Según la Asociación Europea de Fondos y Gestión de Activos (Efama, por sus siglas en inglés), el trabajo de las Autoridades Europeas de Supervisión (ESAs, por sus siglas en inglés) sobre greenwashing debería tener en cuenta la diferencia entre engañar con intención e inseguridad normativa.
Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado la organización profesional, tras considerar que estamos “en un entorno con definiciones poco claras a nivel de la UE sobre los conceptos clave de las finanzas sostenibles”, así como una falta de datos ESG completos, comparables y transparentes, todos los actores del mercado están preocupados por el riesgo de greenwashing.
En su respuesta a la reciente consulta de las ESAs sobre este tema, Efama subraya que es necesario comprender los atributos fundamentales del greenwashing para hacer frente a las prácticas engañosas y, de este modo, reforzar la integridad y la eficacia de los mercados de capitales de la UE.
En este sentido, desde Efama destacan que las evaluaciones del greenwashing deben constar de dos componentes: tergiversar a sabiendas prácticas o características de un producto relacionadas con la sostenibilidad; y si tienen el objetivo o la intención de engañar o inducir a error al receptor de la alegación de sostenibilidad.
“Cuando no hay intención de engañar o inducir a error al receptor de la alegación de sostenibilidad, aún puede producirse greenwashing en casos de negligencia grave por parte de los participantes en el mercado financiero que realizan la alegación”, advierten.
En su opinión, ya hay áreas de supervisión a las instituciones financieras que abordan numerosos aspectos del greenwashing, por lo que deberían identificarse primero las lagunas normativas actuales antes de proponer nueva legislación u orientaciones.
También hacen hincapié en “la necesidad de un enfoque alineado y coherente a la hora de abordar los riesgos del lavado verde en el sector financiero, en toda Europa y a escala internacional”, con el fin de reducir la confusión y el riesgo de fragmentación perjudicial del mercado.
Según argumenta Anyve Arakelijan, Regulatory Policy Adviser de Efama, «no deben tolerarse los comportamientos intencionadamente engañosos en relación con las inversiones sostenibles, del mismo modo que no se toleran otras prácticas engañosas en relación con el riesgo o el rendimiento”.
Sin embargo, señala: “Teniendo en cuenta el grado actual de incertidumbre normativa y la evolución en curso, debemos tener cuidado de no aplicar el término greenwashing de forma demasiado amplia. Es crucial reforzar la comprensión de lo que constituye greenwashing y disponer de medidas de supervisión armonizadas para hacer frente a este riesgo. De lo contrario, la confianza de los inversores en las finanzas sostenibles podría verse gravemente socavada, amenazando los esfuerzos de transición hacia una economía más sostenible”.