En Fidelity Worldwide Investment esperan que durante los próximos años el Investment Clock o su reloj de la inversión permanezca la mayor parte del tiempo en la fase de recuperación —favorable a las acciones— en un contexto en el que la recuperación estadounidense sostendrá un crecimiento mundial por encima de la tendencia y la desaceleración de China tirará a la baja de los precios de las materias primas y la inflación.
Sin embargo, los últimos datos no han sido tan buenos y algunos indicadores de crecimiento sugieren que la recuperación podría perder impulso durante el verano, según indica en un reciente informe Trevor Greetham, director de asignación de activos.
Por ello, ha recortado su exposición a renta variable hasta una sobreponderación más moderada, decisión refrendada por sus modelos cuantitativos. “Ahora que los indicadores de crecimiento se han debilitado y las presiones inflacionistas se han fortalecido últimamente, el Investment Clock ha entrado (temporalmente) en un territorio neutral”, explica.
La gestora está sobrepondera en acciones desde 2012 por la combinación de recuperación continuada, políticas monetarias expansivas e inflación deprimida. Sin embargo ha recogido beneficios tras el debilitamiento de los indicadores de crecimiento. Sigue infraponderada en materias primas, a pesar de las últimas subidas. “El exceso de capacidad, la fortaleza del dólar y la ralentización del crecimiento chino actúan como obstáculos. Consideramos que la fortaleza reciente se encuentra motivada por la oferta y que es temporal”.
También están fuertemente infraponderados en deuda pública; creen que los rendimientos deberían subir gradualmente a medida que los bancos centrales vayan normalizando sus políticas monetarias.
Los indicadores adelantados, a examen
Los indicadores de crecimiento a corto plazo se han debilitado. Los decepcionantes datos del mercado de la vivienda en EE.UU., la subida de los impuestos sobre las ventas en Japón, el descenso de los pedidos industriales alemanes y una serie de malos datos en China apuntan a una posible pausa en la actividad económica durante el verano.
“Tendríamos que ver nuevos estímulos de los bancos centrales para que se acelerara el crecimiento, pero pensamos que esta fase de debilidad no se convertirá en una desaceleración duradera”, dice el experto.
Con respecto a la inflación, aunque su hoja de ruta sigue en territorio negativo, sus lecturas son ahora menos negativas debido a la subida de los precios de las materias primas.