En el actual contexto de incertidumbre que afecta al estado del sistema de pensiones español, existen diferentes mecanismos que permiten al ahorrador particular incrementar su ahorro a largo plazo y ofrecen una solución alternativa en función de sus necesidades y objetivos financieros. Este panorama hace que cuestiones como la longevidad y la dependencia cobren aún mayor relevancia y que la figura del asegurador se torne imprescindible en la planificación financiera para garantizar el bienestar durante la vejez.
Existen productos destinados al ahorro para la jubilación bajo la modalidad de seguro, como por ejemplo los PIAS (Planes Individuales de Ahorro Sistemático), desconocidos hasta la fecha por los ahorradores pero que constituyen una de las mejores alternativas de ahorro para la jubilación dado que presentan mayor liquidez, flexibilidad y ventajas fiscales que los convierten en una opción muy interesante para todos los perfiles de ahorrador.
En concreto, este producto permite realizar aportaciones periódicas y/o extraordinarias con un máximo de 8.000 euros anuales –240.000 euros del total acumulado–. Estas aportaciones tienen un carácter independiente y complementario que las hace compatibles con posibles aportaciones a otros mecanismos de ahorro, como son los planes de pensiones.
Otras ventajas significativas que presentan algunos seguros de este tipo es que permiten al cliente rescatar el capital acumulado, parcial o totalmente, desde el momento de la contratación, sin ningún tipo de penalización, además de ofrecer rentabilidades desde la primera aportación. A pesar de que las aportaciones no generan derecho a reducción en la base imponible del IRPF (como en el caso de los planes de pensiones), presentan un excelente tratamiento fiscal ya que en caso de rescate del capital –y siempre que hayan transcurrido al menos 5 años desde la primera aportación– para obtener una renta vitalicia, los rendimientos del capital mobiliario generados hasta entonces están exentos de tributación. La constitución de una renta vitalicia implica la posibilidad de integrar como tributable únicamente un porcentaje del total percibido (según la edad del contribuyente), reduciendo notablemente el impacto fiscal de este rendimiento. Por último, destacar que no forman parte de la masa hereditaria, lo que permite designar un beneficiario concreto.
En esta misma línea, existe otro seguro destinado al ahorro que presenta un gran atractivo fiscal dado que el total de las ganancias están exentas de tributación, siempre y cuando la inversión se mantenga durante cinco años consecutivos. Se trata del SIALP (Seguro Individual de Ahorro a Largo Plazo), cuya aportación máxima permitida es de 5.000 euros al año, compatible con las aportaciones a PIAS y Planes de Pensiones, ofreciendo un tipo de interés garantizado.
Al margen de estos productos, tradicionalmente ligados a la previsión social, existen diversas alternativas de ahorro e inversión que pueden darnos mayor rentabilidad a medio y largo plazo, como son los fondos de inversión o los seguros Unit Linked.
Sea cual sea el vehículo que utilicemos, lo importante será la rentabilidad que podamos ofrecer a nuestros clientes en el momento de su retiro, de ahí que no exista un único instrumento y que la planificación financiera en manos de un gestor profesional sea una buena garantía de bienestar futuro.