Los precios del cobre parecen haberse estabilizado tras una de las caídas más rápidas y bruscas de la historia, pero el mercado sigue mostrándonos un panorama sombrío de la economía mundial. Como reflejo de los crecientes riesgos de recesión y del desplome inmobiliario en China, el estado de ánimo del mercado sigue siendo bajista, pero parece que ya se han descontado muchas noticias negativas, señala en un informe Carsten Menke, Head of Next Generation Research de Julius Baer, quien añade: “Por tanto, y suponiendo que el mundo no caiga en una recesión, desde Julius Baer creemos que el cobre ha superado su nivel mínimo y tiene un precio justo”.
“Más allá de las incertidumbres económicas a corto plazo, ahora tenemos una visión más constructiva a largo plazo, ya que esperamos que el fuerte crecimiento de la demanda relacionada con la transición energética supere estructuralmente el crecimiento de la oferta”, dice Carsten Menke.
“En primer lugar, las dificultades de China y el desplome del mercado inmobiliario son las mayores preocupaciones para el cobre. Es probable que el crecimiento se haya reducido, pero no se prevé un rápido repunte. El gobierno intenta estabilizar el mercado inmobiliario y aplicar medidas de estímulo específicas en el sector de las infraestructuras. Fuera de China, la demanda de cobre sigue siendo notablemente resistente, como indica el lento pero sólido crecimiento de la producción industrial en Estados Unidos, Europa y Japón”, señalan desde Julius Baer.
“Por otra parte y a pesar de que está aumentando rápidamente a nivel mundial, la demanda de cobre relacionada con la transición energética es todavía demasiado pequeña para marcar la diferencia en la situación actual. Hoy en día, los vehículos eléctricos y las energías limpias representan sólo el 2% y el 6,5% de la demanda mundial de cobre, respectivamente, pero estimamos que su cuota debería crecer mucho durante las próximas décadas”.
“Así, tras dos años de escaso crecimiento de la oferta y de aplazamiento de proyectos debido a la pandemia, la producción minera de cobre se está acelerando de nuevo, principalmente en África y Asia, más que en América. Si bien contribuye a equilibrar el mercado a corto plazo, ahora proyectamos una desaceleración a largo plazo del crecimiento de la oferta minera. La estrechez del mercado chino de los residuos de cobre ha desaparecido por completo. Las importaciones de estos residuos de cobre están alcanzando máximos de varios años, pero el difícil entorno cíclico actual debería provocar una ralentización a corto y medio plazo del suministro”, explica Carsten Menke.
“En este contexto, contemplamos dos posibles escenarios. Por un lado, el estímulo generalizado en China, un cambio en las políticas inmobiliarias y las interrupciones inesperadas de la oferta enmarcan los argumentos alcistas para el cobre. El mercado bajista, al contrario, surgiría como consecuencia de una ralentización económica peor de lo esperado en China y una recesión en el resto del mundo”.
“Finalmente, y para concluir, señalamos que la transición energética se convertirá en el motor dominante de la demanda de cobre en las próximas décadas. Los vehículos eléctricos, en particular, serán la mayor fuente de demanda incremental. Además, la demografía desfavorable de China, la ralentización de la urbanización y la transición de un crecimiento impulsado por la inversión a otro impulsado por el consumo están provocando vientos en contra de la demanda de metales. Los recortes en el gasto de capital deberían provocar una ralentización del crecimiento de la oferta minera a partir de 2025, mientras que la oferta de residuos procedente de las baterías de los vehículos eléctricos debería empezar a crecer”, dice el Head of Next Generation Research de Julius Baer.
Los hechos en cifras según el informe de Julius Baer:
- El aluminio y el cobre son los dos mayores mercados de metales básicos, con un tamaño de 200.000 millones de dólares cada uno. Los mercados más pequeños son el plomo, el níquel, el estaño y el zinc; en conjunto, su tamaño es inferior a 150.000 millones de dólares.
- El ciclo económico es el principal motor de la demanda de metales básicos. De ahí que se consideren indicadores decrecimiento. El cobre es el más destacado, lo que le ha valido el apodo de «Dr. Cobre». Históricamente, un punto de inflexiónen los precios ha señalado a menudo un punto de inflexión en la economía.
- Las minas son la principal fuente de suministro de metales básicos. Debido a su tamaño y complejidad, desde la exploración hasta la producción pasan varios años. El progreso tecnológico en la minería ha sido muy gradual en las últimas décadas.
- La importancia de los suministros secundarios, es decir, del reciclaje, varía de un metal a otro. Es muy elevada en el caso del aluminio, que puede reciclarse con facilidad y eficacia. El aluminio reciclado utiliza el 5% de la energía de la producción primaria.