A 2022 apenas le quedan cincuenta días en el calendario para despedirse y lo hará dejando un panorama económico global ensombrecido. Los expertos de las gestoras reconocen que la lista de retos y riesgos es amplía, pero todos coinciden en que la evolución de la inflación y la guerra en Ucrania serán determinantes de cara al fin de año y a lo que se pueda esperar de 2023.
Para Chris Iggo, CIO Core Investment Managers de AXA Investment Managers y presidente del AXA IM Investment Institute, la esperanza entre los inversores es que los bancos centrales pronto lleguen a la conclusión de que se han hecho lo suficiente en términos de ajuste monetario. “La inflación es incómodamente alta y sigue sorprendiendo al alza. El crecimiento económico se está desacelerando a medida que los tipos más altos comienzan a afectar los costes de los préstamos y los mercados inmobiliarios. La crisis energética no va a desaparecer, ante los posibles apagones de este invierno en Europa. Por su parte, Putin amenaza con una escalada del conflicto en Ucrania con el uso de armas nucleares. La combinación de todo esto da lugar a mercados al límite”, afirma el experto de AXA IM.
En este contexto, ¿cómo y dónde encontrar oportunidades de inversión? Según Tiffany Wilding, economista de América del Norte de PIMCO, y Andrew Balls, CIO de renta fija global, en PIMCO, “los inversores tienen motivos suficientes para preocuparse: los mercados son volátiles, la inflación es persistente y el riesgo de recesión se cierne sobre ellos. Pero hay un punto positivo a tener en cuenta: con los rendimientos ahora más altos, creemos que los bonos vuelven a ser atractivos”.
Una visión que coincide con la de Chris Iggo de AXA IM: “El escenario más benigno sería que el cambio de rumbo provenga de cifras de inflación más bajas. Eso permitiría que las expectativas de tipos de interés bajen y sean positivas para los bonos. Un rápido debilitamiento de los datos de crecimiento y una inflación más baja también serían positivos para los bonos, ya que la atención se centraría en que los bancos centrales tengan que relajarse en algún momento en respuesta a los crecientes riesgos de recesión”.
Para los expertos de PIMCO, su previsión base es que se produzcan recesiones poco profundas en los mercados desarrollados, especialmente en la zona del euro y el Reino Unido, que se enfrentan a las perturbaciones derivadas de la guerra en Ucrania. Además, estiman que el PIB real de Estados Unidos también experimentará probablemente un periodo de modesta contracción. “Mientras tanto, las tasas de inflación subyacente, que están por encima de los objetivos de los bancos centrales, parecen ahora más arraigadas, y aunque es probable que la inflación general acabe moderándose de forma significativa en nuestro horizonte cíclico, ahora parece que tardará más tiempo”, añaden.
Consecuencias para la inversión
Sobre las consecuencias que esto tendrá para la inversión, apunta que los mercados de renta fija de alta calidad pueden ofrecer ahora unos rendimientos mucho más coherentes con las medias a largo plazo. “Pensamos que la parte delantera de las curvas de rendimiento en la mayoría de los mercados ya tiene en cuenta un endurecimiento monetario suficiente.Vemos abundantes oportunidades para tratar de aprovechar este valor creciente en los mercados de bonos. Por ejemplo, los inversores podrían combinar la exposición a los rendimientos de los índices de referencia de alta calidad, que han aumentado significativamente en el último año, con una exposición selectiva a los sectores de diferenciales de alta calidad, y añadir el alfa potencial de la gestión activa. Creemos que el potencial de rentabilidad es convincente a la luz de nuestras perspectivas cíclicas, y que muchos inversores podrían verse recompensados al volver a la renta fija”, argumenta.
Wilding y Balls añaden que además de un mayor potencial de ingresos, los rendimientos son lo suficientemente elevados como para ofrecer la posibilidad de obtener ganancias de capital en caso de que el crecimiento y la inflación sean más débiles de lo previsto o en caso de una debilidad más pronunciada del mercado de renta variable. “Esperamos que se reafirmen las correlaciones negativas más normales entre los bonos de alta calidad y la renta variable, lo que mejorará las características de cobertura de los bonos básicos de calidad, que generalmente deberían aumentar su valor cuando la renta variable caiga. Además, los mayores rendimientos ofrecidos en los mercados de bonos hoy en día podrían ayudar a compensar a aquellos que decidan esperar este periodo de incertidumbre y potencialmente mayor volatilidad”.
Los expertos de PIMCO tienen claro que es el momento de la vuelta a la renta fija, pero sin olvidar ser cautos: “Si la inflación es más rígida de lo que esperamos, los bancos centrales podrían verse obligados a subir los tipos más de lo que se prevé actualmente, y si las recesiones son tan superficiales como esperamos, los responsables políticos podrían tardar en recortar los tipos de interés oficiales para impulsar el crecimiento, dado el elevado punto de partida de la inflación. Por lo tanto, en las carteras de renta fija básica, este es un entorno en el que estamos preparados para tomar la decisión activa y deliberada de reducir el riesgo en una serie de factores de riesgo y mantener algo de polvo seco (es decir, mantener la liquidez). La gestión de la liquidez siempre es importante, pero lo es especialmente en un entorno de mercado difícil y muy incierto. En consonancia con nuestra perspectiva secular, trataremos de mantener carteras que sean resistentes a una serie de resultados económicos, geopolíticos y de mercado”.
Hablemos de renta variable
Para Benjamin Melman, Global CIO en Edmond de Rothschild AM, esta última parte del año exige ser más táctico a la hora de invertir y ser cautos, al menos hasta que una recesión en EE.UU. esté más descontada en los precios de las acciones. “No podemos saber con certeza cuándo, pero es importante no alejarse demasiado de una asignación estratégica”, reconoce.
En este sentido, la gestora sigue infraponderada ligeramente la renta variable y, en general, neutral en cuanto a la renta fija, aunque consideran que el mercado de deuda pública estadounidense está cotizando por fin a niveles más razonables. “En lo que va de año, la renta variable y la deuda pública se han movido en tándem, pero creemos que podrían separarse si una recesión en Estados Unidos pesa sobre los mercados de renta variable y deuda corporativa. Ya no sobreponderamos la renta variable estadounidense frente a la europea. El mercado de renta variable europeo ya se ha visto afectado por muchas malas noticias, particularmente por la crisis energética, mientras que la estadounidense parece un poco caro dado el aumento de los rendimientos de los bonos reales de EE.UU.”, afirma.
Por su parte, Jaime Raga, senior CRM de UBS AM Iberia, considera que la prima de riesgo de la renta variable sigue indicando que las acciones están caras en relación con los bonos, y es probable que se produzcan más recortes en las estimaciones de beneficios. Según Raga, ahora mismo prefieren posiciones largas en acciones de EE.UU. frente a otras acciones de mercados desarrollados, sin cobertura de divisas.
“La actividad global se está desacelerando y el crecimiento de los beneficios de las empresas estadounidenses es menos cíclico que el de otras regiones. La renta variable estadounidense puede ser más vulnerable si los rendimientos reales continúan su tendencia al alza, ya que es más cara y está más expuesta al factor de crecimiento. Por eso es importante, en nuestra opinión, tener una exposición sin cobertura de divisas, ya que el dólar estadounidense también se fortalecería probablemente si los rendimientos reales suben, compensando parte del posible rendimiento inferior en el lado de la renta variable”, explica.
Por último desde Robeco defienden que las acciones respaldadas por unos beneficios sólidos son más atractivas que los bonos. Los sectores de semiconductores y transporte marítimo constituyen sendos ejemplos de industrias cíclicas que podrían convertirse en oportunidades de inversión en una recesión, según Arnout van Rijn, gestor de cartera y especialista en soluciones de inversión multiactivos sostenible de Robeco. “Ahora que todo el mundo habla sobre la persistencia de la inflación y una posible espiral de precios y salarios, estos sectores cíclicos tempranos están deparando buenas noticias”, afirma.
En opinión del experto, los precios de los semiconductores empezaron a caer hace un año y su caída se ha acelerado recientemente, algo que en el pasado ha servido de indicador anticipado de una recesión. “El tono de los fabricantes de microprocesadores ha cambiado radicalmente, ya que registran un aumento de las existencias, sin tener visibilidad de la demanda. Los suministros mantuvieron la disciplina, pero eso ya era de sobra conocido, por lo que muchos clientes duplicaron sus pedidos incluso en mayor medida que en ciclos anteriores. Lo que parecía que solo sería una suave recesión se está convirtiendo ahora en el típico ciclo del cerdo”, argumenta Van Rijn.