El 2022 en CFA Society Chile realizamos el primer sondeo ético del mercado financiero chileno, que mostró que el uso de información privilegiada es uno de los dilemas éticos más enfrentados por los profesionales de la industria financiera. Un 54% de los participantes mencionó que el uso de información privilegiada es relativamente frecuente y el 64% estuvo de acuerdo con que las murallas chinas entre diferentes áreas no funcionan adecuadamente en las empresas financieras.
En esta línea, frente a estas fallas que los mismos miembros de la industria financiera reconocen, lamentablemente no nos parece extraño que durante 2022 se hayan cursado multas a altos ejecutivos por realizar compras de acciones estando en posesión de información privilegiada. Sobre todo, considerando que buena parte de estas se han cursado a ejecutivos con amplia experiencia en el mercado y que ostentan cargos relevantes, quiénes debiesen tener muy claro el daño que producen estas prácticas en el mercado. Ante esto, nos preguntamos: ¿Cómo es posible evitar que ocurran estos hechos?
En el mismo sondeo ético, un 67% de los encuestados señaló que las multas aplicadas a los infractores son insuficientes, y que, por lo tanto, poco pueden disuadir de que se sigan cometiendo estas faltas. Si bien, creemos que se ha avanzado en este sentido con la creación de la figura del denunciante anónimo y la promulgación de la Ley 21.314 en 2021, que promueve un endurecimiento de las penas, vemos que aún hay mucho camino por recorrer para tener castigos adecuados a las graves faltas que vemos en el mercado por el uso de información privilegiada.
En las propuestas de cambios legales para reducir abusos en el mercado de capitales que realizó el 2019 la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), se plantea que las multas potenciales máximas de distintos reguladores en Chile dejan a las sanciones ejecutadas por la Comisión en un nivel relativo muy bajo en comparación al Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) o el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac), entre otros. En la misma propuesta, se aprecia cómo las sanciones máximas por delitos de uso o deber de abstención de información privilegiada en Chile versus el extranjero son desproporcionadamente bajas. En EE.UU. estas son 9,4 veces superiores, y en la región, Brasil tiene multas máximas 8,4 veces mayores que las chilenas. También se destaca que en Chile no ha habido penas de cárcel para los infractores, a diferencia de países que tienen sanciones más estrictas, donde es más común observar penas de cárcel para estos delitos.
Existe evidencia internacional contundente de lo positivo que resulta para un país tener un mercado de capitales líquido y profundo. En este sentido, la desconfianza que genera la frecuencia de delitos por uso de información privilegiada, y la percepción de que los infractores no reciben los castigos que debiesen, puede ser enorme para nuestro mercado y ahorrantes. Finalmente, lo que gana el infractor al utilizar información privilegiada lo pierde el resto de los actores que actúan conforme a la ley.
Además, como mercado financiero no podemos estar ajenos a la responsabilidad que tenemos para evitar que ocurran delitos de uso de información privilegiada. Es muy relevante que las empresas levanten barreras efectivas para que la información sensible no pase de un área a otra, creando conflictos éticos en sus miembros, y es clave que tanto las firmas como los profesionales de las inversiones promovamos los más altos estándares éticos para evitar que ocurran hechos contrarios a la legalidad. En este sentido, como CFA seguiremos trabajando para que la ética en el mercado financiero, sea un eje central de mejora y que otorgue confianza a las personas.