En Europa, los trabajadores que se incorporan al sistema laboral todavía piensan que el sistema actual de pensiones entendido a la europea es sostenible. La realidad, según apunta Graham Goodhew, director de JP Morgan Asset Management, es muy diferente: un niño en Europa Occidental que nace ahora tiene muchas probabilidades de vivir hasta los 100 años, esto significa que después de jubilarse tiene que vivir de su pensión durante casi 40 años. El sistema europeo de pensiones no es sostenible, ni económica, ni políticamente.
En un mundo ideal, cada trabajador empezaría a cotizar a un fondo de pensiones individual lo más pronto posible. Hay muchos modelos en todo el mundo que promueven esto (SIPPs en Reino Unido, 401k en EE.UU.), pero la realidad es que la mayoría de los trabajadores no tienen los recursos ni la formación para hacer esto por sí solos, necesitando contribuciones adicionales del gobierno y/o de su empleador, así como la ayuda de un buen asesor financiero.
Una vez se entrega la gestión del fondo de pensiones a una administradora profesional, es necesario perfilar bien al contribuyente. En los 30-40 años durante los que irá contribuyendo el trabajador, irá cambiando mucho su apetito por el riesgo, cuanto más cerca del retiro, más difícil tener la posibilidad de recuperarse de mercados adversos. Muchos estados regulan el tipo de fondo en el que tiene que estar el trabajador según su edad, aunque, según reitera Goodhew en el marco del Seminario FIAP-AAFP 2014, con la ayuda de un buen asesor financiero, es mejor tener libertad de elegir.
Lo cierto es que los fondos de pensiones tienen que tener una diversificación adecuada, con la exposición a las clases de activos que correspondan en cada momento. Si el individuo con 35 años por delante hasta la jubilación toma una posición verdaderamente largoplacista, invirtiendo fundamentalmente en acciones, es posible que alcance su objetivo de pensiones, si no, será mucho más difícil, pero para preservar capital es esencial la diversificación, y con una asignación adecuada de activos es posible diversificar y obtener retornos adecuados.
Asimismo, Goodhew reitera que es muy importante afrontar el problema de la educación financiera del inversor. Ningún país del mundo está en una posición ideal en este terreno, ni en Europa ni en América. Es necesario educar al inversor y al asesor financiero, para conseguir que se recupere la confianza en el sistema.