Después de un año de tramitación, la Ley Fintech finalmente fue aprobada por el Congreso chileno este mes. Y con ella, según destacaron desde la auditora KPMG en un comunicado de prensa, trae consigo oportunidades y desafíos.
En principio, indicaron, la ley incluye nuevos actores al perímetro regulatorio de la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) y la Unidad de Análisis Financiero (UAF), como el “crowdfunding” y las plataformas de transacciones financieras (incluyendo criptomonedas).
También dicta las reglas del sistema de finanzas abiertas, donde los usuarios serán dueños de su información financiera, y será obligatorio para las instituciones compartir tales datos, siempre con la aprobación previa del consumidor.
Uno de los puntos que se discutió en el Senado fue la antigüedad de la información que podrá ser intercambiada, definiéndose que ésta no podrá tener más de cinco años. “Dicha norma busca poner un límite temporal, en relación a la información de las transacciones de los usuarios que podrá ser manejada por el Sistema de Finanzas Abiertas”, explicó Edmundo Varas, director de global de Legal Services de KPMG Chile.
Según señaló, tiene como fundamento la protección de los datos personales y la titularidad de estos mismos por parte del usuario. “En todo caso, no podemos olvidar que esta normativa podría cambiar en el futuro, considerando el proyecto de ley sobre tratamiento de datos personales”, agregó.
Respecto a los impactos que podría tener la nueva ley para las empresas, Varas comentó en la nota de prensa que, “aunque en una primera instancia los bancos e instituciones financieras vieron a las fintech como competidores, ahora están cambiando su percepción, considerándolas como complementarias a sus actividades”. Un ejemplo de esto es el acuerdo marco para captura de datos suscrito entre la ABIF, Banco Estado y la asociación gremial FinteChile.
Otro de los ámbitos que destacó el abogado son las oportunidades de negocios que estarían vislumbrando las empresas financieras con la nueva ley, ya que “a través del desarrollo de un Sistema de Finanzas Abiertas y en base al intercambio de información de sus clientes, se abren nuevos caminos para crear productos personalizados, así como realizar una correcta evaluación de riesgo”.
El mayor desafío de la nueva ley será la adaptación, según el profesional. “Es importante saber que sólo podrán prestar los servicios las instituciones registradas en el Registro de Prestadores de Servicios Financieros que será administración por la CMF”, indicó en el comunicado, para lo cual las fintech deberán cumplir una serie de requisitos.
El proyecto de ley ya fue aprobado por el Congreso y pasará a trámite de promulgación. Posteriormente, será publicada en el Diario Oficial. Si bien esto podría darse en un corto plazo, es importante tener en cuenta que la vigencia de algunas de sus normas dependerá de la normativa que dicte la Comisión para el Mercado Financiero, además de aquella emitida por el Banco Central de Chile.