En un momento en el que el tope a los precios del gas, la excepción ibérica, el supuesto sabotaje al gasoducto Nordstream y la preocupación por el impacto de la escalada de los precios de la energía sobre la inflación, existe una oportunidad de inversión estable y atractiva sin salir de Europa: los países nórdicos. Así lo defienden desde la gestora finesa Evli Petter von Bonsdorff, responsable de desarrollo de negocio internacional, y Jani Kurppa, gestor del fondo Evli Nordic Corporate Bond. La firma está representada en España por Selinca, que se encarga de la distribución de este y otros productos de su gama.
Desde los años 70 se ha ido incrementando el peso de la energía basada en combustibles fósiles sobre la economía como proporción del PIB, especialmente en Europa, y ahora los gobiernos están tratando de reducir esa carga. “Las exportaciones de gas procedente de Rusia se han incrementado hasta niveles muy significativos en los últimos años”, indica Bonsdorff. “Con el gasoducto Nordstream fuera de juego y la caída del suministro por la guerra de Ucrania, ahora va a ser necesaria más eficiencia energética, pero entre tanto esperamos que caiga más la oferta de energía en los próximos meses”, añade.
Considerando que ha caído la disponibilidad del gas, que ha sido la principal fuente de energía para países como Alemania en los últimos años, y que la electricidad tiene la peculiaridad de que no puede ser almacenada, la situación actual refleja un importante desequilibrio entre oferta y demanda: «Estamos en una situación en la que la oferta agregada está limitada, mientras que la demanda ha crecido muy rápido; como resultado, tenemos compradores dispuestos a seguir comprando energía con independencia de su precio. El problema es que va a llegar un punto en el que no se va a poder generar más oferta, y eso es lo que está originando la crisis energética”, explica Bonsdorff.
El experto recuerda que el mercado de la energía está viviendo importantes cambios estructurales; por ejemplo, Alemania ya había reducido el uso de centrales nucleares en favor del gas, y ahora se buscan maneras de depender menos de las exportaciones de gas. “El problema es que los cambios que están impulsando los políticos para evitar que la población se congele en el próximo invierno van mucho más rápido que los cambios estructurales de la industria», concluye Bonsdorff, que anticipa un invierno especialmente difícil para Francia, Austria, Suiza y Alemania debido a la escalada del precio de la luz por encima de los 500 euros el kilovatio.
Escandinavia, un oasis energético
En este contexto, desde Evli destacan que “los países nórdicos están aislados del resto de Europa, su producción es más barata y tienen mejor mix de fuentes de energía (obtienen electricidad primordialmente de la energía nuclear, la eólica y la hidráulica), por lo que dependen menos de los combustibles fósiles”. Además, la región nórdica no depende de las exportaciones de gas ruso.
En opinión de Jani Kurppa, estas características proporcionan una ventaja para el largo plazo, ya que los países nórdicos ya son exportadores netos. “Esto se refleja en el tipo de compañías que estamos añadiendo a nuestra cartera, ya que son compañías con un uso muy eficiente de la energía; tenemos compañías capaces de generar su propia electricidad, capaces de comprar electricidad a precio de coste e incluso capaces de generar y vender la electricidad que les sobra”, explica. “Además, en un contexto en el que los spreads se han ampliado, hemos visto oportunidades de comprar compañías estables en un entorno político más sólido que en el resto de Europa”, comenta Kurppa.
“Estamos invirtiendo en compañías con rendimientos más altos y con modelos de negocio de calidad; buscamos compañías que tengan seguimiento por parte de las casas de análisis, pero que no sea masivo para poder detectar oportunidades por precio, de valor relativo”, añade el gestor. Como con el resto de su gama, Evli incluye criterios ESG y de sostenibilidad en la selección de títulos para la cartera de este fondo.
Como resultado del proceso de selección, el fondo es capaz de ofrecer “un carry alto, con duración baja y una cartera conservadora, que no flirtea con el riesgo de impago”, sentencia Kurppa.
“Se está produciendo un cambio estructural en el norte de Europa; la destrucción del Nordstream va a empeorar la situación energética y a alargar la crisis, pero los próximos meses ya han sido puestos en precio en el mercado”, concluye Petter Bonsdorff.