La SEC ha propuesto una nueva norma y enmiendas a la Investment Adviser Act de 1940 para agregar controles ante la subcontratación de determinados servicios y funciones.
«La subcontratación quedará prohibida si no se lleva a cabo la debida diligencia y la supervisión de los proveedores de servicios», dice el comunicado de la SEC.
«Los asesores de inversión registrados -más de 15.000 en total- desempeñan un papel fundamental en nuestra economía, asesorando a más de 60 millones de cuentas con activos combinados bajo gestión de más de 100 billones de dólares (trillions, según la contabilidad anglosajona)», dijo el presidente de la SEC, Gary Gensler.
La propuesta exigirá a los asesores que satisfagan determinados elementos de diligencia debida antes de contratar a un proveedor de servicios que vaya a realizar determinados servicios o funciones de asesoramiento, y que posteriormente lleven a cabo una supervisión periódica del rendimiento del proveedor de servicios.
La norma se aplicaría a los asesores que subcontratan determinadas «funciones cubiertas», que incluyen aquellos servicios o funciones que son necesarios para prestar servicios de asesoramiento de conformidad con la legislación federal sobre valores y que, si no se realizan o se realizan de forma negligente, tendrían un impacto negativo importante para los clientes.
Además, se exigirá a los asesores que lleven a cabo la debida diligencia y la supervisión de todos los terceros encargados del mantenimiento de registros y que obtengan garantías razonables de que éstos cumplan determinadas normas.
Por último, los asesores serán obligados a “mantener libros y registros relacionados con las obligaciones de supervisión de la nueva norma y comunicar información de tipo censal sobre los proveedores de servicios cubiertos por la norma”, agrega el comunicado.
Gensler, por su parte, aclaró que aunque los asesores han utilizado proveedores de servicios de terceros durante décadas, “su creciente uso ha llevado al personal a hacer varias recomendaciones para garantizar que los asesores que los utilizan sigan cumpliendo sus obligaciones con el público inversor”.
La autoridad valoró que un asesor de inversiones puede subcontrata el trabajo a terceros para reducir los costos, pero advirtió que eso “no cambia las obligaciones básicas del asesor con sus clientes”.
A medida que la demanda del sector de la gestión de activos ha crecido y las necesidades de los clientes se han vuelto más complejas, muchos asesores han contratado a proveedores de servicios de terceros para realizar determinadas funciones o servicios, muchos de los cuales son necesarios para que un asesor preste sus servicios de asesoramiento de conformidad con la legislación federal sobre valores.
Estas funciones pueden incluir el suministro de directrices de inversión, la gestión de carteras, los modelos relacionados con el asesoramiento de inversión, los índices o los servicios o programas informáticos de negociación. La subcontratación puede beneficiar a los asesores y a sus clientes, pero éstos podrían verse muy perjudicados cuando un asesor subcontrata una función o un servicio sin la debida supervisión del asesor, concluyó Gensler.