La estrategia Global Franchise es uno de los buques insignia de la gestora Ninety One. El fondo, que fue lanzado desde 2007, es de hecho la estrategia de renta variable de mayor tamaño de la gestora, con 18.000 millones de dólares bajo gestión en manos de un equipo de 30 expertos que capitanean los gestores Clyde Rossouw y Simon Brazier. Rossouw participó recientemente en un webinar organizado por la compañía para explicar su visión del mercado y cómo la ha reflejado en la cartera del fondo.
El Ninety One Global Franchise efectivamente está compuesto por una cartera muy concentrada que invierte en valores que se caracterizan por sus sólidas tasas de crecimiento y por la calidad de sus modelos de negocio. En la actualidad solo invierte en 26 valores, de los cuales el top 10 – con compañías como Visa, Microsoft, ASML, Intuit o Philip Morris– supone el 51% de todas las posiciones. Como resultado del stock picking activo del equipo, el fondo presenta un elevado active share del 92% (toma como referencia el índice MSCI ACWI) y ha sido capaz de generar retornos de manera consistente para sus partícipes con una beta de tan solo el 0,75 desde su lanzamiento. El producto se encuentra actualmente en el primer decil de su categoría a un año.
Desde la gestora explican que uno de los atributos clave que diferencian a la estrategia es que aguanta bien en mercados difíciles, además de presentar una volatilidad inferior a la media y versus a otros gestores competidores. A lo largo de su intervención en el webinar de Ninety One, Clyde Rossouw explicó en varias ocasiones que en el momento actual el análisis fundamental es más importante que nunca: “Se puede llegar a una de estas dos conclusiones sobre la fuerte caída de los mercados este año: o bien las acciones se han portado de manera mediocre porque los fundamentales se han deteriorado, o bien el mercado ha cambiado de actitud respecto a lo que se estaba pagando por estos negocios. Si miras los retornos, en muchos casos el mercado ha cambiado su punto de vista sobre qué merece la pena pagar por los flujos de caja en un momento en el que todavía había crecimiento”. Así, el gestor afirma que el mayor de los desafíos que afrontan los inversores este año es “cuándo los múltiplos de las bolsas tocarán suelo”, así como “cuándo dejaremos de luchar contra los niveles actuales de liquidez, porque estamos en un entorno de mercado en el que la liquidez es un obstáculo”.
Aunque el entorno de inversión haya sido especialmente difícil este año – “no ha habido lugar donde esconderse de las subidas de tipos”-, el gestor se fija en aspectos positivos, como las oportunidades para generar alfa derivadas del incremento de la dispersión entre valores: “Las acciones de calidad no se han comportado como un bloque único. Siempre hay una serie de características en común que buscamos, pero luego hay una serie de negocios subyacentes con motores clave de crecimiento que crean esta diferenciación en los resultados”. Así, aunque la cartera del Global Franchise está significativamente expuesto a nombres quality growth, el gestor se fija en otro tipo de compañías de crecimiento como Spotify, Nvidia o Shopify.
Rossouw también destaca el buen comportamiento de algunas partes defensivas del mercado, como las farmacéuticas y otros valores del sector salud: “Intentamos equilibrar el resultado general de la cartera con este tipo de negocios defensivos, que son más estables y algo más aburridos, porque se comportan mejor en contextos difíciles de mercado”, afirma. Dicho esto, el gestor puntualizó que “ahora no es probablemente el mejor momento para incrementar la parte defensiva de la cartera, nos gustaría hacerlo cuando estemos más cerca del final del ciclo de subidas de tipos”. Es un apunte clave, dado que “implica que los inversores deberían empezar a pensar en cómo posicionarse de cara a la recuperación a medida que nos adentremos en 2023”.
En cambio, el fondo evita invertir en algunos de los valores que habían sido más populares los últimos años, como Google o Meta. El gestor afirma que “el mercado no está comprendiendo bien todo lo relacionado con el valor fundamental del sector tecnológico”. Opina que para analizar el sector es imprescindible delimitar qué dependencia tienen los ingresos de la compañía de la publicidad, así como determinar cuáles son los motores subyacentes de rentabilidad. Por ejemplo, destaca los buenos resultados de Microsoft en su área de tecnología en la nube.
Como pauta general, el experto explica que, a medida que se aproxime el suelo del mercado, los inversores deberían centrarse en lo que denomina “beneficios hoy, crecimiento mañana”. Se explica: “Hay un montón de negocios que ofrecen crecimiento en el futuro y que hoy no tienen beneficios y hay muchas compañías que tienen muchos beneficios actualmente, pero no ofrecen crecimiento a futuro”. Para él, los valores del sector energético son un caso claro, porque las circunstancias para seguir creciendo en el largo plazo son adversas: “Tenemos precios de la energía muy disparados, los márgenes se están reduciendo y están llegando recortes en los costes, necesitan invertir constantemente en capex para poder reemplazar sus reservas, eso lleva finalmente a flujos de caja comprimidos y menores ingresos para los inversores”.
En suma, el gestor no ha querido ponerse demasiado defensivo ni invertir demasiado en alto crecimiento porque considera que todavía hay mucha incertidumbre. Apenas ha retocado la cartera, ha evitado la exposición a sectores como materiales o utilities y minimizado su exposición al riesgo de tipos con una pequeña posición a bancos: “Me siento cómodo con los títulos que tenemos en cartera, porque tenemos una buena colección de compañías excelentes que tienen fundamentales muy fuertes”. Sí que admite haber aprovechado la compresión injustificada de las valoraciones para adquirir o incrementar algunas de las posiciones en cartera, de modo que ahora espera poder generar rendimientos de doble dígito en el largo plazo.
Rossouw terminó su presentación con una nota positiva: “Hay mucho ruido en el mercado, pero seamos claros: muchas de las fuerzas que están moviendo a los mercados hoy son buenas para el entorno de inversión. Todavía hay negocios que operan en la economía real que están mejor posicionados que otros para generar resultados financieros consistentes. Son compañías que tienen un modelo de negocio estable. La tasa de crecimiento de la cartera es superior desde la perspectiva de los flujos de caja libres, que son más elevados hoy de lo que eran hace 2-3 años, la calidad de los beneficios y los retornos es superior, la conversión de efectivo es mejor y no tenemos deuda neta en la cartera. Por tanto, no creo que el entorno de tipos más altos sea algo malo”. “Para nosotros es una cartera bastante decente y un buen punto de partida para invertir”, concluyó.