Antes de que acabase el año, Fidelity International anunció que se unía a la iniciativa Net Zero Asset managers, lo que significa que para 2050 o antes será neutra en carbono. A través de este acuerdo, 30 gestoras se comprometen a descarbonizar las carteras de inversión, a acelerar su contribución al logro de cero emisiones netas y a limitar la subida de temperaturas a 1,5°C.
Asimismo, la entidad está suscrita a los Principios para la Inversión Responsable de las Naciones Unidas (PRI, por sus siglas en inglés) desde 2012, obteniendo en 2020 una puntuación de A+ todas las categorías evaluadas por PRI.
Para empezar 2021 cumpliendo propósitos, el siguiente paso al frente de Fidelity por la sostenibilidad del planeta ha sido la presentación de la primera edición de su Informe Anual del Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera relacionada con el Clima (TCFD, por sus siglas en inglés). Con este trabajo la entidad demuestra que tiene presente los riesgos que el cambio climático plantea para la rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo de las empresas, incluida ella misma, siendo uno de los riesgos más relevantes.
Según relata el informe, los inversores están expuestos a riesgos derivados de los efectos físicos del cambio climático (por ejemplo, los fenómenos meteorológicos extremos que afectan a la agricultura y el suministro de alimentos, la infraestructura, las precipitaciones y el abastecimiento de agua), así como los riesgos de transición derivados del paso a una economía con bajas emisiones de carbono (por ejemplo, cambios de política como la Taxonomía sostenible de la Unión Europea para las actividades económicas, la modificación de las preferencias de los consumidores y un mayor escrutinio de las cadenas de suministro).
Sin embargo, el cambio climático no sólo plantea riesgos, sino también oportunidades: desde actividades de mitigación, como el desarrollo de vehículos eléctricos y fuentes de energía renovable, hasta adaptaciones como la protección contra las inundaciones, el refuerzo de edificios y nuevas formas de agricultura.
El informe está basado en los cuatro pilares de divulgación que recomienda el TCFD: gobierno corporativo, estrategia, gestión de riesgos e indicadores y objetivos. Aborda las once recomendaciones básicas del TCFD para todas las empresas en materia de divulgación de información sobre el clima en relación con las propias actividades de Fidelity, junto con las cinco recomendaciones adicionales de divulgación en relación con su proceso de gestión de inversiones.
Según destaca Anne Richards, CEO de Fidelity International: “Fidelity International disfruta de una posición privilegiada como una de las gestoras de activos más grandes del mundo. Nuestro tamaño y escala nos otorgan un acceso a las empresas del que muy pocos disponen. Nuestros clientes esperan de nosotros, como administradores responsables de su capital, que instemos a las empresas a tomar las decisiones de negocio adecuadas e influyamos en las conductas empresariales que ayudarán a generar y proteger las rentabilidades de las inversiones. Nuestro éxito como accionistas y gestores de activos a la hora de comunicar la importancia de una agenda sostenible en las empresas es crucial para mejorar las rentabilidades a largo plazo de nuestros clientes y mantener nuestra propia reputación”.
Por su parte, Jenn-Hui Tan, responsable mundial de Supervisión e Inversión Sostenible de Fidelity International, añade: “Apoyamos públicamente al Grupo de Trabajo sobre Divulgación Financiera relacionada con el Clima desde 2018 y, mediante nuestros programas de diálogo activo, llevamos mucho tiempo animando a las empresas en las que invertimos a divulgar información sobre el clima acorde con el marco del TCFD. Creemos que Fidelity debe ofrecer esa misma transparencia y cumplir con el amplio conjunto de principios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG) con la misma exigencia que los clientes a los que atendemos y las empresas en las que invertimos».
«Estamos convencidos de que actuando dentro del marco del TCFD, Fidelity International y las empresas de todo el mundo pueden realizar una contribución destacada a una comprensión mucho más detallada y amplia de los riesgos y oportunidades financieras relacionados con el clima. Unos informes de mayor calidad propiciarán, a su vez, una mejor apreciación y consideración del papel que desempeña el cambio climático en las perspectivas actuales y, lo que es más importante, futuras de las empresas”, completa.