La inteligencia artificial está proporcionando, en opinión de Allianz GI, una gran oportunidad de inversión directa e indirectamente, es decir, tanto en aquellas empresas que están implicadas en su desarrollo como aquellas que la aplican. Según las estimaciones de la gestora, el mercado de la inteligencia artificial debería crecer desde los 643,7 millones de dólares de 2016 a más de 37.000.000 millones en 2025.
En un año en el que el mercado de renta variable está siendo un auténtico reto, James Chen, gestor y analista senior de la firma, además de gestor del fondo Allianz Global Artificial Intelligence, considera que las estrategias temáticas, como es el caso de este fondo, pueden reforzar la apuesta a largo plazo de los inversores. “El único sector que ha sido positivo este año es el energético, todo lo demás ha bajado, independientemente del tipo de estilo que sea. Si hemos visto un cierto cambio a partir de julio, en particular en las acciones growth que se han estabilizado, pero las subidas de tipos de la Fed, la inflación elevada y la ralentización del crecimiento económico están marcando esta racha bajista”, explica.
El gestor reconoce que este fondo no ha sido ajeno al comportamiento del mercado y explica que, durante el primer trimestre del año, se produjo un gran cambio en el mercado al comprimirse las valoraciones. “Las valoraciones siguen presionadas a la baja debido a la tarea que está desempeñando la Fed, subiendo los tipos para controlar la inflación. Esto seguirá siendo así hasta que la institución monetaria logre su objetivo y, cuando esto ocurra, el mercado se estabilizará y reaccionará positivamente, y los ingresos de las compañías también lo harán”, añade.
Por eso, y a pesar de este escenario, Chen pone el acento en que es el momento de pensar cómo posicionarse para el próximo año. Según su opinión, la clave en este contexto es tener la mente abierta y apostar por la gestión activa. “Hasta ahora, todo ha sido COVID-19, inflación o China; sin embargo, no estamos hablando de los fundamentales de las compañías. La inteligencia artificial tiene que ver con el crecimiento de las empresas, ya que muchas han aprovechado este momento para prepararse para el futuro y garantizar que sus modelos de negocios e ingresos serán sostenibles”.
¿Cómo abordar la inteligencia artificial?
Estos argumentos, sumado a que el gestor considera que muchas de las valoraciones han vuelto a niveles pre-COVID, le hacen defender que la temática de la inteligencia artificial es una oportunidad de inversión. “El fondo Allianz Global Artificial Intelligence se beneficia de las empresas tecnológicas y de aquellas que aplican la inteligencia artificial en su modelo de negocio, aportando un crecimiento sostenible”, afirma Chen y reconoce que “estamos en un momento de inflexión para la inteligencia artificial, ya que su desarrollado ha pasado de ser algo marginal a aplicarse de forma transversal en la mayoría de las industrias de cualquier economía”.
Una visión que coincide con los expertos; entre ellos, con Inma Martínez, una de las mayores expertas de inteligencia artificial del mundo: “Esto es algo que lleva desarrollándose 50 años y ahora estamos en su esplendor porque estamos pudiendo exportarla, explotarla y, sobre todo, ver su rendimiento. Además, nos da la posibilidad de saltar de una actividad computacional al aprendizaje automático, lo cual será un nuevo salto disruptor”.
Sin duda, su potencial está claro, pero ¿cómo abordar la inversión en esta temática? Según explica la gestora, en su fondo Allianz Global Artificial Intelligence, se trata de participar en todos los sectores que aprovechan la inteligencia artificial (agricultura, salud, infraestructura, energía, transporte, logística, energías renovables…) y también aquellos que participan en su desarrollo. “Nos centramos en compañías que ofrecen oportunidades en un amplio espectro de tecnologías y sectores que adoptan el poder disruptivo de la inteligencia artificial y que organizamos en tres paquetes: infraestructuras, aplicaciones e industrias”, señala el gestor.
Según su filosofía, las nuevas tendencias y desarrollos se incorporan a la cartera a través del análisis de viabilidad posibilitado por la experiencia del equipo gestor. “Es clave el diálogo con las compañías para comprender cuál es su disrupción a largo plazo. Buscamos calidad y nos apoyamos en el análisis bottom-up. Creemos que la clave es la gestión activa, lo que nos hace a veces ser muy contrarios respecto a los índices de referencia. En este sentido, tenemos en cartera empresas de capitalización inferior a las de los índices”, concluye Chen.