Léon Cornelissen, economista jefe de Robeco, pronostica una subida de 25 puntos básicos en el cuarto trimestre de este año, que llevaría el tipo básico del 0,5% al 0,75%, y una subida adicional de un cuarto de punto en el primer trimestre del 2015. El Gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, ha sugerido ya en su discurso anual pronunciado en la Mansion House –donde se transmiten importantes políticas económicas a la audiencia de la City de Londres– que la subida podría llegar antes de lo que los inversores esperan. La mayoría de ellos no la prevén hasta al menos el año 2015; posiblemente antes de las próximas elecciones generales en el Reino Unido, que deben celebrarse en mayo del próximo año.
Los tipos de la libra esterlina han permanecido congelados en el 0,5% durante más de cinco años. Desde entonces, la economía del Reino Unido ha superado la recesión y la crisis financiera, con una tasa de crecimiento que podría alcanzar el 4% este año. Sin embargo, el banco central no se ha arriesgado a elevar los tipos demasiado, afirma Cornelissen. Aparte de amenazar la sólida recuperación económica, también sería un riesgo para el sector privado del país, altamente endeudado, advierte.
Fortaleza sorprendente de la economía británica
“La economía del Reino Unido está mostrando una fortaleza sorprendente en 2014, y ahora está casi a toda máquina”, afirma Cornelissen en su perspectiva mensual. “El empleo crece a ritmo de récord, los precios medios de la vivienda han subido con fuerza, y todas las regiones del país han experimentado un crecimiento”.
“Por lo tanto, no sorprende que Carney manifestara abiertamente que la primera subida de tipos podría ocurrir antes de lo que los mercados esperan. Ese comentario no cayó en saco roto, así que Carney se vio forzado casi de inmediato a suavizar el impacto de sus comentarios, subrayando que la decisión última vendría motivada por los datos”.
“Por supuesto, los bancos centrales ya no consideran que su principal tarea es aguar el inicio de la fiesta. Ahora, harán lo posible por pecar de precavidos y no entorpecer la recuperación.”
Los precios de la vivienda dan signos de burbuja
Los precios de la vivienda –la cuestión que más preocupa a los británicos, debido a los elevados niveles de propiedad– se aproximan al territorio de la burbuja, especialmente en Londres. El precio medio de la vivienda en el Reino Unido ha subido un 12% en un año hasta junio de 2014, superando el máximo del 2007. El Banco de Inglaterra ha estado presionando en pro de mayores controles de concesión de préstamos hipotecarios, y podría aprovechar la subida de tipos como un arma adicional para hacer pinchar la burbuja.
“Son comprensibles los temores a una burbuja”, afirma Cornelissen. “Claramente, los bancos centrales están aprovechando la inflación en el precio de los activos para estimular la economía en general, de forma que la recuperación sea autosostenible. Pero, por supuesto, las cosas pueden irse de las manos”.
“La primera línea de defensa del Banco de Inglaterra respecto al mercado inmobiliario es introducir límites al grado en que los bancos pueden operar en las secciones de riesgo del mercado hipotecario (las llamadas medidas macroprudenciales). El Banco de Inglaterra ha reintroducido un ‘corsé’ para los bancos, pero como ha señalado ingeniosamente la publicación The Economist: «Para ser un corsé, no está demasiado apretado».”
Cornelissen afirma que la regla Taylor de la economía –empleada para calcular el nivel de tipos que estabilizaría la economía a corto plazo, pero manteniendo el crecimiento a largo plazo- sugiere un tipo básico a más largo plazo en Reino Unido, de hasta el 3,0%. “Es un 2,5% más que la tasa actual; pero la regla Taylor es, por supuesto, solo una regla general, y las condiciones de la economía mundial no son para nada normales”. Ha citado los recientes comentarios del economista jefe del Banco de Inglaterra, Andy Haldane, que afirmó: “Todavía están ocurriendo muchas cosas atípicas”, justificando la postura política del banco, sumamente laxa.
Cornelissen pronostica que el Banco de Inglaterra también mantendrá la cautela respecto a futuras subidas de tipos, debido al elevado endeudamiento del sector privado, cuya deuda acumulada asciende en la actualidad al 163% del PIB. Una subida de tipos incrementaría también los propios costes de financiación del Gobierno. Cree que las rentabilidades a 10 años del Tesoro británico deberían subir desde el actual 2,75% por encima del 3,0% antes de que acabe el año, y la libra debería seguir fortaleciéndose frente al euro, lo que perjudica a los exportadores británicos.
Independencia escocesa y amenazas de Brexit
En la esfera política, Cornelissen cree que el voto escocés por la independencia previsto para septiembre podría resultar perjudicial para la economía, si el resultado fuera a favor de la secesión del Reino Unido. También podría haber un referéndum en Reino Unido –o lo que quede de él– sobre la permanencia o no en la UE. El primer ministro británico, David Cameron, ha prometido su celebración en 2017 si su partido en el poder, conservador (Tory), sale reelegido el próximo mes de mayo, principalmente para desviar la creciente amenaza electoral del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), contrario a la permanencia en la UE.
“Aunque la marcha parece buena a corto plazo para la economía británica, una preocupación más a largo plazo es el riesgo del impacto económico de la independencia escocesa y/o de la salida del Reino Unido de la UE (Brexit) en los próximos años”, afirma Cornelissen.
“Puesto que las dimensiones de la economía escocesa son reducidas en comparación con el resto del Reino Unido, el impacto económico del sin duda conflictivo divorcio sería relativamente pequeño. Pero el incremento del riesgo político podría perjudicar a la libra, al menos durante un tiempo”.
“Si la independencia escocesa se materializa, incrementaría el riesgo de que el resto del Reino Unido dejara la UE, aunque solo sea porque Escocia es baluarte del Partido Laborista”. En este momento, la oposición laborista, a favor de la continuidad en la UE, tiene 41 miembros en el Parlamento, frente a solo uno de los conservadores, más contrarios a la UE, que lideran la actual coalición del Gobierno británico. Esto dejaría relativamente más miembros del Parlamento en contra de la UE en un futuro Parlamento que excluyera a Escocia.
Sin embargo, las encuestas de opinión sugieren que una mayoría de escoceses desea permanecer dentro del Reino Unido, mientras que una mayoría de votantes de todo el país desea seguir perteneciendo a la UE, en ambos casos por razones económicas. “Por propio interés, la mayoría de votantes del Reino Unido debería rechazar la salida de la UE. Por lo tanto, nos parece poco probable que Reino Unido salga de la Unión Europea en los próximos años (probabilidad de aproximadamente el 20%)”, afirma Cornelissen.