesgo y a día de hoy ofrecen una rentabilidad del 2,8% a un año, que está muy bien. Sobre esto, podemos incrementar el nivel de riesgo de la cartera de forma prudente añadiendo activos de crédito de buena calidad de corto plazo, hasta 2 o 3 años, que pueden ofrecer una prima de entre 50-100 puntos básicos adicionales”, explica. “Hablar de otras opciones supondría soportar más riesgo, como alargar la duración de los bonos en cartera o incluir deuda de peor calidad o deuda de países emergentes”.
Camiña apunta que para inversores conservadores, en ningún caso se quedarían solo en Letras del Tesoro españolas cuando el mundo de la renta fija a corto plazo es mucho más global y podemos ver oportunidades mejores en otros países. “Lo ideal es combinar renta fija a corto plazo con otros productos y conseguir una gestión eficiente. Comprar Letras del Tesoro español es un proceso farragoso que no es fácil para todos los inversores”, aconseja.
Como alternativas señala a los fondos de inversión de renta fija que durante 2022 han podido sufrir más de lo habitual con los movimientos de tipos de interés, pero que este 2023 han podido tomar buenas posiciones y aprovechar los tipos altos. “La ventaja de la Letra del Tesoro es que el inversor está «obligado» a conservarlas hasta vencimiento, y eso hace que la renta fija realmente sea fija. El fondo de inversión te da el valor de la inversión todos los días y eso puede provocar que el inversor tome decisiones guiado por sus emociones y cometa errores, en vez de mantener la inversión el plazo correcto”, advierte el ceo de Micappital.
“Los ahorradores deberían considerar invertir una parte del dinero, preferiblemente a través de ETF”, recomienda Amorín. Para beneficiarse de la subida de los tipos de interés a corto plazo con un bajo riesgo de cambio de interés Amorín señala que se puede optar por ETF sobre bonos del estado con un vencimiento residual de 1 a 5 años. “La ventaja de un ETF es que reinvierte automáticamente cuando se alcanza el vencimiento. Las personas no necesitan reinvertir tras el vencimiento ni hacer cola de nuevo. Los bonos corporativos a corto plazo también pueden ser una alternativa atractiva a las Letras: ofrecen una rentabilidad interesante, un riesgo limitado y, además, permiten beneficiarse automáticamente de la subida de los tipos de interés a corto plazo”, explica.
Aunque invertir conlleva riesgos y se puede perder dinero, sobre todo si no se sigue la regla de la diversificación geográfica, sectorial y de tipos de activos, Amorín señala que la bolsa es una alternativa para mitigar la pérdida garantizada por los tipos de interés reales negativos y aumentar las posibilidades de obtener rendimientos reales, siempre que la inversión se realice a largo plazo.