El aumento del impuesto sobre el consumo en Japón ha generado una gran preocupación que ha hecho caer a la renta variable japonesa. Kwok Chern Yeh, director de Inversiones para Japón y gestor del fondo Aberdeen Global Japanese Equity Fund, considera que las valoraciones se mantienen atractivas, favoreciendo a empresas de gran calidad con modelos de negocio sólidos.
En la siguiente entrevista, el experto explica el comportamiento de las acciones japonesas y sus previsiones para el país nipón.
¿Cuál ha sido el comportamiento de la renta variable japonesa este año?
En lo que va de año, el índice oficial de la Bolsa de Tokio (TOPIX) ha experimentado una corrección de aproximadamente el 4% en términos de dólar estadounidense. La preocupación que provoca la ralentización del crecimiento de la economía china y la venta masiva producida en los mercados emergentes han terminado afectando al nivel de propensión al riesgo. El yen subió frente al dólar estadounidense, lo que frenó las ganancias registradas por las cotizaciones bursátiles. En el ámbito nacional, la preocupación sobre el posible impacto económico del aumento del impuesto sobre el consumo, que entró en vigor el pasado 1 de abril, también afectó al sentimiento inversor. No obstante, pensamos que las valoraciones resultan atractivas, ya que presentan un ratio precio-beneficio (PER) estimado de 13,4 veces para el ejercicio 2014.
¿Qué opina sobre el aumento del impuesto sobre las ventas?
El objetivo del aumento de dicho impuesto de un 3% a un 8% es el de fortalecer las finanzas públicas, que se encuentran en una situación de deterioro, pero nos preocupa que este aumento afecte al crecimiento económico. El consumo es clave para la economía japonesa. Se ha mantenido estable hasta la fecha de entrada en vigor del impuesto, el pasado 1 de abril, pero ahora observamos una marcada disminución del gasto, sobre todo porque las empresas tratan además de imponer aumentos adicionales en los precios. Se trata de un asunto preocupante, ya que el nivel salarial no ha aumentado, a pesar del intento por parte del primer ministro Shinzo Abe de que las empresas aumentaran las retribuciones salariales. No obstante, los responsables políticos confían en que la economía logre hacer frente al aumento del impuesto sobre las ventas. Aparte del masivo paquete de estímulo monetario por valor de 5 billones de yenes, el Banco de Japón está preparado para ajustar su política monetaria en caso de que continúe la ralentización del crecimiento. Estas medidas deberían resultar positivas para el mercado bursátil y para la economía en su conjunto, al menos a corto plazo, si bien en nuestra opinión no favorecerán la situación fiscal del país.
¿Por qué está perdiendo vigor la política económica impulsada por el primer ministro japonés?
Los dos primeros programas de estímulo fiscal y flexibilización monetaria se proponían obtener efectos inmediatos, y en nuestra opinión han conseguido combatir la deflación y debilitar el yen, lo que a su vez ha favorecido el aumento de la renta variable. Los efectos positivos de estos dos primeros programas se están desvaneciendo y el aumento del impuesto sobre el consumo compromete aún más la recuperación de la economía. Aun en el caso de que el Banco de Japón pusiese en marcha una nueva medida de estímulo monetario, se trataría de una solución a corto plazo. Para que el crecimiento sea sostenible, Shinzo Abe tendrá que mantener su compromiso de reestructurar la industria no competitiva del país, pero los avances obtenidos en este frente también se han estancado. Todo esto es un reflejo de las dificultades a las que el primer ministro ha de enfrentarse para valorar la apertura de industrias protegidas y cambiar la mentalidad de las empresas japonesas.
«Seleccionamos valores a largo plazo, guiados por la creencia de que es a largo plazo cuando el precio de las acciones refleja los fundamentales de las empresas»
¿Continuarán las empresas japonesas saliendo al exterior en busca de crecimiento?
Creemos que así será. Ya hace tiempo que los principales fabricantes desplazaron su producción fuera del país para aprovechar una mano de obra más barata y escapar de una economía deflacionista. Sus proveedores los han imitado y han salido al exterior tras sus clientes más importantes. No parece probable que un yen debilitado y la simple promesa de la mejora de la economía consigan convencer a las empresas para que vuelvan a reubicar sus unidades de producción en el país. Por otro lado, la disminución de la demanda interna ha llevado a empresas como Japan Tobacco a abrir nuevos mercados en el extranjero. Aparte de su cuota dominante en el mercado nacional, la tabaquera tiene una fuerte presencia en los mercados desarrollados y emergentes. La recuperación de la economía japonesa tendría efectos positivos para las empresas que han diversificado sus actividades en el exterior. Por otro lado, también hay empresas japonesas que han aumentado su negocio aprovechando la elevada media de edad de la población o las tecnologías basadas en Internet, por ejemplo.
Háblenos de su proceso de inversión.
Seleccionamos valores a largo plazo, guiados por la creencia de que es a largo plazo cuando el precio de las acciones refleja los fundamentales de las empresas. Nuestros gestores visitan las empresas de forma regular y las evalúan minuciosamente en función de dos criterios: primero la calidad (definida en términos de transparencia, fortaleza del balance, enfoque abierto del equipo directivo y tratamiento adecuado a los accionistas), y luego el precio. Antes de invertir en una empresa, nos reunimos con el equipo directivo de la empresa en cuestión. Y una vez que invertimos en ella continuamos acudiendo a la empresa de forma regular. Por lo tanto, la nuestra es una cartera de alta convicción compuesta por entre 30 y 40 acciones, lo que significa que difiere bastante del fondo de referencia. De hecho, a la hora de construir nuestras carteras tratamos de no fijarnos demasiado en la composición del índice.
¿Cuáles han sido las acciones con resultados menos favorables?
En algún momento podemos encontrarnos con acciones que nos ofrecen un comportamiento menos favorable, tras habernos funcionado bien durante muchos años. Un ejemplo de ello podría ser Canon, empresa en la que llevamos invirtiendo más de diez años. El gigante electrónico ha evolucionado a un ritmo inferior a otras empresas, ya que la recuperación de las cámaras réflex con objetivos intercambiables ha sido más lenta de lo esperado. Nos sigue gustando esta empresa, que ha comenzado a recomprar sus propias acciones, y pensamos que sus balances y sus flujos de caja mantienen su solidez.
¿En qué sector encuentran las mejores oportunidades de inversión en la actualidad?
Nos gusta el sector de bienes de consumo, ya que nos ofrece una amplia gama de empresas y de oportunidades de inversión. También invertimos en fabricantes de automóviles y en un fabricante de productos de higiene personal.
¿Están encontrando más oportunidades en el sector sanitario?
Sí. En este sector incluimos a las empresas farmacéuticas, así como a las empresas de servicios y equipos sanitarios, y pensamos que las que hemos elegido presentan una fuerte ventaja competitiva en sus respectivos campos. Por ejemplo, las empresas farmacéuticas que conforman nuestra cartera presentan una sólida gama de productos en fase de investigación y desarrollo.
¿Qué sectores están evitando?
Nuestra exposición al sector financiero es reducida, sobre todo porque en nuestra cartera no están presentes algunos de los principales bancos nacionales. En su lugar, preferimos incluir bancos regionales con balances saneados y sólidas franquicias nacionales.
¿Está mejorando el gobierno corporativo?
En nuestra opinión, las empresas en las que invertimos tienden a prestar cada vez más atención al gobierno corporativo y las actitudes están mejorando lentamente. Las mejores empresas están comenzando a contar con directores independientes no ejecutivos, aunque no se trate aún de un requisito legal, y a centrarse en la obtención de rentabilidad para el accionista.
¿Cuántas visitas requiere la construcción de la cartera?
En el año 2013 celebramos más de 300 encuentros con empresas, lo que no significa que haya una gran rotación de acciones en la cartera. De hecho, dado el enfoque inversor a largo plazo, en términos generales la rotación es bastante baja. Normalmente aumentamos o reducimos posiciones según el precio o la valoración relativa y no solemos seguir la tendencia del mercado.
¿Cómo se organiza su equipo de inversión?
En nuestro equipo, las decisiones de inversión se toman de forma colectiva: no tenemos gestores estrella. La cobertura cruzada de valores aumenta la objetividad y reduce la dependencia de decisiones individuales. Además, nuestros gestores están en las regiones en las que invertimos, de manera que los inversores puedan beneficiarse de sus conocimientos locales. En Asia, contamos con equipos en Tokio, Singapur, Hong Kong, Bangkok, Kuala Lumpur y Sidney. El equipo de renta variable japonesa cuenta con el respaldo de más de 30 miembros en toda la región.