El 2022 ha sido un año en el que los mercados mundiales de renta variable han estado bastante correlacionados a la baja, pero los mercados emergentes tienen sus propios motores económicos y políticos, que son independientes de los mercados desarrollados, comentó Josh Rubin, portfolio manager de Thornburg Investment Management.
Según los análisis del experto de Thornburg, lo que está ocurriendo sobre el terreno «hace confiar en que las economías de los mercados emergentes puedan recuperarse antes que las de los mercados desarrollados», y que las valoraciones de la renta variable en los mercados emergentes «puedan mejorar en 2023 y años posteriores».
En un video publicado en el sitio web de la firma, Rubin recuerda el reto que siempre ha sido la inflación para los países emergentes. Sin embargo, «los responsables políticos de los mercados emergentes han aprendido mucho de las crisis financieras de los años ochenta y noventa», aseguró el experto que destacó la velocidad con la que actuaron los bancos centrales de los países emergentes.
«La inflación en los principales mercados emergentes ha sido menos volátil y es sólo moderadamente elevada en comparación con las tendencias históricas. Y lo que es más importante, dado que los bancos centrales de los mercados emergentes se han mostrado en general agresivos a la hora de subir los tipos de interés para contener la inflación, varias de sus economías ya registran tipos reales positivos, y otras no están muy lejos de hacerlo«, aseguró.
Por otro lado, destacó la fortaleza que han logrado las divisas de esta serie de países, algo que siempre es una preocupación para el inversor.
Según Rubin, son varios los factores que han contribuido a esta «resistencia» de las divisas: en primer lugar, los países de mercados emergentes han afrontado el COVID con mucho menos estímulo que el mundo desarrollado, lo que ha protegido sus balances soberanos.
Además, los países emergentes han pasado a depender menos del comercio con las economías desarrolladas en la última década, por lo que pueden seguir creciendo incluso cuando la demanda se ha suavizado en Europa y Estados Unidos.
Desde el aspecto político, Rubin también destaca noticias positivas. La reelección del presidente chino Xi Jinping para su tercer mandato, con esta elección se puede esperar que en poco tiempo se conozca algún indicio de la planificación económica china.
En América Latina, las elecciones de Brasil resultaron con Luiz Inácio Lula Da Silva, el expresidente de izquierdas vuelve al sillón, pero esta vez con un Congreso dominado por la centro-derecha.
«Esperamos que el compromiso se traduzca en políticas más centristas de lo que los mercados temían a principios de año», comentó el portfolio manager de Thornburg.
Las incertidumbres políticas y económicas han arrastrado a los mercados de renta variable de China y Brasil a la parte baja de su rango de valoración de 15-20 años, pero ahora se tiene una mayor claridad política en ambos países, «lo que puede reducir los descuentos relativos de valoración», agregó. No obstante, la reapertura sostenible de China desde su política de cero COVID-19 es otro factor clave para el próximo año.
Por último, el experto reconoce que ha sido un año frustrante para los inversores de renta variable en mercados emergentes, pero rescata que han cotizado como una clase de activos sin riesgo. Sin embargo, algunos elementos de ese riesgo, como la inflación y la volatilidad de las divisas, se han contenido de forma constructiva. Además, dado que los responsables de la política fiscal y monetaria de los mercados emergentes nunca pisaron el acelerador durante el COVID-19, tampoco necesitan pisar el freno ahora.
Las economías de los mercados emergentes están bien posicionadas para volver a acelerarse en 2023 y años posteriores y las valoraciones de la renta variable de los mercados emergentes se han visto presionadas por los elevados tipos de interés locales y las preocupaciones políticas. Pero esta «situación se está invirtiendo, lo que también puede ser un viento de cola para las valoraciones de la renta variable», concluyó.
Materias Primas
Por otro lado, Nitesh Shah, director de materias primas y análisis macroeconómico de WisdomTree, reconoce que, históricamente, las materias primas han sido una clase de activo cíclica, que suele bajar cuando el ciclo económico se vuelve negativo. No obstante, señala que la historia demuestra que los precios de las materias primas pueden seguir subiendo mucho después de que un ciclo económico haya cambiado de rumbo si los factores son favorables. “Los shocks en el precio del crudo de la década de los 70 y 80 son un ejemplo de ello. Y, si bien es cierto que son ciclos inusuales, es probable que hoy estemos viviendo otro choque de precios en el sector energético”, afirma.
En los últimos meses, el mercado de materias primas ha sido protagonista por diversos eventos geopolíticos. Por un lado, los países de la OPEC+ anunciaron un gran recorte en la producción de petróleo a partir de noviembre, y, por otro, la crisis energética en Europa continúa agudizada a raíz de la guerra en Ucrania y de la dependencia del gas ruso.
Según Shah, la combinación de la subida de los precios de la energía y los tipos de interés ha llevado a paralizar algunas producciones y a reducir los inventarios actuales de algunas materias primas. Por ejemplo, señala que los inventarios de los metales básicos son considerablemente inferiores a su media de 5 años, pese a que sus caídas de precio hayan sido las mayores de todos los subsectores de materias primas. “Los mercados están descontando un debilitamiento de la demanda causado por una desaceleración económica, pese a que la demanda no se ha deteriorado aún. Por otro lado, la oferta está cayendo rápidamente”, matiza.
Otro ejemplo es la producción de cobre, sobre el cual se prevé que haya un déficit de 328.000 toneladas en 2022. “Las proyecciones iniciales tendían a asumir que la producción no se interrumpiría. Sin embargo, como hemos observado este año, las interrupciones en la producción pueden llegar a ser muy significativas”, añade el experto de WisdomTree.
El último elemento que destaca Shah en esta descripción del mercado de materias primas es China. Según indica, las políticas de China de cero COVID-19 han ralentizado el crecimiento económico y, por lo tanto, su demanda de materias primas. “Esto es importante porque China es el mayor consumidor de materias primas del mundo. Sin embargo, su banco central ha estado flexibilizando su política y el presidente Xi ha solicitado un esfuerzo total para aumentar el gasto en infraestructura, y ha dado vía libre a los gobiernos locales para recaudar fondos de deuda para financiar estos proyectos”, explica.
Finalmente y juntando todas las piezas, ¿en qué lugar queda el mercado de materias primas? “Es probable que, durante los próximos años, la transición energética y la revitalización del gasto mundial en infraestructuras impulsen una demanda mucho mayor de materias primas. Sin embargo, hoy estamos atravesando la fase contractiva de un ciclo económico. A pesar de que muchos mercados de materias primas están visiblemente restringidos en términos de oferta, las materias primas no están descontando lo suficiente esta escasez. La ley de Reducción de la Inflación en los EE.UU. y el proyecto de ley de Infraestructura son grandes factores que benefician a la demanda de materias primas. En Europa, el fuerte énfasis que se hace para eliminar la dependencia energética de Rusia está sumando una nueva urgencia a la transición energética, lo que hace que esperemos que se lleven a cabo en el sector planes acelerados de infraestructura”, argumenta Shah.
Según su visión, el hecho de que las economías entren en recesión no inspira una gran confianza en el repunte de las materias primas. Sin embargo, “la historia sugiere que las desaceleraciones económicas combinadas con una inflación elevada han estado asociadas a una rentabilidad positiva de las materias primas y el oro”.
En su opinión, el choque de los precios energéticos ha establecido un círculo vicioso de contracción de oferta en los metales, los fertilizantes y otras materias primas de uso intensivo. Pero advierte de que no podemos olvidar que el súper ciclo impulsado por la transición energética y la infraestructura sigue estando en pie, aunque la dinámica del ciclo económico a corto plazo dicte hoy los titulares. “A medida que salimos de esta fase económica, podríamos dar con varios mercados de materias primas en niveles de oferta extremadamente restringidos”, concluye.