El experto en África Malek Bou-Diab, gestor principal del fondo BB African Opportunities, visita con frecuencia el continente africano. Un reciente viaje de dos semanas le llevó a Marruecos y Túnez, donde reunió información sobre posibles inversiones y adquirió una visión de conjunto de la evolución reciente de ambos países gracias a sus reuniones con funcionarios gubernamentales y economistas.
El tratado de libre comercio con la UE es un reto
La economía marroquí está creciendo a un interesante ritmo del 4%, pero también presenta algunos puntos débiles como que el país está muy expuesto a la UE. Los flujos de inversión de Europa han remitido, las llegadas de turistas han disminuido y las remesas de los ciudadanos marroquíes que trabajan en la UE han caído. El tratado de libre comercio negociado con la UE también está causando algunos problemas a Marruecos, pues permite que empresas agrícolas y constructoras de España y Portugal pasen a la ofensiva y comercialicen sus productos y servicios en Marruecos. Ahora, por ejemplo, el aceite de oliva español se vende en Marruecos con una subvención de la UE de un euro por litro.
Por tal motivo, Marruecos trata de reducir su dependencia de la UE y aumentar sus exportaciones a otras regiones. A este respecto, ha intensificado el comercio con sus vecinos de crecimiento rápido del África occidental francófona. El rey de Marruecos visitó recientemente varios países del África occidental subsahariana para firmar acuerdos comerciales que implican importantes inversiones a largo plazo. Los estados del Golfo Pérsico también han invertido más en Marruecos, lo que ha compensado parcialmente el descenso de los flujos de entradas de inversión procedentes de la UE. Todos consideran, justificadamente, que Marruecos es un buen socio comercial.
Además de estos esfuerzos de diversificación de las relaciones comerciales del país, se han introducido una serie de reformas estructurales importantes: el gobierno marroquí aprovechó el contexto de inflación baja (del 2,5% aproximadamente) para reducir las subvenciones al combustible mediante un proceso en dos fases. El gasóleo es ahora el único combustible para automóviles que aún está subvencionado en Marruecos. Esta medida es positiva para el erario público y el gobierno está gastando parte del ahorro resultante en infraestructuras. Están en marcha numerosos proyectos de construcción, como, por ejemplo, proyectos de vivienda social. Después de 20 años de intentarlo en vano, por fin parece que Marruecos ha encontrado un modelo viable para proporcionar viviendas asequibles. La amplia demanda marroquí de viviendas de bajo coste se verá satisfecha por primera vez en los próximos años y mejorará la estabilidad social del país.
Consolidación sectorial
La evolución del sector agrícola también ha sido positiva: se ha puesto en marcha una reforma sostenible y exitosa del sector agrícola que incluye una serie de estrategias inteligentes y nuevas tecnologías introducidas mediante el «Plan Marruecos Verde». Todo ello elimina ineficiencias productivas y se ha puesto en marcha un cambio estructural de la producción hacia cultivos y productos de más valor. Se espera que estas medidas más que dupliquen la producción en términos monetarios del sector agrícola marroquí en el año 2020.
En el sector manufacturero también se han utilizado empresas conjuntas público-privadas para construir fábricas modernas, como por ejemplo la de Renault-Nissan en Tánger, que produce unos 400.000 vehículos al año y dice ser la primera planta de fabricación de automóviles con una emisión de carbono prácticamente neutral. Otros ejemplos de asociaciones público-privadas exitosas son los muchos proveedores del sector de fabricación de aviones que se han instalado en Marruecos y ahora se benefician de sus diversas zonas de libre comercio y modernos centros de formación específicamente diseñados para la industria de la aviación.
Por otra parte, el gobierno también se ha mostrado dispuesto a dar un paso atrás y permitir que los cambios estructurales sigan su curso en industrias no competitivas. Debido a las exigencias de salarios mínimos más altos en la industria textil, por ejemplo, se han perdido unos 250.000 empleos tras el cierre de fábricas textiles no rentables.
Estos ejemplos ilustran un profundo cambio de mentalidad. Los responsables políticos ya no se aferran a los viejos modos y tradiciones, sino que se están enfrentando proactivamente a los retos planteados por un mercado abierto. Una desventaja persistente es que se estima que el 30% de la actividad económica marroquí se desarrolla en el sector informal, donde no se registra, no está regulada y no paga impuestos, por lo que se han puesto en marcha esfuerzos para integrar gradualmente la economía sumergida en el sistema formal. Numerosas conversaciones con políticos revelan un amplio consenso sobre la necesidad de reformas adicionales en esta área.
Oportunidades de inversión en Marruecos
El sector bancariode Marruecos es muy eficiente y se ha beneficiado de las reformas introducidas hace diez años. Ahora, los bancos marroquíes esperan aprovechar su ventaja para entrar en otros países francófonos como Senegal y Costa de Marfil. El Attijariwafa Bank (ponderación del 2,7% en la cartera del fondo) genera más del 20% de sus ingresos en África occidental y se beneficia de las tasas de crecimiento más rápidas que ofrecen estos países muy poco bancarizados.
El sector inmobiliario es otra área de inversión interesante. Marruecos ha implementado con éxito un programa nacional de vivienda asequible para hogares de ingresos bajos. Otros países subsaharianos muestran ahora interés por este programa. Los promotores inmobiliarios marroquíes están ampliando su negocio en el África subsahariana gracias al apoyo del gobierno marroquí, al que los socios extranjeros también pueden acudir en busca de asesoramiento, y a la adaptación del modelo marroquí a los respectivos mercados locales.
Por último, la privatización de empresas públicas también ofrece oportunidades de inversión interesantes, por ejemplo en el sector de bienes de consumo. Lesieur Cristal es una ex-empresa pública que solía producir un único tipo de aceite alimentario y un producto de jabón. Hace dos años el gobierno incorporó a un inversor estratégico francés que inyectó nueva vida a la empresa y la centró en las necesidades reales del mercado. Hoy en día, Lesieur Cristal produce diferentes tipos de aceite de distintas categorías de calidad para diferentes segmentos del mercado. También ha ampliado su gama de jabones y detergentes domésticos e industriales. Un nuevo jabón que puede utilizarse casi universalmente —para lavado de ropa, limpieza del hogar e higiene personal— se ha convertido en un «producto maravilla multiuso» muy popular entre la población más pobre, y también podría venderse muy bien en los países vecinos del sur. Después del éxito del reposicionamiento y la reestructuración de la empresa, el gobierno vendió el resto de su participación en la misma (ponderación del 1.1% en la cartera del fondo).
Túnez: oportunidades en el sector industrial
La nueva constitución aprobada por la asamblea constituyente de Túnez a principios de 2014 es una de las más modernas y liberales vigentes actualmente en todo el mundo árabe. Además de sancionar la libertad religiosa y la igualdad de género, también consagra por primera vez en la historia del país los derechos fundamentales y los principios asociados al libre mercado. La mentalidad de los representantes gubernamentales y reguladores ha cambiado completamente en comparación con el período anterior a la revolución. Evidentemente, la economía es más abierta ahora. También se han redactado leyes destinadas a una mayor apertura económica, pero aún deben ser aprobadas por un parlamento legítimo y democráticamente elegido. A modo de recordatorio, Túnez aún está dirigido por un gobierno provisional. Las elecciones parlamentarias de septiembre/octubre, que se celebrarán por primera vez en un contexto libre y democrático, marcarán un nuevo hito en el país. Si la acción sigue a las promesas de reforma, Túnez también podría ofrecer oportunidades de inversión prometedoras en el futuro.
Las empresas que cotizan en la bolsa local pertenecen a diversos sectores y pueden encontrarse buenas perspectivas de crecimiento en los sectores industrial, de bienes de consumo y de servicios. Nuestra atención se centra especialmente en los fabricantes tunecinos que muestran un alto nivel de exportaciones a Argelia y Libia, dos países poco atractivos para los inversores extranjeros y, por lo tanto, muy dependientes de las importaciones de países vecinos. Sobre todo, dada su crisis actual, Libia es muy dependiente de los productos textiles, alimentos, productos y materiales de construcción fabricados en el extranjero. Los empresarios tunecinos no se están exponiendo a los típicos riesgos relacionados con la exportación ni, si vamos al caso, invirtiendo en capacidad de fabricación local al otro lado de la frontera. Por el contrario, llevan sus productos a la frontera, donde los compradores libios aceptan la entrega de las mercancías a cambio de divisas fuertes (dólares) y las cargan en camiones libios. En este momento, Libia es un destino de exportación clave para los fabricantes tunecinos, algo que puede sorprender bastante a muchas personas ajenas al país.
El sector financiero tunecino también está bien desarrollado y es el mayor de los representados en la bolsa. Además de las entidades financieras del sector privado, los bancos públicos también participan activamente en el negocio de los préstamos. Parece ser que estos últimos estaban demasiado deseosos de ofrecer préstamos para consumo durante el período revolucionario, ya que ahora tienen un mayor porcentaje de préstamos problemáticos. Por tanto, la banca pública de Túnez necesita capital fresco, lo que, a su vez, requiere la correspondiente actuación del futuro parlamento. En consecuencia, el fondo BB African Opportunities no tiene ninguna posición en bancos tunecinos por el momento.
En este momento, Marruecos representa el 7% de la cartera total del fondo y se han realizado inversiones en los sectores de banca, inmobiliario, industrial y de telecomunicaciones. El fondo de Bellevue AM sigue un enfoque de inversión consciente del riesgo y basado en los fundamentales, con el objetivo último de una atractiva revalorización del capital a largo plazo. Se centra en historias de crecimiento estructural en África central y del norte, y está estratégicamente infraponderado en algunos temas, como Sudáfrica y las materias primas.