Inverco ha presentado su informe anual, en el que destacan sus perspectivas respecto a la evolución de los planes de pensiones a lo largo de 2021, un año que aún seguirá marcado por la pandemia y reflejará el efecto de las reformas fiscales. Según ha explicado el presidente de la agrupación de fondos de pensiones, José Carlos Vizárraga, la crisis trajo acompañada un doble reto para los fondos de pensiones: gestionar las inversiones con la caída de los mercados y la normativa de dar liquidez a través de los planes de pensiones. A las que, según valora, el sector supo responder con rapidez y eficacia.
Otro de los momentos vividos en 2020 y que ha supuesto un reto para los fondos de pensiones ha sido la aprobación del Pacto de Toledo, así como las reformas fiscales que reducían a favor de los planes de empleo los límites de aportación a los planes individuales. Según prevé el informe, aunque la rentabilidad esperada de los fondos de pensiones podría situarse entre el 2% y el 2,5%, las aportaciones se verán muy influidas por el nuevo límite máximo de aportación impuesto a los planes de pensiones del sistema individual, desde los 8.000 euros anuales de 2020 hasta los 2.000 euros actuales.
Se estima que las aportaciones brutas al sistema individual se verán reducidas en más de un 30% por la disminución del límite máximo, mientras que las prestaciones brutas se mantendrán previsiblemente sin cambios.
Aunque paralelamente se incrementa el límite máximo de las aportaciones del promotor a planes de empleo hasta los 10.000 euros anuales, se estima que dicho incremento tendrá un efecto nulo en el incremento real de aportaciones a planes de empresa. Sin embargo, el patrimonio que dejará de invertirse en planes individuales tampoco se destinará a los de empleo, según han explicado desde Inverco, podrá ir a para a los fondos de inversión.
Por todo ello, el volumen de activos de los fondos de pensiones podría mantenerse prácticamente sin cambios y sólo ligeramente incrementado en un 0,4% por efecto de la rentabilidad, cerrando el año con un patrimonio de 119.000 millones de euros.
El valor del ahorro y los efectos de las reformas
El presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, ha destacado la adaptación de los ahorradores y su madurez en comparación con la crisis de 2008. Asimismo, ha reconocido el buenhacer de las gestoras que en situaciones de confinamiento estricto han podido y sabido atender los reembolsos, suscripciones y valores liquidativos diarios.
En este sentido, el experto ha señalado que es necesario que el régimen financiero y fiscal se adapte a la necesidad de estimular el ahorro. “Es un pilar básico para mover la inversión y para enfrentarse a retos como la longevidad. Además, tiene un papel recaudador no directo en términos de ingresos para la hacienda y actúa como estabilizador y reductor de la prima de riesgo, otorgando una menor carga financiera para el sector público y privado”, señala el presidente de la patronal.
Para que dicho ahorro sea debidamente estimulado, Martínez-Aldama considera que es necesario poner en marcha una política fical que busque un objetivo a medio largo plazo y quiera enfrentar los retos no solo como un foco de recaudación a corto plazo.
Sin embargo, admite que en 2020 hemos visto tres medidas con un sesgo negativo para el ahorro, como la reducción del nivel de aportaciones máximas, el impuesto de transacciones financieras y la subida de tipos de gravamen al ahorro. “También ha habido medidas que esperamos que potencien el ahorro a medio y largo plazo, como el aumento de límites en el sistema de empleo, o esa promoción para desarrollar los fondos de pensiones de empleo de promoción pública, sobre lo que tenemos un interés y deseo como sociedad de que pueden canalizar el ahorro de muchos trabajadores”, ha señalado. Respecto al fondo público de pensiones de empleo, Izagarra admite que, a diferencia de las reformas del sistema individual, respecto a este tema “tienen mucha ilusión”.
En este punto, el presidente de la patronal ha reservado una mención especial a las finanzas sostenibles, destacando el papel y la responsabilidad que tienen la industria y los ahorradores para impulsar una economía verde.
Echando la vista atrás: un resumen de 2020
Los fondos de pensiones alcanzaron un nuevo récord histórico de patrimonio a finales de 2020, y cerraron el año con un volumen de activos de 118.523 millones de euros, lo que supone un 1,8% de crecimiento en el año.
El patrimonio en el sistema individual cerró el año con un 2,7% de incremento anual, mientras que el sistema de empleo disminuyó un 0,1%, en comparación con 2019. El sistema individual registró aportaciones netas por valor de 1.336 millones de euros, lo que supuso un crecimiento del 18% en 2020, debido principalmente al notable incremento de las aportaciones brutas del año, mientras que las prestaciones brutas (sin incluir supuestos de liquidez) se mantuvieron en el entorno de los 3.000 millones de años precedentes.
Según destacan desde Inverco, el incremento de las aportaciones brutas a planes individuales puede estar relacionado con la reducción en el límite máximo de aportación a planes individuales hasta 2.000 euros y vigente a partir de 2021, por lo que los ahorradores pudieran haber aprovechado los mayores límites aún vigentes en 2020. “La modificación en los límites de aportación va a afectar al ahorro de más de 700.000 partícipes que según las cifras de DGSFP de finales de 2019 hicieron aportaciones superiores a 2.000 euros. Es decir, el 23% de los partícipes que hacen aportaciones en el año se verá afectado por dicha reducción”, aclara el informe.
Asimismo, con datos de DGSFP, durante la pandemia los planes de pensiones aportaron a 55.936 partícipes, una liquidez extraordinaria superior a los 97 millones de euros, que se suman a los casi 250 millones de euros pagados por los otros supuestos excepcionales de liquidez. El supuesto más utilizado por los partícipes fue el de liquidez ERTE, que acumuló más de la mitad de las solicitudes de prestación (28.766 beneficiarios).
En un contexto de dudas en los mercados derivado de los efectos de la pandemia, los planes de pensiones cerraron 2020 con rentabilidad positiva neta de gastos y comisiones (0,67%), recuperando de esta forma el notable ajuste del primer trimestre del año, donde los planes registraron rentabilidades medias en el entorno del -5,5.
En los últimos 21 años, sólo en tres ejercicios los planes de pensiones obtuvieron rendimientos negativos. De hecho, la rentabilidad media anual de los planes de pensiones a largo plazo (25 años) alcanza ya el 3,4% anual, superando con holgura la inflación media anual del período y asegurando a los partícipes el poder adquisitivo de sus aportaciones.