“El ahorrador español comienza a superar su aversión al riesgo”, esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el informe realizado por AXA IM para estudiar las tendencias de ahorro e inversión de los españoles. El estudio se ha realizado tomando como muestra a 1.005 ahorradores, los cuales representan el 80% de las personas con mayores ingresos del territorio español.
La encuesta desprende que más de la mitad de los españoles asegura tener confianza en sus finanzas y este panorama de seguridad tiene, además, efectos en sus deseos de invertir: el 58% asegura que aumentará sus inversiones a lo largo de este año.
Los jóvenes son los que más confianza muestran respecto a su futura situación financiera, tres de cada diez encuestados de entre los 22 y 30 años afirman estar muy seguros de sus futuras finanzas en los próximos tres años. Sin embargo, cuando nos desplazamos a los que superan los 55 años, esta cifra se reduce hasta ser solo uno de cada diez el que experimenta esta seguridad.
Beatriz Barros de Lis, directora general de AXA IM para España, ha señalado que, “es alentador que la mayoría de los inversores particulares españoles tenga en mente aumentar sus inversiones durante los próximo meses, y vemos muy positiva la tendencia de que los ahorradores se preocupen cada vez más por su situación financiera. Aquí vemos un cambio de tendencia, ya que parece que el inversor español comienza a superar su aversión al riesgo, aunque aún quede recorrido”.
Falta de educación financiera :primera causa de reticencia de miedo a las pérdidas
La encuesta desprende que ocho de cada diez inversores cuentan con reservas de liquidez para hacer frente a imprevistos, lo que demuestra que los españoles siguen favoreciendo el ahorro en liquidez por encima de la inversión. Además tienden a pasar por alto toda inversión en la que quepa la posibilidad de perder dinero y su nivel de tolerancia del riesgo es realmente bajo. Esto se debe principalmente a tres motivos: su nivel de ingresos, el sentimiento y la falta de educación financiera.
La falta de conocimientos y familiarización con los términos hace que los inversores no se sientan cómodos depositando su dinero en determinados productos de inversión, por lo que esa desconfianza les lleva a centrarse en el corto plazo y a rehusar del riesgo. De esta forma, la educación financiera emerge como una herramienta clave para cambiar la actitud de los inversores españoles.
Según Barros de Lis: “Los datos reflejan que hay confianza, liquidez y voluntad de invertir, pero también es necesario apostar por la educación financiera. Con este entorno, los españoles pueden estar más dispuestos a invertir sus ahorros en soluciones orientadas al largo plazo. En este sentido, la industria de gestión de activos tiene un gran recorrido a la hora de ofrecer soluciones. La clave será confiar en el asesoramiento a la hora de invertir”.
La prudencia se potencia con los años
Si se observa la actitud de los inversores por franjas de edad, a medida que suman hojas a su calendario, se muestran mucho menos dispuestos a asumir riesgos. Según refleja la encuesta, el 25% de las personas entre 31 y 39 años está dispuesta a asumirlo, mientras que ese porcentaje baja al 13% cuando se toma de referencia a las personas entre los 40 y los 50 años.
Sin embargo, a medida que aumenta la esperanza de vida y la edad de jubilación, que a los 40 años los inversores reduzcan su predisposición a afrontar más riesgos es un dato preocupante. “Es llamativo que las personas reduzcan drásticamente su apetito por el riesgo tras cumplir los 40, ya que es justo cuando más necesitan sentar las bases de su seguridad financiera de cara a la jubilación” señala Barros de Lis.
En cuanto a las razones para invertir, contar con una base para afrontar imprevistos es la más popular (39%), seguida de llegar a fin de mes (27%), tener ingresos de cara a la jubilación (25%) y disfrutar de las vacaciones (23%).