Los mercados siguen lidiando con una coyuntura económica que, en general, es favorable y con unos activos que cotizan en niveles objetivo o razonables. Además, existe actualmente una divergencia entre EEUU y el resto de países desarrollados en lo que respecta al crecimiento, la inflación y la dinámica de la política monetaria.
Por consiguiente, la combinación de un dólar al alza y unos tipos estadounidenses más altos está complicando la vida a los bancos centrales de los países emergentes, tal y como ha quedado patente en las últimas decisiones de política monetaria, que o bien han subido los tipos con fuerza o han renunciado repentinamente a seguir bajándolos.
Creemos que esta divergencia no debería durar mucho. Europa y Japón probablemente estén experimentando una desaceleración de mediados de ciclo, o más bien un revés temporal tras el crecimiento sorprendentemente fuerte de 2017, pero la inflación debería empezar a escalar también en estas economías y el discurso del BCE empieza a endurecerse. En cierto modo, esta divergencia podría incluso ayudar al BCE a presionar indirectamente al nuevo gobierno italiano para asegurarse de que sigue cumpliendo con la disciplina presupuestaria.
La estabilización de las correlaciones de los activos y la volatilidad, así como los datos de inflación y salarios inferiores a lo previsto, son alentadores. Y lo son sobre todo porque quitan razones para pensar que el mercado está recalentándose, lo que hace que la Reserva Federal sienta menos presión para subir los tipos con fuerza.
A los niveles actuales, el petróleo no debería causar problemas, ni en el plano de la inflación ni en el del crecimiento estadounidense
El repunte temporal de la inflación general no influirá en las previsiones de la Reserva Federal, mientras que el gasto en inversión de los sectores relacionados con la energía podría compensar en cierto modo el freno al consumo. Así pues, creemos que no es necesario cambiar nuestras preferencias en materia de riesgo y duración, que se mantienen en preferencia leve y aversión leve, respectivamente.
Sin embargo, ahora se necesita una asignación a renta variable más equilibrada, ya que la economía mundial está más en una fase de expansión que de recuperación, la inflación está subiendo gradualmente y las curvas de rendimientos están aplanándose a raíz de la normalización de la política monetaria. Además, la valoración relativa de los activos defensivos frente a los cíclicos ha mejorado en líneas generales durante los últimos meses.
A consecuencia de ello, hemos atenuado nuestro sesgo cíclico tomando posiciones en sectores defensivos, como atención sanitaria, y revisando a la baja la recomendación de la zona euro y Japón hasta aversión leve. Las valoraciones de estas regiones se deterioraron recientemente y, si nos equivocamos, podrían verse penalizadas otra vez por el rebote de sus monedas o por nuevas decepciones en el plano del crecimiento.
Fabrizio Quirighetti, co CIO y co responsable de multiactivo de SYZ AM