Ben Pakenham, gestor de la estrategia Select Euro High Yield de Aberdeen AM, comparte su visión sobre el mercado de renta fija high yield europeo, con especial énfasis en el análisis de la situación del mercado actual de nuevas emisiones.
¿Cuál es su opinión sobre la evolución de la recuperación europea?
Según los resultados del índice de gerentes de compras (PMI), Europa está iniciando una sólida fase de recuperación y, lo que es más importante, empezamos a ver una mayor convergencia entre los países centrales y los países de la periferia. No sólo eso: también hemos presenciado la vuelta al mercado de ciertos emisores de deuda soberana que habían estado excluidos de los mercados de deuda soberana o corporativa, como es el caso de Grecia. Además, se está produciendo un aumento gradual de las emisiones de bonos corporativos procedentes de los países de la periferia, lo que en nuestra opinión mejora la solvencia de estos países y empresas.
¿Cómo cree que influirá esta situación en la rentabilidad de los mercados de deuda?
En nuestra opinión, el crecimiento no será tan fuerte como para que la inflación o la rentabilidad de la deuda pública se disparen. Las tasas de desempleo siguen siendo bastante elevadas y hoy en día el BCE casi está más preocupado por la deflación que por la inflación. Desde esta perspectiva, podríamos decir que el riesgo de la deuda pública europea es bastante más moderado que el de la deuda estadounidense. Si nos fijamos en los diferenciales, el mercado europeo de alto rendimiento sigue descontando el impago de más de una quinta parte de sus emisiones en los próximos cinco años. Sin embargo, lo que caracteriza actualmente a la renta fija high yield es la existencia de unas tasas de impago reducidas y una perspectiva relativamente favorable. Según Moody’s, las tasas de impago continuarán siendo relativamente moderadas; según el escenario más favorable, en los próximos cinco años el impago afectará a menos del 15% del mercado, por lo que el riesgo de impago estaría bien compensado.
¿Considera que la mejora experimentada por las condiciones económicas ha abierto el mercado de nuevas emisiones?
En nuestra opinión, el mercado de renta fija europea high yield continúa creciendo y superando a otros mercados high yield. En el primer trimestre de 2014 las nuevas emisiones han ascendido a casi 20.000 millones de euros y 25 nuevos nombres se han incorporado al índice Merrill Lynch. Las nuevas emisiones del primer trimestre han aumentado en torno a un 12% con respecto al año anterior, y no olvidemos que 2013 fue un año récord de emisiones en el mercado europeo high yield.
¿Cuál es su opinión sobre la calidad de las nuevas emisiones del mercado europeo?
En lo que va de año, la calidad de la emisión continúa siendo razonablemente positiva.
De hecho, la calificación crediticia media ha aumentado. Si nos fijamos en los datos del año pasado, hemos tenido más emisiones con calificación BB y el mercado de nuevas emisiones ha experimentado un fuerte descenso de los niveles de apalancamiento (dado el aumento de las calificaciones medias).
¿Hay algún aspecto de esta tendencia de nuevas emisiones al que tengamos que prestar especial atención?
El único efecto negativo que le veo a esta tendencia de nuevas emisiones es que las ganancias ya no se destinan exclusivamente a la refinanciación. Casi la mitad de las ganancias obtenidas en lo que va de año se ha destinado a refinanciar la deuda existente. Sin embargo, si lo comparamos con las cifras del año anterior, una parte importante de estas ganancias se ha dirigido a satisfacer otras necesidades empresariales de carácter general, como la incorporación de efectivo a los balances con el fin de ampliar capital o de participar en procesos de fusión y adquisición. Se trata de una situación ante la que hemos de estar muy atentos. Cabe señalar también que la calidad de las cláusulas de protección de los titulares está empezando a disminuir. No obstante, seguimos pensando que la calidad de las nuevas emisiones continúa siendo positiva si la comparamos con las emisiones anteriores a 2008. Y si nos fijamos en el perfil de vencimiento, la deuda que vence en los próximos dos o tres años se sitúa en niveles muy razonables. En nuestra opinión, no hay motivos que nos hagan pensar que se avecina una situación de impago a corto o medio plazo.