El IRC (International Rescue Committee) con el apoyo de Citi ha realizado un estudio que analiza lo que están haciendo 23 ciudades de todo el mundo para acoger refugiados.
Actualmente nos encontramos ante la mayor crisis humanitaria de nuestra vida, 65,8 millones de personas han tenido que huir de sus países a causa de conflictos y crisis.
Por ello este análisis tiene como objetivo servir como reclamo para que el sector privado y los actores humanitarios internacionales tomen partida en el asunto y comiencen a adoptar las iniciativas que los gobiernos están desarrollando y ayudar a las ciudades en la construcción de comunidades inclusivas para las poblaciones desplazadas.
Según el presidente y director de IRC, David Miliband: “en este momento en el que cerca del 60% de los refugiados vive en zonas urbanas, el rol de integración que juegan las ciudades es más clave que nunca. A medida que las poblaciones desplazadas buscan seguridad y oportunidades en las áreas urbanas, las ciudades tienen que responder, proporcionar servicios existentes y restringir los sistemas que ya no tienen recursos. A pesar de estas limitaciones, las ciudades de todo el mundo están innovando como nunca antes, pensando en nuevas políticas, enfoques y programas que sirven a las poblaciones desplazadas y construyen comunidades verdaderamente inclusivas».
Pero aunque las ciudades hayan llegado muy lejos solas, ahora la ayuda del sector privado y humanitario es clave para que estas ciudades puedan construir comunidades inclusivas. Como recalca el vicepresidente ejecutivo de Citi, Ed Skyler: “las ciudades se encuentran en la primera línea en el esfuerzo por integrar a los refugiados, pero no pueden hacerlo solas”.
La participación del sector privado y humanitario factores clave en la inclusión
Por ello informe también resume las recomendaciones clave para las ciudades y los sectores privado y humanitario. Los gobiernos municipales deben practicar una planificación urbana inclusiva y asegurarse de que están diversificando sus recursos financieros, expandiéndose para incluir al sector privado, los bancos de desarrollo y los donantes humanitarios.
El sector privado debe hacer mayores esfuerzos para invertir en las ciudades y las poblaciones desplazadas, al tiempo que defiende a estas comunidades. Finalmente, el sector humanitario debe reforzar su colaboración con los gobiernos de las ciudades y ofrecer programas que no solo respondan a las emergencias, sino que también sirvan como recurso para resolver los desafíos urbanos exacerbados por el desplazamiento.
La comunicación entre las ciudades también se emerge como un factor clave, la ayuda mutua puede hacer que grandes ideas vayan de unas metrópolis a otras.
Las 23 ciudades entrevistadas para este informe albergan a más de 5 millones de desplazados, más del 7% de los desplazados del mundo, y aunque sus necesidades pueden variar, las ciudades mencionaron las siguientes necesidades de recursos para construir comunidades más inclusivas: más de la mitad (52%) citan el acceso a los recursos financieros como una necesidad crítica, casi un tercio (30%) menciona la necesidad de tener representación tanto a nivel nacional como internacional y uno de cada cuatro (26%) cita una necesidad de programas de empleo.
A medida que las ciudades desarrollan enfoques para construir comunidades más inclusivas, todos mencionaron los beneficios positivos de acoger refugiados y desplazados internos, que van desde la mejora de la cultura de su ciudad o la introducción de nuevas habilidades al mercado laboral.
Específicamente, casi la mitad (48%) de las ciudades mencionó una expansión de la economía local, un 43% de las ciudades citaron mayor diversidad cultural y un 40% de las ciudades una mayor fuerza laboral.