En el contexto actual, resulta difícil efectuar predicciones sobre la coyuntura macroeconómica. Empezamos a constatar divergencias en la política monetaria y la fiscal de algunas economías, lo que genera incertidumbre sobre los catalizadores de la inflación y del crecimiento. Algunos de los principales indicadores adelantados, como los índices de gestores de compras (PMI, por sus siglas en inglés) del sector manufacturero apuntan a una marcada ralentización del crecimiento, a lo que se suma una inflación también volátil, lo que dificulta la valoración de los resultados probables por parte de los inversores.
La incertidumbre macroeconómica seguramente persistirá durante algún tiempo, especialmente en vista de que todavía existen dos cuestiones clave que no se han resuelto y que dominan los mercados. La primera de ellas es la situación entre Ucrania y Rusia en Europa y sus repercusiones sobre los mercados energéticos. Resulta muy difícil predecir cómo evolucionará la guerra y los efectos que tendrá sobre una importante locomotora del crecimiento mundial como es Europa. La segunda es China y su política de “covid cero”, que ha empañado las perspectivas de crecimiento del gigante asiático, lo cual ha tenido un efecto dominó que se ha dejado sentir especialmente en los mercados asiáticos. Estas dos situaciones cambiantes inciden considerablemente en la limitación del crecimiento mundial y el aumento de la inflación (a través de las restricciones en el plano de la oferta).
La política monetaria dicta el rumbo
La mayoría de los principales bancos centrales se muestran coordinados en su intención de reducir las presiones inflacionistas mediante el endurecimiento de la política monetaria. Sin embargo, empezamos a observar un cierto grado de variabilidad en el ámbito de la política fiscal, como ejemplifican las medidas que aprobó recientemente el Gobierno del Reino Unido y que dieron lugar a unas distorsiones sumamente considerables en el mercado.
No obstante, la mayor parte de las medidas que se anticipan recaen sobre los bancos centrales. Aunque la mayoría de ellos están tomando medidas similares para atajar la inflación, empezamos a observar cierta incertidumbre respecto de la rapidez con la que efectuar las subidas de tipos, la magnitud que deberían tener y el horizonte temporal durante el que mantener vigentes estas condiciones financieras restrictivas. La realidad es que todavía es necesario que la inflación toque techo en la mayoría de los países. Hasta que ello suceda, resulta muy difícil prever una ralentización de la actual trayectoria de subida de tipos por parte de los bancos centrales.
En nuestra condición de inversores activos, nuestro papel consiste en evaluar los riesgos ligados al crecimiento, la inflación y las políticas en las distintas economías y determinar si dichos riesgos están plenamente reflejados en los precios de los mercados de tipos, divisas y crédito. Determinamos nuestra opinión y convicción sobre la base de una perspectiva centrada en factores fundamentales, técnicos y de valoración y, a continuación, decidimos si nuestra opinión difiere de lo que descuenta el mercado.
La fragilidad del mercado aflora
En la actualidad, uno de los efectos más reseñables que están aflorando a raíz de los factores macroeconómicos es una creciente sensación de fragilidad en los mercados de bonos. Estamos acostumbrados a que los mercados de crédito presenten una cierta fragilidad. Después de todo, se trata de un mercado extrabursátil (OTC, por sus siglas en inglés) donde la liquidez puede agotarse con rapidez, especialmente en los segmentos de mayor riesgo, como los de alto rendimiento y deuda de los mercados emergentes, por ejemplo.
Ahora estamos empezando a ver cómo esta tensión también se está dejando sentir en los mercados de deuda pública, lo que añade una capa adicional de complejidad a la hora de gestionar activos de renta fija y construir carteras. La estabilidad financiera también constituye ahora un riesgo de cola y, junto con la inflación y el crecimiento, representa una variable que los bancos centrales también deben tener en cuenta.
Lo acontecido en el Reino Unido en las últimas semanas resultó revelador para la mayoría de responsables políticos de todo el mundo, dado que presenciaron la rapidez con la que la volatilidad puede traducirse en una situación de fragilidad en el mercado a través de una enérgica reducción del apalancamiento. Uno de los aspectos clave que buscamos cuando evaluamos los riesgos para la estabilidad financiera es el apalancamiento oculto que, por su propia naturaleza, resulta difícil de identificar. Una fórmula que pueden adoptar los inversores para protegerse frente a este fenómeno consiste en mantener carteras diversificadas y líquidas de cara a estar posicionados como proveedores de liquidez durante periodos de mayores distorsiones en los mercados.
En esencia, la volatilidad genera oportunidades, pero exige que los inversores presten más atención a la trayectoria del riesgo en una cartera y a la necesidad de estar listos para proporcionar liquidez en los segmentos del mercado donde surjan posibles distorsiones. A la hora de seleccionar los gestores activos de renta fija, resulta primordial evaluar su agilidad en la toma de decisiones para sacar partido de estas distorsiones.
Previsiones
El cometido de los gestores activos pasa por aprovechar la volatilidad y la dispersión en los mercados: este es el contexto en el que buscamos prosperar. Habida cuenta de nuestras previsiones de que asistiremos a una marcada ralentización unida a una inflación obstinadamente elevada, creemos que estas distorsiones seguramente persistirán durante al menos seis meses, lo que brindará oportunidades a los inversores activos que cuenten con sólidas plataformas de análisis. En el marco de un mandato mundial que incluye la opción de invertir en la mayoría de las clases de activos en el universo de renta fija, la ampliación de los diferenciales y los niveles más elevados que exhiben los rendimientos de partida ofrecen la posibilidad de generar unas atractivas rentabilidades a largo plazo en términos históricos.
Si bien cabe la posibilidad de que los mercados registren aún muchas más turbulencias y volatilidad, creemos que ya se descuenta una parte considerable del sentimiento bajista y que el posicionamiento en el mercado resulta defensivo en líneas generales. A modo de ejemplo, en el segmento del crédito mundial existe una marcada divergencia entre el universo de crédito investment grade en euros y el universo de crédito investment grade en dólares estadounidenses. No es ningún secreto que Europa se enfrenta a retos considerables asociados con la guerra y con una crisis energética. En la actualidad, el diferencial entre ambos mercados resulta considerable. Si profundizamos en nuestro análisis, observamos que el universo de crédito estadounidense presenta mayor dispersión, pero el universo del crédito europeo ofrece más oportunidades en líneas generales.
Oportunidades de inversión
Resulta evidente que los mercados descuentan de forma creciente escenarios recesivos que contemplan un “aterrizaje forzoso” de la economía. Prevemos que los tipos presentarán mayor divergencia a medida que la combinación de políticas macroeconómicas se ajuste para reflejar los distintos grados de sensibilidad que muestran las economías a las subidas de tipos.
En consecuencia, observamos muchas más oportunidades para expresar nuestras opiniones relativas sobre países y curvas de tipos. En el ámbito del crédito, observamos el surgimiento de un abanico de oportunidades en el mercado de crédito investment grade europeo, especialmente para los inversores que operan en dólares. En el segmento de alto rendimiento, la selección ascendente (bottom-up) e idiosincrásica del riesgo resulta fundamental.
En cuanto al crédito estructurado, nos centramos en algunas de las obligaciones garantizadas por préstamos (CLO, por sus siglas en inglés) que han registrado considerables fluctuaciones de precio en fechas recientes, así como en algunos bonos de titulización de activos (ABS, por sus siglas en inglés) relacionados con el consumo. En los mercados emergentes, analizamos los mercados de divisas y buscamos oportunidades en el segmento de la deuda denominada en divisa local. En vista de las trayectorias dispares del crecimiento y de los tipos, creemos que el dólar seguramente mantendrá su solidez en el futuro próximo.
En entornos como este donde abundan las distorsiones, la capacidad para adoptar un enfoque internacional y efectuar una selección a partir de un amplio conjunto de oportunidades con más palancas de alfa puede marcar una diferencia decisiva en la práctica. Si bien invertir en el entorno de mercado actual puede resultar inquietante, esperamos que unas asignaciones activas y flexibles redunden en beneficio de los inversores, dado que permiten evaluar el espectro completo de oportunidades que se presentan.
Fuente: Bloomberg Index Services Limited. BLOOMBERG® es una marca comercial y una marca de servicio de Bloomberg Finance L.P. y sus filiales (conjuntamente, «Bloomberg»). Bloomberg o sus licenciantes son los titulares de todos los derechos de propiedad sobre los índices Bloomberg. Bloomberg no aprueba ni avala este material; no garantiza la precisión ni la integridad de la información que se recoge en él; no ofrece garantía alguna, ni expresa ni implícita, en relación con los resultados que se obtengan basándose en él; y, hasta donde permita la ley, no asumirá responsabilidad alguna por daños o perjuicios que surjan en relación con este material. Las opiniones expresadas en esta presentación pertenecen al gestor de carteras y pueden variar en cualquier momento. Estas opiniones no reflejan necesariamente las opiniones de MFS o de otras personas de la organización de MFS, y no deben interpretarse como asesoramiento de inversión, recomendaciones sobre títulos-valores ni como indicación de intención de negociación en relación con cualquier otro producto de inversión de MFS.
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