En un acto organizado por el Consejo General de Economistas de España e IMD Business School, se ha presentado en España el Informe de Competitividad Mundial y ranking entre países, que elabora anualmente IMD. Dicho informe analiza las variables políticas, sociales y culturales con el objetivo de evaluar la capacidad de los países para dotarse de infraestructuras, instituciones y políticas que apoyen la competitividad de las empresas.
España se ha estancado en la posición 36 de las 63 economías analizadas, mientras que Singapur se ha hecho con el número uno, seguida de Dinamarca. Según se observa en el informe, el orden mundial está cambiando, y los países pequeños están emergiendo como los grandes competidores, dejando atrás a países de la magnitud de Estados Unidos o China.
“Por primera vez, vemos que los cinco países más competitivos del mundo son pequeños: Singapur, Dinamarca, Suiza, Holanda y Hong Kong. En las grandes economías que han sufrido la pandemia y la guerra comercial ha decaído su competitividad en favor de las economía pequeñas, en las que es mucho más fácil llegar a consensos sociales para crear las políticas adecuadas y donde es más fácil llevar a cabo políticas dolorosas”, ha explicado el director del World Competitiveness Center del IMD, Arturo Bris.
Estos países destacan por su productividad y su fuerte rendimiento en la inversión internacional, así como por la eficiencia de sus sistemas educativos y de salud. Asimismo, el experto ha destacado que, si se excluyen las dictaduras asiáticas, todos los países pequeños de los 10 primeros clasificados son europeos, una posición que para Bris viene, en parte, justificada por el abrigo de Europa.
Según Bris, los resultados de este año muestran un patrón común en los países mejor clasificados. Dicho patrón viene determinado por el comercio internacional y la inversión, el empleo, la apertura de las sociedades, las medidas relacionadas con la estabilidad política y la igualdad social y de género. “Pero no todas las economías abordan los problemas de la misma manera, y esto afecta su resistencia y agilidad ante circunstancias cambiantes y difíciles”, ha señalado.
España suspende en rendimiento y eficiencia empresaria y gubernamental
España sigue por segundo año estancada en el puesto número 36 y se pone de manifiesto un empeoramiento en tres de los grandes indicadores analizados, tales como el rendimiento económico (de la posición 29 a 31), la eficiencia empresarial (de 39 a 42) y especialmente la eficiencia gubernamental (de 40 a 44).
Los principales riesgos que localiza el experto en España son la caída de la inversión extranjera y la deslocalización. “Una caída de la inversión extranjera tiene como consecuencia una mayor probabilidad de deslocalización de negocios y difícil atracción de capital. Asimismo, en los riesgos de deslocalización, España se sitúa en el puesto 60 de 63 países, al lado de países como Venezuela o Vietnam. Esto se debe a la pandemia, pero también a la inestabilidad política”, explica Bris.
Según los resultados del informe, los principales desafíos que tiene que solucionar la economía española deben ir dirigidos a la reducción de la tasa de desempleo y sobre todo a mejorar la empleabilidad. Para ello, según el Informe, será necesario repensar las políticas de empleo en el marco del diálogo social.
Asimismo, considera necesario mejorar el clima de hacer negocios para reactivar la inversión, e impulsar la digitalización y la investigación científica, así como el desarrollo y la innovación tecnológica. El informe también recuerda la necesidad de llevar a cabo el renacimiento de la industria, que debe apostar por un crecimiento de alto valor añadido. “Mi principal preocupación es que llevemos las políticas adecuadas para que este ataque al corazón que hemos sufrido no nos lleve a la muerte. Tenemos que cuidar mucho la economía”, ha añadido Bris.
En este sentido, para el experto, el calor de Europa va a ser clave en el desarrollo y crecimiento de España. “España ha estado luchando para convertirse en un país competitivo, pero hay fuerzas internas que nos impiden ser más competitivos y somos incapaces de promover las reformas adecuadas. Sin embargo, esta crisis debería ser una oportunidad para implementarlas y Europa tiene que ser el catalizador. Soy extremadamente optimista sobre el futuro de la UE y Europa”, explica.
Europa y su oportunidad de ser un referente en sostenibilidad
Tras la presentación del informe, se ha realizado una mesa redonda en la que se ha tratado la posición de España y Europa en un mundo hiper-polarizado y se ha analizado si será la sostenibilidad el eje vertebrador de la nueva competitividad europea. En el debate han participado el propio profesor Arturo Bris, Beatriz Yordi, directora de mercados de Carbono de la UE; Elena Valderrábano, directora de Ética y Sostenibilidad de Telefónica; Rami Baitieh, CEO de Carrefour, y Antonio Calçada, director general de la Fundación Repsol.
Para el presidente del Consejo General de Economistas de España, Valentín Pich, “resulta necesario aprender de la crisis sin dejar a nadie atrás y abordar los retos estratégicos de Europa”. Según Pich, “sería indispensable que las políticas fueran dirigidas a potenciar la competitividad de las empresas con el fin de preservar y fortalecer el tejido empresarial, que es la mejor manera de mantener y crear empleo”.
Para el presidente de los economistas, “gracias a las ganancias de competitividad se puede asegurar un crecimiento sostenible, robusto e inclusivo, que permita brindar bienestar y supervivencia a las generaciones futuras. Adaptar los procesos productivos a los Objetivos de Desarrollo Sostenible supondrá una ventaja competitiva gracias a la eficiencia ganada; ahora es el momento de que la Unión Europea se ponga de nuevo en pie y avance para reparar los daños provocados por la crisis y preparar un futuro mejor para la próxima generación”, ha concluido.
Para el profesor Bris, “la sostenibilidad es un pilar muy importante y, en este sentido, Europa juega un gran papel, ya que todos los países europeos tienen marcada la senda de la sostenibilidad”. También ha señalado que “en cuanto todos los países jueguen la carta de la sostenibilidad, seremos más competitivos; en un futuro próximo una empresa no sostenible, no será aceptada por los consumidores, agentes sociales, etc.”
El experto consider que la sostenibilidad es una necesidad y una fuente de creación de valor y competitividad. “Al ser sostenibles per se mantenemos el valor de los recursos a largo plazo y la oportunidad en Europa es que al hacer que seamos sostenibles habrá una atracción de capital y consumidores masiva. Pero no puede ser el objetivo último, tenemos que crear conciencia digital, innovación etc.”, explica.
Para Elena Valderrábano, “el plan de Recuperación de Europa se ha articulado en torno al Pacto Verde Europeo (European Green Deal) y a la digitalización, como vías para la recuperación económica y del empleo”. En línea con lo anterior, justamente acaba de presentarse en España un estudio en el que se señala que todas las dimensiones de la sostenibilidad cobran mayor importancia en la era pos-COVID, aunque cambian las prioridades, entre las que siguen encontrándose a la cabeza el medio ambiente y la digitalización. Según Valderrábano, “no es casualidad, por tanto, que Europa, a la cabeza del mundo en estas dos materias, haga valer esta fortaleza como eje vertebrador de su estrategia de competitividad”, ha destacado.
Antonio Calçada ha defendido la necesidad de entender la sostenibilidad desde sus tres dimensiones clave: económica, social y ambiental. “Creo que la sostenibilidad ha de ser entendida como un nuevo sector, el cuarto sector será aquel que integra los tres anteriores, lo público, lo privado y los servicios. Estamos ante la gran necesidad de ver unido lo público, lo privado y lo social”. Asimismo, ha advertido de que miramos muy rápido hacia 2050 y que antes debemos contar con una hoja de ruta sostenible.
Para concluir, Bris ha insistido en la gran oportunidad que supone para Europa ser un referente es sostenibilidad ya que lo considera un elemento diferenciador. “No podemos competir en el mercado de bienes y servicios con China y Estados Unidos, pero podemos ser la potencia mundial de la sostenibilidad. Dinamarca, nos marca el camino, ser sostenibles nos hace ser competitivos”.