Seguimos enfrentándonos a meses complicados, sin importar nuestro perfil de inversión. En septiembre la bolsa cayó más de un 7% y los bonos un 3%, el euro ha vuelto a debilitarse frente al dólar y tan solo el oro ha mantenido el precio, en euros, más o menos estable, resume Francisco Quintana, director de estrategia de Inversión en ING. Por geografías, en bolsa tampoco se salva ninguna región, aunque en emergentes las caídas han sido un poco más pronunciadas.
Por otro lado, los tipos de interés oficiales y las rentabilidades de los bonos a largo plazo pueden seguir subiendo en 2023 si la inflación no remite con rapidez e intensidad, advierten los expertos de Olea Gestión, quienes también creen que las bolsas continuarán corrigiendo si los beneficios se contraen sustancialmente.
El panorama es complejo y todos tenemos puestos los ojos en la inflación y la actuación de los bancos centrales, quienes están muy asustados con una inflación que sigue creciendo y generalizándose. «Ya no es una cosa de energía o alimentos, y se está transfiriendo a las expectativas. Las familias y las empresas empiezan a tenerla en cuenta y hace que la tarea de frenarla sea mucho más complicada. Por eso los bancos centrales están siendo tan agresivos”, explica Quintana.
Consecuencias de la subida de tipos
Esta inflación desbocada ha provocado que los bancos centrales emprendan subidas de tipos de interés, históricas por su agresividad, las cuales tienen varias consecuencias. Primero en los bonos, ya que todos los que ya habíamos comprado valen menos porque siguen saliendo cada día nuevos bonos con una rentabilidad mucho más alta. En las bolsas, la probabilidad de que estas subidas provoquen una recesión aumenta y una recesión reduce los beneficios de las empresas por lo que pierden valor en bolsa, resume Quintana.
“Este endurecimiento monetario se filtra en el mercado provocando incrementos de los rendimientos de la deuda pública, y arrastrando al crédito, que además comienza a poner en precio una contracción económica más fuerte, con incrementos de spreads cercanos a los vividos en la crisis del COVID-19”, completan desde Welzia Management. El encarecimiento del dinero, según explican, perjudica a las entidades más endeudadas, entre las que se encuentran algunos países desarrollados como el caso del Reino Unido, donde han despertado los “bond vigilantes”, recordando a la nueva primera ministra Liz Truss y a su anterior ministro de hacienda Kwasi Kwarteng, que no era momento de irresponsabilidad fiscal.
“La realidad es que en los próximos meses no parece que contemos con el soporte monetario ni con el fiscal. Estamos solos. Y como sigue reconociendo Jerome Powell en cada una de sus intervenciones, para parar la inflación hay que soportar “dolor” en términos de menor crecimiento económico y mayor desempleo”, advierten los expertos de la entidad. Estas subidas de tipos terminan filtrándose a la economía real con un cierto retraso, por lo que desde Welzia Management creen que no es de extrañar que los próximos meses sigamos viendo afectación en los sectores más perjudicados.
¿Qué va a pasar? Los expertos coinciden en que los bancos segiurán subiendo tipos durante varios meses, incluso si empieza a caer la inflación, y “seguirán hasta que tengan la seguridad de que se van a acercar a sus objetivos del 2% de inflación. Los inversores esperan que ese punto de inflación llegue en la primavera de 2023. Hasta que se produzca ese cambio de tono es imposible que tengamos estabilidad”, añade Quintana.
¿Cómo invertir?
El experto de ING recuerda que siempre hay incertidumbre, pero que cuando el comportamiento de los mercados está vinculado a eventos geopolíticos, como la guerra de Ucrania, es más elevada. “Que el tono de los mercados sea positivo o negativo en los próximos meses depende de factores en apariencia localizados, pero que podrían tener consecuencias a nivel global: la temperatura del próximo invierno, la continuidad del flujo noruego de gas a Europa, la evolución de la deuda y las pensiones en Reino Unido, o la situación de bancos específicos como Credit Suisse o Deustche Bank”, explica.
Mientras tanto, Quintana considera que la bolsa y la renta fija están alcanzando unos niveles que hace un año habríamos considerado muy atractivos. En este contexto, recomienda a los inversores que no estén cómodos con la volatilidad refugiarse un tiempo en productos como los depósitos o los fondos garantizados. Sin embargo, para aquellos que se sientan cómodos con un poco de movimiento a corto plazo, señala que pueden permitirse el lujo de empezar a comprar porque “nos estamos acercando a una ocasión clara en la que se pueden adquirir activos muy buenos a mu buenos precios”.
Desde Caja de Ingenieros recuerdan que el devenir de los próximos meses está empañado por la perturbación que atraviesa la economía mundial: las tensiones geopolíticas, unidas por el conflicto en Ucrania y la crisis energética. En palabras de Bas Fransen, director de Mercado de Capitales: «El entorno económico y financiero es muy complejo y las tensiones geopolíticas elevadas y, en consecuencia, la incertidumbre es muy relevante. Por esta razón recomendamos cautela, prudencia y paciencia en la toma de decisiones de inversión. En este caso, la prudencia se traduce en la diversificación de las carteras, la incorporación de activos reales como cobertura contra la inflación, la definición de un horizonte temporal a medio y largo plazo y la consideración de oportunidades de inversión en renta fija».
César González, director financiero de Avanza Previsión, entidad aseguradora perteneciente al Grupo Mutualidad de la Abogacía, advierte que “tenemos que acostumbrarnos a una inflación más alta de la habitual durante el 2023”. El experto asegura que “el inversor particular tiene mecanismos para hacer frente a periodos inflacionistas, de manera que el incremento de la inflación llegue a ser una fuente de rentabilidad para el inversor”. Además, señala que “no todos los sectores se ven perjudicados por la inflación y aquellas compañías que tengan capacidad de repercutir los incrementos de los precios en sus respectivos mercados podrían ser una opción con un ligero sesgo value frente al growth”.
Desde el punto de vista de la renta variable, el experto señala: “En la eurozona no terminamos de ver que las bolsas hayan tocado fondo, sin embargo, no ocurre lo mismo en el SP500 (EE. UU.), donde se prevé que la inflación vaya a caer en los próximos meses. En contraposición, un dólar fuerte frente al euro perjudica a las empresas americanas ya que sus exportaciones se verán lastradas».
En cuanto a la renta fija, añade: “Las inversiones en renta fija han sufrido unas pérdidas en valoración nunca vistas en los últimos años. Ello hace que ahora mismo se pueden encontrar oportunidades con buenas rentabilidades de compañías punteras en sus sectores, bien gestionadas, caja neta y beneficios empresariales, dentro del universo grado de inversión. Por lo tanto, en términos de valoración, hay un claro potencial de rentabilidad vía intereses implícitos, además de los propios cupones o intereses explícitos».
¿Habrá recesión?
Hernán Cortés y Rafael Peña, socios fundadores de Olea Gestión, consideran que el escenario macro no es concluyente sobre una próxima recesión. Pero si la hubiese, defienden que probablemente sería suave.” Con el paro a niveles de mínimos históricos tanto en Estados Unidos como en Europa, los resultados empresariales creciendo y soportando razonablemente los incrementos de costes, es muy difícil que haya una caída del PIB profunda. De momento, los datos más débiles son los que vienen de índices de expectativas, no los de datos reales, si bien estos últimos pueden ir con retraso y ser indicadores retrasados”, aclaran.