¿Sabías que las principales instituciones invierten entre 30% y 60% de sus activos en activos alternativos?
¿Te parece demasiado? Tal vez si te cuento que aquellas instituciones que invierten más en alternativos son las que han obtenido un mejor desempeño, este número empieza a tener más sentido. La diferencia de retornos entre las instituciones que utilizan más alternativos versus las que utilizan menos es de casi 4% por año.
Ahora, analicemos quiénes son y por qué los activos alternativos son una pieza central de estas instituciones.
Cuando nos referimos a estas instituciones, estamos hablando de Endowments y Fundaciones. Estos son fondos de capital permanente creados para apoyar el trabajo de una institución sin fines de lucro, generalmente universidades. Al ser de capital permanente, tienen un horizonte temporal de muy largo plazo y con relativamente bajas necesidades de liquidez, esto los convierte en el “Inversor Ideal”. ¿Por qué? Porque tienen una mayor libertad a la hora de seleccionar los mejores activos para optimizar su rentabilidad a largo plazo.
En el caso de los Endowments de universidades, su filosofía de inversión conocida como el “Endowment Model”, reconoció hace mucho tiempo el costo en términos de retorno que implica la liquidez, por lo que para inversores que no requieran de liquidez inmediata no es eficiente invertir en activos líquidos. Esto se debe a que la liquidez tiene un costo, y se paga con menor retornos. Es por esto, que más de la mitad de sus activos son activos alternativos. Incluso si miramos los Endowments del Ivy League (las universidades de Brown, Columbia, Cornell, Dartmouth, Harvard, Princeton, Pennsylvania y Yale), este porcentaje supera el 70%.
Este menor retorno relativo de los activos líquidos no incluye el costo de utilizar la liquidez en un mal momento. Este punto lo cubrimos en nuestra columna “30 días que cuestan 20 años” y apunta a lo caro que puede ser tomar decisiones emocionales en los mercados financieros. En algunas ocasiones, cierto grado de iliquidez puede evitar que tomemos decisiones emocionales y nos tomemos el tiempo necesario para una decisión más racional.
A su vez, los activos alternativos no solamente mejoran la rentabilidad del portafolio, sino que aportan a la diversificación y a disminuir la volatilidad de una cartera de inversiones. Este último punto ha sido más que notorio en este 2022 y ha puesto en evidencia más que nunca la importancia de incluir alternativos en una cartera de inversiones. Según Bloomberg, los endowments que gestionan más de USD 500 MM (con más de 40% de su cartera en Alternativos) han tenido una rentabilidad positiva de 0,9% YTD (al 9 de agosto), es decir, 14,4% más que la rentabilidad del S&P 500 a la misma fecha.
Ahora, además de la iliquidez, los activos alternativos presentan una complejidad superior en términos de selección del gestor, ya que la dispersión de retornos de los activos privados es notoriamente más amplia que en los activos públicos. Es por esta razón que la selección del gestor es crucial en activos alternativos.
La parte positiva, es que la historia ha sido una buena referencia. Cerca de un 60% de los gestores con retornos sobre la media se mantienen con retornos sobre la media.
Según un informe de McKinsey, los inversionistas minoristas asignan en promedio 2% en activos alternativos y estiman que este número podría llegar a 5% en los próximos 3 años. Esta tendencia que recién comienza y es como todas multi factorial, pero tal vez hay tres factores relevantes a destacar:
- La volatilidad experimentada estos últimos años ha hecho que muchos inversores individuales de alto patrimonio comiencen a considerar activos alternativos como una opción válida.
- El hecho de que muchos inversionistas institucionales estén alcanzando sus límites autoimpuestos para asignar en alternativos, ha generado que los gestores de activos alternativos están comenzando a poner foco cada vez más en inversionistas individuales de alto patrimonio, un mercado que ha sido poco explotado por la industria de alternativos.
- Este último elemento, está facilitando el acceso y conocimiento de estos productos a los inversores minoristas.
En resumen, el hecho de que el “Inversor Ideal” asigne el 70% de sus activos en inversiones alternativas ilíquidas no significa que esto sea lo más eficiente para un inversor individual. Principalmente porque el horizonte temporal de los individuos es menor y existen mayores necesidades de liquidez.
Sin embargo, es importante ser conscientes de que estamos pagando un costo por la liquidez. Por lo que, basados en nuestras restricciones, intentar minimizar este costo por liquidez es la opción más racional. Una forma de comenzar a pensar en esto es identificar qué porción de la cartera de inversiones estamos dispuestos a que no esté disponible de manera inmediata, para así pensar en cuál es nuestra asignación óptima en activos alternativos. De esta manera estaremos dando el primer paso hacia una mayor eficiencia en la cartera de inversiones.