Ningún inversor respetable puede decir cuánto durará un rally, si se acerca una corrección o si los mercados son actualmente «normales» o «anormales». Lo único que podemos hacer es estimar cómo de buenas o malas son las condiciones en los mercados en general, dónde estamos en el ciclo económico y qué factores de riesgo están posiblemente subestimados o sobreestimados. Esto, junto con los niveles de valoración, nos permite hacer deducciones en cuanto a los posibles beneficios futuros y podemos evaluar si son adecuados en relación con el riesgo potencial.
Sin duda, en los niveles actuales y de cara al futuro, los mercados son algo menos atractivos que hace 12 meses. Sin embargo, las condiciones siguen siendo muy positivas en general. La economía está creciendo, los beneficios empresariales están en alza, la liquidez y las condiciones crediticias son excelentes, además de que los riesgos políticos están disminuyendo en los últimos tiempos.
Al mismo tiempo, la prima de riesgo implícita de la renta variable de los principales mercados es, de media, peor, con valores que oscilan entre el 2,4% de EE.UU. hasta el 5,9% del Japón, pero mantienen su atractivo, según los estándares históricos, gracias al entorno de bajos tipos de interés. Por lo tanto, siempre que el entorno macroeconómico no empeore significativamente para el mercado de valores, la tendencia alcista debería continuar, aunque posiblemente a un ritmo algo más lento de ahora en adelante que en los últimos doce meses.
Además de eso, independientemente de cuál que sea el entorno de mercado, siempre es posible encontrar ideas de inversión interesantes en muchas empresas individuales, y el éxito o el fracaso de estas ideas puede ser completamente independiente de la evolución de la economía en general. Por eso nosotros, aunque mantenemos en nuestro fondo más dinámico una asignación de capital cauta, es más alta que la de la media del mercado, especialmente por nuestra apuesta por las empresas seleccionadas de manera individual.
Además, en este mismo fondo recientemente hemos invertido en Asia. Un hecho que, no debería sorprender en una cartera de inversiones con una estrategia global. Sin embargo, es importante señalar que en Asia también invertimos exclusivamente en mercados de la OCDE.
Nuestras posiciones se limitan a países como Japón, Corea del Sur y Hong Kong, donde los mercados están consolidados desde hace décadas
Después de EEUU, el mercado de renta variable japonés tiene el segundo mayor número de empresas cotizadas. Por lo tanto, en las economías de Asia oriental hay una amplia gama de oportunidades de inversión. En ellos cotizan líderes mundiales en los sectores de electrónica, automoción, ingeniería mecánica, bienes de consumo, productos químicos y telecomunicaciones. Al mismo tiempo, hay empresas extremadamente bien gestionadas con posiciones fuertes en sus respectivos mercados internos.
Por lo tanto, no hay razón para no invertir en estos mercados, ya que una amplia distribución geográfica crea efectos de diversificación en la cartera
Y por ello hemos incrementado sucesivamente el peso en acciones asiáticas en los últimos meses, y otra de las razones es que las valoraciones son más atractivas que en EEUU o Europa. Un factor que contribuye a esto podría ser la salida de capitales, que ha llevado a una larga fase de bajo rendimiento desde el final de la burbuja de los BRIC en 2011-2012.
Además de las valoraciones atractivas, los balances de muchas compañías están más saneados que en el resto del mundo. Como inversores cautos, tenemos una fuerte preferencia por las empresas con poca deuda, ya que generalmente nos dan un margen de seguridad bueno. Por otra parte, en Japón, por ejemplo, hay un gran potencial a largo plazo para mejorar la rentabilidad empresarial y para introducir una cultura más favorable a los accionistas; por ejemplo, con mayores dividendos. También en Corea se están haciendo esfuerzos para tener en consideración los intereses de los accionistas minoritarios. Los progresos son lentos, pero deberían dar lugar a mejores valoraciones del mercado a largo plazo.
Peter Steffen y Christian Schmitt, gestores de carteras de ETHENEA Independent Investors