El cibercrimen supone el 0,8% del PIB mundial, según datos de un reciente estudio del Incibe (Instituto Nacional de Ciberseguridad), quien cifra en unos 14.000 millones de euros el coste que supone para las empresas españolas. También asegura que a diario son atacados entre 100.000 y 120.000 equipos en nuestro país. Tal situación está provocando un aumento de la preocupación, especialmente de las empresas de todo tipo, tanto grandes como medianas y pequeñas, y, por consiguiente, de la contratación de seguros de ciberriesgos.
De hecho, este es el producto que más creció el año pasado en este sector y “será el seguro del año 2018”, como señala Olivier Marcen, responsable de CyberEdge de la aseguradora AIG para la zona sur de Europa. Carlos Rodríguez, responsable de CyberEdge de AIG en España, considera que las seis características básicas que debe contemplar un buen producto para proteger frente a los cibersiniestros son:
1. Gestión de incidentes
Cubre los honorarios de asesoría legal, informática forense y relaciones públicas a la hora de gestionar, administrar y mitigar un incidente de seguridad de red o de privacidad.
2. Protección de Datos y Responsabilidad Cibernética
Ampara las reclamaciones de terceros derivadas de demandas por un fallo de seguridad en la red del asegurado.
3. Ciberextorsión
Cobertura a las organizaciones ante las pérdidas resultantes de una amenaza de extorsión. Esto incluye rescates para poner fin a una extorsión, así como los honorarios de asesores especializados.
4. Interrupción de la red o pérdida de beneficios
Responde a la pérdida de ingresos y gastos operativos del asegurado cuando su actividad se interrumpe o suspende debido a un fallo en la seguridad en la red.
5. Fraude de Transferencia de Fondos.
Cobertura de la pérdida financiera resultante de transferencias electrónicas realizadas de manera fraudulenta tras un ciberataque.
6. Respuesta ante inspecciones y sanciones regulatorias derivadas de un uso indebido, control o proceso de datos personales