La última crisis económica y sus consecuencias han provocado que una gran parte de la sociedad se resista a endeudarse. Pero, ¿es buena idea evitar pedir un préstamo? Gracias al endeudamiento, cada vez vemos a más jóvenes emprendiendo un negocio, accediendo a la universidad o a familias comprándose una vivienda. No obstante, antes de solicitar un préstamo debes hacerte una serie de preguntas y responderlas con sinceridad para evitar sobresaltos.
En este sentido, y con el objetivo de ayudarte, desde el proyecto de Cofidis de Educación Financiera ‘Economía para ti’ detallan las cuestiones que deberíamos plantearnos antes de pedir un préstamo:
¿Para qué necesita el dinero?
Evidentemente, no es lo mismo que lo dedique a darse un capricho, como podría ser un viaje, a que lo invierta en seguir formándose. Claro está que el primero es un gasto evitable y no le reportará ningún ingreso adicional en el futuro. En cambio, el segundo es una inversión en usted mismo y, en la mayoría de los casos, permite la consecución de un salario superior durante el resto de su carrera profesional.
Así que, si le hace mucha ilusión hacer el viaje de su vida, puede esperar. Es mejor sacrificarse con anterioridad que posteriormente. Puede ir ahorrando mes a mes y al final, recaudará el dinero suficiente para cumplir su sueño. En definitiva, le aconsejamos pedir un préstamo cuando es realmente necesario o tienes la certeza de que vas a poder devolverlo sin dificultad aunque las circunstancias personales y laborales cambien durante el plazo de devolución.
¿Cuánto le va a costar el préstamo?
Antes de tomar una decisión, debe fijarse en el tipo de interés. Y no solo en lo que pagaría en el momento de endeudarse, sino previsiblemente el que sufragaría por término medio durante toda la vida del préstamo.
Si el interés es fijo, no es necesario que haga cuentas, ya que siempre pagará el mismo importe. Sin embargo, si es variable, debe hacer algunos cálculos. Una buena recomendación es calcular la media del Euribor a un año desde su nacimiento hasta el momento de la contratación del préstamo. De esta forma, podrá hacerse a la idea de lo que llegaría a pagar si no tiene ni buena, ni mala suerte.
Tampoco debe obviar los costes asociados a la contratación del préstamo, así como los seguros de vida, de hogar, de protección de pagos y el importe a abonar por tener una tarjeta de crédito de la entidad.
Si quiere comparar préstamos, debe fijarse en la TAE, que sirve para poder comparar iguales y comprobar qué préstamo es el más caro, que será el que tenga la TAE más elevada.
¿De qué ingresos dispondrá?
Es muy importante hacer una profunda reflexión. En el futuro, ¿mantendrá sus ingresos actuales? Porque puede que los supere, o por el contrario, que sean menores. En gran medida, depende de la edad y de la formación que tenga. Por ejemplo, una gran parte de los graduados o licenciados menores de 35 años seguramente conseguirán un considerable aumento de salario durante la próxima década. En cambio, es menos probable que suceda lo mismo con aquellos que sobrepasan los 45 y no tienen una cualificación profesional específica.
Conocer sus ingresos le ayudará a tomar la mejor decisión de cara a contratar un préstamo.
¿Será arriesgado para su economía?
Si la suma de los salarios de su familia equivale a 2.000 euros o más, una medida prudente sería dedicar un máximo del 35% de los ingresos a sufragar las cuotas mensuales de los distintos préstamos, incluido el que en ocasiones nos proporciona de manera automática la tarjeta de crédito.
En este sentido, para ser consciente de todo lo que hemos gastado con la tarjeta de crédito y no llegar al sobreendeudamiento, es aconsejable pagar todo lo que has gastado durante el mes a principios del siguiente.
¿Qué puede pasarle si no paga una deuda?
Antes de tomar una decisión, es importante ser consciente de las consecuencias que ésta pueda tener. Por ejemplo, el impago de un préstamo hipotecario puede hacer que pierda su vivienda, ya que actúa como garantía de este, y también cualquier otro activo que poseas. Exactamente lo mismo sucede si tiene contratado otro tipo de préstamo.
Según la legislación española, deberá responder con todos sus bienes si no paga las correspondientes cuotas a pesar de que no actúen como garantía directa del préstamo. Además, entrará en los registros de morosidad y será muy complicado (por no decir imposible), que puedas obtener en el futuro un préstamo de una entidad financiera.
En conclusión, el endeudamiento no es malo, pero puedes llegar a causarte dificultades si actúas impulsivamente y no reflexionas. Si respondes con sinceridad a las cinco preguntas que te planteamos, sabrás si actualmente te conviene pedir un préstamo.