A los españoles nos cuesta ahorrar y si hablamos de un ahorro a largo plazo para complementar nuestra futura pensión pública, el objetivo todavía se complica más. En paralelo, vivimos en una sociedad cada vez más digitalizada y concienciada por aspectos como la sostenibilidad o un estilo de vida saludable.
Así las cosas, puede que unir el ahorro a largo plazo a la digitalización y los objetivos de salud y sostenibilidad se convierta en una fórmula mágica para concienciar a las generaciones más jóvenes. «El ahorro se suele asociar a un sacrificio o renuncia, pero no me gusta decir que no se puede ahorrar. Los jóvenes ahora son consumistas y les gusta disfrutar. Pueden ahorrar pero prefieren consumir», afirma Elisa Ricón, directora general de Inverco, durante un debate organizado por Caser Seguros.
En opinión de Ana Palomares, periodista en Funds People, hay que diferenciar entre la generación de los babyboomers y la generación millennial. En materia de ahorro a largo plazo, el «ladrilo» marca una gran diferencia en la planificación de ambas generaciones de cara a la jubilación. «La generación de los que están próximos a la jubilación tienen, en su mayoría, una vivienda pagada; pero la generación millennial tendrá más problemas al carecer de ese colchón inmobiliario que sí han tenido nuestros abuelos y padres».
Fomentar que un consumo cada vez más responsable se convierta en una fuente de ahorro para la jubilación es una de las innovaciones más recientes en el sector financiero. «Existen experiencias de ahorro por consumo que premian un estilo de vida saludable y fomentan los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Cuando, por ejemplo, nos inscribimos a una carrera solidaria y parte de nuestra entrada se destina al ahorro para la jubilación, el ahorro no es lo más importante sino una consecuencia de nuestros hábitos de consumo y de vida», explica José Luis Horos, CEO de Pensumo, una de las empresas que facilitan este tipo de ahorro.
Por otra parte, la generación millennial se caracteriza por una mayor conciencia sobre el destino de sus ahorros e inversiones. «Estamos dando los primeros pasos hacia un consumo y un ahorro o inversión responsable en el que las personas quieren saber qué se hace con su dinero cuando lo invierten», ha explicado Rubén Puga, director de banca personal de Triodos Bank. En el caso de esta entidad financiera, por ejemplo, una parte de las aportaciones de los partícipes de su plan de pensiones va a proyectos de reforestación y ayudas al refugiado. «Esto ayuda a que los productos calen entre los más jóvenes, porque es necesario explicar qué hay detrás de cada producto para facilitar su implicación», añade Puga.
Las diferentes inquietudes de los jóvenes a la hora de ahorrar e invertir pueden servir de inspiración al sector financiero a la hora de diseñar productos de ahorro para la jubilación. De hecho, en opinión de Mercedes Azpiroz, directora de relaciones con inversores de Magallanes, «hay que hacer autocrítica porque el sector financiero puede ser más creativo y preocuparse más por la rentabilidad de los productos que ofrece para la jubilación. El plan de pensiones es un producto que está muy mal vendido y explicado. A lo mejor no es el mejor para invertir para la jubilación».