Semana protagonizada por la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), el Banco Central Europeo (BCE) y el Banco de Inglaterra (BoE), que celebrarán sus respectivas reuniones, las últimas de este 2022, esta semana. La primera cita es con la Fed, y los expertos de las gestoras ya dan por hecho que la institución monetaria subirá su tipo de referencia 50 puntos básicos. El turno del BCE llegará el jueves y, de igual manera, se espera que también suba los tipos, pero, en esta ocasión, podría llegar a ser 75 puntos básicos. Un protagonismo que tendrá que compartir con el Banco de Inglaterra, pero vayamos por partes y centrémonos primero en qué esperar del miércoles.
En el caso de la Fed, el debate se centra en si en Estados Unidos la inflación ha alcanzado ya su máximo. Si fuera así, algunos expertos apuntan a que iríamos hacia un horizonte en el que la Fed mostraría un cambio de rumbo. Sin embargo, el discurso mayoritario es que la fortaleza del mercado laboral y de su economía aún no permitirán que veamos un cambio de dirección a muy corto plazo. “A pesar de la agresividad de la Fed a la hora de endurecer las condiciones financieras, la economía estadounidense se ha mantenido firme y el consumidor ha asimilado la crisis del coste de la vida por encima de lo que cabría esperar, ayudado en gran medida por un mercado laboral muy tenso y una tasa de desempleo que sigue siendo baja”, recuerda Eoin Walsh, socio y gestor de carteras en TwentyFour Asset Management.
Según explica Orla Garvey, gestora senior de carteras de renta fija de Federated Hermes Limited, las condiciones financieras de EE. UU. (FCI) se han relajado desde el dato del IPC de octubre, más débil de lo esperado. “A finales del verano vimos un episodio similar de relajación, que el presidente de la Fed rechazó agresivamente en un discurso pronunciado en Jackson Hole. El mercado esperaba ahora una respuesta similar. Sin embargo, en contraste con las comunicaciones posteriores al FOMC de noviembre, Powell sugirió que la Fed se sentía cómoda con la situación actual de los mercados. El impacto de esta afirmación fue un debilitamiento del dólar, un fuerte rendimiento de los activos de riesgo y un movimiento a la baja de los tipos, ya que el mercado valoró un pivote de la Fed con cerca de un recorte de 20 puntos básicos en noviembre de 2023”, apunta Garvey.
Además, Garvey señala un factor que pesa mucho entre los bancos centrales: su credibilidad. “En un año en el que existe una gran incertidumbre en torno a las perspectivas de crecimiento e inflación –debido a la falta de claridad sobre el impacto retardado del endurecimiento actual, la evolución de la política COVID de China, las negociaciones entre Ucrania y Rusia y las perspectivas energéticas de Europa – mantener la credibilidad será clave para la Fed. Sugerir demasiada comodidad con las perspectivas de inflación en este momento es arriesgado, ya que equivocarse en este punto podría dar lugar a que se arraiguen unas expectativas de inflación más elevadas o a la necesidad de subir más de lo previsto actualmente, provocando así una recesión más prolongada”.
Tal y como recuerda Blerina Uruci, economista jefe para EE.UU. de T. Rowe Price, de cara a esta reunión, hay algunas cosas que ya sabemos. «El presidente de la Fed, Jerome Powell, ya ha comunicado varios matices antes de la reunión como, por ejemplo, que una ralentización del ritmo de subidas a 50 pb (desde 75 pb). Además, el gráfico de puntos mostrará un tipo terminal superior al de septiembre. Y la función de reacción es cada vez más amplia: rigidez del mercado laboral, inflación y crecimiento. Esto difiere de la mayor parte de 2022, cuando se centraba únicamente en la inflación y en la gestión del endurecimiento a corto plazo de las condiciones financieras», afirma Uruci.
Por todo ello, se espera que la Fed anuncie una subida de tipos de 50 puntos básicos. “Todo lo que no sea una subida de los tipos de 50 puntos básicos por parte de la Fed sería una gran sorpresa. La atención se centrará sobre todo en el grado de ajuste de la Fed y en el tiempo que prevé mantener los tipos en el nivel actual, muy restrictivo. Esperamos para 2023 dos subidas más de 25 puntos básicos, lo que situará el tipo de interés oficial entre el 4,75% y el 5%. Los miembros del FOMC han reiterado su compromiso de mantener los tipos en su nivel máximo al menos hasta principios de 2024, pero este compromiso se verá sometido a una dura prueba por el empeoramiento de las condiciones económicas”, defiende Paolo Zanghieri, economista senior de Generali Investments.
Según reconoce Franck Dixmier, director de inversiones global de Renta Fija de Allianz Global Investors, la subida de 50 puntos básicos es esperada por los mercados. Pero podrían verse sorprendidos por el tono de halcón que se espera que adopte Jerome Powell. De hecho, actualmente esperan un tipo terminal del 5% y un primer recorte de tipos en el segundo semestre de 2023. «Creemos que estas expectativas no reflejan posibles sorpresas sobre unas cifras de inflación más elevadas en los próximos meses. Dado el alto nivel de incertidumbre sobre el nivel de inflación debido a la fortaleza de la economía estadounidense, creemos que el tipo terminal de la Fed podría situarse entre el 5% y el 6%. Además, no somos partidarios de un recorte de tipos en la segunda mitad del año, ya que Jerome Powell ha afirmado claramente que no debemos contar con rápidos recortes de tipos para evitar repetir los errores cometidos en los años setenta y ochenta», argumenta Dixmier.
Uruci comparte que los precios del mercado coinciden en líneas generales con las previsiones de la Reserva Federal de una subida de 50 puntos básicos en diciembre y tienen una probabilidad ligeramente superior al 50% de una subida de 50 puntos básicos en febrero. «La próxima batalla entre el mercado y la Fed será la fijación del precio de los recortes en la segunda mitad de 2023, ya que el desacuerdo sobre el tipo terminal y la rapidez con la que llegarán a él no es muy significativo en estos momentos», añade.
¿Un “giro” de la Fed?
Para Christian Scherrmann, U.S. Economist en DWS, la posición de la Fed de mantener una postura agresiva ante una desaceleración leve podría servir a varios propósitos. “Si los tipos de interés se mantienen elevados hasta 2023, se podría garantizar que la inflación siga siendo baja en los años siguientes. Por lo tanto, es probable que hasta 2024 los miembros del FOMC no indiquen sus expectativas de normalización de la política monetaria”, afirma.
“La inflación sigue siendo demasiado alta, los mercados laborales demasiado fuertes y la oferta y la demanda demasiado desequilibradas para que la Reserva Federal baje la guardia. La inflación muestra algunos signos iniciales de relajación, pero los mercados laborales, sobre todo, siguen siendo un gran quebradero de cabeza para la Reserva Federal. Sigue habiendo 1,6 ofertas de empleo por cada desempleado, lo que significa que la demanda de mano de obra sigue siendo fuerte, y los salarios aumentan más de un 5% al año. Esto, por desgracia, dista mucho de ser una situación alentadora para la economía”, argumenta el economista de DWS.
Axel Botte, estratega global de Ostrum AM, gestora afiliada de Natixis IM, destaca que “el riesgo de recesión se aleja” aunque no obstante advierte que la inversión de las curvas de rendimiento parece anunciar un «pivote» de los bancos centrales. En cuanto a la inflación, Botte señala que “es probable que los datos de inflación sigan bajando en noviembre hasta el 7,5% aproximadamente, lo que puede servir de apoyo a los bonos estadounidenses hasta la próxima reunión de la FOMC”. En este sentido, refleja que “al igual que en el pasado verano, la Fed se enfrenta a una temprana relajación de las condiciones financieras”.
En opinión de Garvery, lo más probable es que sea cierto que se haya alcanzado el precio máximo de los tipos de interés y que la moderación de la inflación y la ralentización de las subidas en el futuro permitan una normalización de la volatilidad de los tipos. Sin embargo, advierte: “En 2023 habrá que esperar a que se asienten los efectos de una política más restrictiva. No puede haber un giro creíble sin pruebas claras de una relajación de los mercados laborales y una ralentización de la inflación en el sector servicios”.
Sin duda, las gestoras coinciden que la clave para cualquier cambio por parte de la Fed está en el mercado laboral. Según explica Walsh, el desempleo en EE.UU. podría resultar un indicador clave para la rentabilidad de los activos el próximo año, ya que será uno de los componentes clave que determinen la trayectoria de los tipos y, en particular, la posibilidad de un «giro» de la política por parte de la Fed.
“Si la tasa de desempleo se mantiene por debajo del 4,5% (actualmente es del 3,6%), no creemos que la Fed sienta mucha presión para relajar su política. Sin embargo, cabe señalar que, a pesar de la rigidez del mercado laboral, cuando la tasa de desempleo comienza a subir suele hacerlo de forma agresiva, por lo que estaremos muy atentos a los CEOs de las empresas en busca de cualquier indicador temprano de que el recorte de empleo que hemos visto en varios gigantes tecnológicos se esté propagando a la economía en general”, argumenta el experto de TwentyFour AM.
Proyecciones económicas
Según el economista de DWS, otro punto relevante de la reunión de esta semana es conocer el resumen actualizado de las proyecciones económicas de la Fed, así como la voluntad de aceptar un menor crecimiento y unos tipos de interés más altos en 2023. “En nuestra opinión, es probable que el gráfico de puntos de la Reserva Federal muestre una tasa máxima ligeramente superior al 5%, mientras que el crecimiento para el próximo año podría rebajarse a menos del 0,5%, justo antes de pronosticar una recesión”, afirma.
Respecto a las proyecciones macroeconómicas, Thomas Costerg, economista de Pictet WM, señala que Powell ya destacó anteriormente que el tipo de interés terminal podría revisarse «algo al alza» desde 4,6% en septiembre. Y recuerda que algunos miembros han insinuado que tendría que la institución tendría que ser más agresiva. “Esperamos que revise al alza hasta alrededor de 5,1%, para un tipo terminal de 5 a 5,25% para marzo de 2023. Al subir tipos nuevamente, la Fed se va a alejar de su tradición de prestar atención a la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda, que indica recesión, y encuesta de sentimiento de la producción, en contracción en noviembre. El caso es que no está lista para anunciar el final de su ciclo de subida de tipos. De hecho, es probable que Powell señale que el listón para recortar tipos en 2023 es alto, a pesar de que el mercado espera que los reduzca a alrededor del 4,5% para finales de 2023”, apunta Costerg.
En este sentido, Scherrmann añade: “Lo más probable es que se prevean recortes de los tipos de interés y se eleven un poco las previsiones de crecimiento, aunque probablemente seguirán estando por debajo del potencial. Una pausa hawkish en 2023 podría además mantener las condiciones financieras restrictivas, otro requisito previo para conseguir el objetivo de inflación”.
Por último, Zanghieri reconoce que desde la gestora esperan que el PIB estadounidense crezca sólo un 0,3% el próximo año, y que se contraiga en el segundo y tercer trimestre. “Para evitar un aterrizaje demasiado duro de la economía, la Fed se verá obligada a recortar los tipos antes de lo previsto actualmente, y proyectamos una reducción de 50 puntos básicos en los últimos meses del próximo año. Los riesgos se inclinan hacia una postura más dura: sin pruebas convincentes de que la inflación disminuya rápidamente, la Fed podría verse empujada a subir el tipo de interés oficial por encima del 5% y mantenerlo durante más tiempo, lo que empeoraría las perspectivas de la economía”, concluye el economista senior de Generali Investments.