Todos los expertos coinciden en que, ante la actual situación del sistema público de pensiones español, fomentar el ahorro privado con el objetivo de diversificar las fuentes de ingresos durante la jubilación se convierte en algo de vital importancia. Existen numerosos vehículos para reunir ese dinero extra, el más común son los planes de pensiones, sin embargo, no son los únicos, cada uno tiene unas características propias y entran en juego muchos factores que determinan qué vehículo será mejor para cada tipo de ahorrador.
Según Miguel Ménendez, director del área de Previsión Social de Mercer, elegir un producto u otro dependerá del momento vital en el que se produzca la decisión de ahorrar. La aversión o no al riesgo del interesado, la situación económica y fiscal de cada momento, si el ahorro se produce de forma individual o de forma colectiva a través de la empresa o el momento vital en el que se produzca la decisión de contratar o ahorrar, son algunas de las características que el experto considera que determinarán qué vehículo es más interesante.
Estos son algunos de los vehículos de ahorro más comunes:
Los planes de pensiones
Son productos de ahorro enfocados al largo plazo, diseñados específicamente para ahorrar para la jubilación y se instrumentalizan en fondos de pensiones. Una de sus ventajas fiscales es que se puede aportar hasta 8.000 euros al año y todo lo aportado reduce la base imponible en la declaración de la renta, además existe una amplia variedad que se adapta al perfil de cada ahorrador.
Según indica Menéndez, la principal ventaja del plan de pensiones es la flexibilidad en la inversión, en la que se permite escoger la estrategia de inversión que más se adapte al perfil de riesgo del cliente y en el largo plazo conseguir unas mayores plusvalías fruto de esa estrategia. Asimismo, recuerda que, “para aquellos que hayan realizado aportaciones con anterioridad a diciembre de 2006 y perciban la prestación en forma de capital podrían rescatar sus derechos consolidados con una exención fiscal del 40% del capital recibido”.
Fondos de inversión
Son vehículos de inversión similares a los fondos de pensiones, pero la principal diferencia es que al no estar específicamente diseñados para el ahorro para la jubilación no gozan de las mismas ventajas fiscales de éstos. Sin embargo, son productos con total liquidez, por lo que el ahorro se encuentra disponible en cualquier momento. Además, conviene recordar que los fondos de inversión son traspasables sin que sea necesario tributar por la plusvalía generada al cambiar de un fondo a otro, permitiendo al partícipe adecuar su cartera de fondos a cada momento de mercado. Solo se tributa al reembolsar el fondo por dinero.
Planes de empleo
Se trata de un plan de pensiones que promueve la empresa para sus trabajadores, que son sus beneficiarios. Los trabajadores podrán adherirse voluntariamente y las aportaciones al plan pueden venir, por un lado, solo de la empresa o por otro, del cliente y la empresa de manera conjunta. Sin embargo, según explica Menéndez, “los planes colectivos como los planes de pensiones del sistema de empleo, planes de previsión social empresarial o seguros colectivos de vida, no gozan de un verdadero incentivo fiscal, puesto que la deducción inmediata que se produce con el límite de los 8.000 euros se abona posteriormente al tributar como renta de trabajo, tanto el principal como los intereses generados”.
Hipoteca inversa
Es un producto financiero que permite al cliente monetizar parte del valor de la vivienda utilizando ésta como garantía. En un país como España, que tiene una de las tasas de ahorro más bajas de la Unión Europea, pero a su vez un 95% de hogares encabezados por jubilados con una vivienda en propiedad, esta fórmula de ahorro puede llegar a jugar un papel muy importante actuando como un complemento de los ingresos de la jubilación pública.
Sin embargo, en España aún existe un cierto rechazo ante esta fórmula, la falta de información, la idea de dejar una herencia o lo gravosa que resulta su financiación, son algunos de los factores que le restan atractivo.
Seguros de vida
Según explica el experto: “Los seguros colectivos de vida han sido y son productos de ahorro eminentemente utilizados para determinados colectivos y en concreto para la dirección y la alta dirección. Se utilizaban como forma de optimización fiscal para reducir la base imponible y reducir la tributación durante el periodo activo. Pero recientemente se están utilizando de manera generalizada en aquellas empresas que utilizan la compensación flexible como política de compensación». “Son productos sencillos de implantar y entender y muy fáciles en su administración además de ofrecer diferentes alternativas de inversión en función de la aversión al riesgo”, añade Menéndez.
PIAS (Planes individuales de ahorro sistemático)
Son seguros de vida-ahorro cuya finalidad es constituir un capital que posteriormente es recuperado en forma de renta vitalicia asegurada. Son productos líquidos cuya inversión se puede rescatar en cualquier momento, aunque su tratamiento fiscal es complejo. A diferencia de otros productos, los PIAS no tiene ventajas fiscales en la aportación, pero si el ahorrador lo retira pasados al menos 5 años y lo hace como renta vitalicia, los rendimientos están exentos de tributar, con un límite de aportación de 8.000 euros al año y 240.000 en total.
SIALP (Seguro individual de ahorro a largo plazo)
Se trata de un seguro de vida que trata de fomentar el ahorro a largo plazo con ciertas ventajas fiscales. Por ejemplo, está exento de tributar si se mantiene cinco años y se recupera en forma de capital, pero la aportación máxima anual es de 5.000 euros.
Unit linked
Son seguros de vida-ahorro que dan la oportunidad al ahorrador de invertir en diferentes fondos de inversión, cestas de fondos con diferentes perfiles de riesgo o diferentes activos financieros. Su principal inconveniente es que no ofrecen una rentabilidad garantizada por lo que el ahorrador asume el riesgo.
Son muchas las opciones para generar ese capital extra para disfrutar durante el retiro, pero, independientemente de la vía que se escoja, Miguel Menéndez recomienda adoptar el hábito de ahorro desde el inicio de la vida laboral, ya que la edad condiciona el nivel de aportación a realizar para alcanzar el mismo capital en el momento de llegar a la edad de jubilación.
“Lo ideal sería tener la capacidad de combinar productos de empresa con ahorro individual, con el objetivo de diversificar el riesgo y los productos. Por ejemplo, poder aportar al plan de empresa desde el salario bruto para que se reduzca la base imponible en productos con garantía de interés y adicionalmente invertir en un plan de pensiones individual con una estrategia de inversión mixta entre renta fija y variable podría ser una alternativa”, recomienda.