El seguro de vida con cobertura de fallecimiento que se suscribe al contratar una hipoteca cumple una misión de gran importancia en la protección del patrimonio familiar. Estos seguros saldan la deuda pendiente con el banco y, de esta forma, evitan que la familia sufra estrecheces económicas si alguno de los titulares del préstamo fallece y se pierden los ingresos que aportaba para atender el pago del crédito.
En España hay 3,8 millones de personas hipotecadas que cuentan con un seguro de vida. Esta es una de las conclusiones que arroja el informe de Estamos Seguros titulado La fatalidad, en el peor momento. Prestaciones del seguro de vida relacionadas con hipotecas.
La edad más habitual a la que perecen personas aseguradas con deudas pendientes son los 56 años. No obstante, los datos reunidos por el estudio muestran cómo tampoco son raros los fallecimientos a edades más tempranas. En concreto, 1 de cada 5 fallecidos asegurados tenía menos de 46 años. Además, en tres cuartas partes de los casos el difunto tenía menos de 60 años.
En cuatro de cada diez casos el fallecimiento se produce cuando casi toda la deuda sigue pendiente
El informe también analiza el plazo de tiempo que transcurre entre que se contrata el seguro de vida ligado a la hipoteca y el momento en que se produce el fallecimiento del asegurado. De media, pasan 11,3 años entre un momento y otro. Con todo, en 4 de cada 10 casos, el fallecimiento del asegurado se produjo en los primeros cinco años de aseguramiento. Es decir, cuando prácticamente toda la deuda seguía pendiente.
El estudio ha analizado fallecimientos acaecidos entre los 12 meses que van de junio de 2017 a mayo de 2018. De acuerdo con la información recabada, la prestación media que entrega la aseguradora por fallecimiento es de 34.783 euros. No obstante, la muestra incluye también casos en los que el seguro pagó más de 324.000 euros.
A la hora de valorar estas cuantías es importante tener en cuenta varios factores. Por un lado, que la indemnización media refleja un importe promedio para toda España. Por lo tanto, contempla la compra de inmuebles tanto en ciudades como en zonas rurales. También conviene recordar que, en la mayoría de los casos, los asegurados habían reintegrado una parte importante del préstamo antes de fallecer. Por último, se recuerda que la hipoteca media de una vivienda en España actualmente es de 125.000 euros, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Sin embargo, dado que la mayor parte de los fallecidos asegurados estaban en la cincuentena, es posible afirmar que adquirieron su casa, muy probablemente, hace dos décadas. Las estadísticas del INE no se remontan tan lejos pero, en 2003 (primera muestra disponible), la hipoteca media no alcanzaba los 90.000 euros.
Tomando todos los elementos en consideración, se puede apreciar mejor la relevancia de la indemnización media en caso de fallecimiento. Las ciudades de Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia agrupan, juntas, una de cada cinco muertes de personas con hipoteca y seguro. Sin embargo, ninguna de estas localidades lidera el ranking de indemnizaciones medias que contiene La fatalidad, en el peor momento. A la cabeza de la lista se encuentra Marbella (Málaga). Ahí, el seguro de vida pagó 93.136 euros de media a los familiares del fallecido. En segundo puesto aparece San Sebastián (Guipúzcoa), con 76.607 euros.