En los Estados Unidos, el gasto de capital está lastrando a la economía en su conjunto, y hay quien considera que ésta es la ‘nueva norma’. Pero el estratega de Robeco, Peter van der Welle, cree que existen sólidas razones para un repunte de las inversiones durante el año.
Razones por las que la actividad inversora ha estado contenida en Estados Unidos
En los últimos años, el gasto de capital ha sido decepcionante. Tras la marcada contracción económica del año 2008, las empresas redujeron drásticamente sus inversiones con tal de recortar gastos. En la arena política, el estancamiento en la situación fiscal y el programa ‘Obamacare’ minaron la confianza.
El declive del precio de los valores en el periodo 2007-2009 conllevó que las empresas que quisieron extender su actividad pudieron adquirir otros negocios a bajo precio y no tuvieron que invertir directamente en bienes de capital. En cuanto a la financiación, estándares más estrictos para los préstamos bancarios al comercio y a la industria también dificultaron que las empresas accedieran al crédito.
Razones por las que la actividad inversora podría recuperarse en Estados Unidos durante el año
Probablemente no sorprenda que las inversiones en Estados Unidos como porcentaje del PIB todavía estén muy por debajo de sus niveles históricos. Esta situación ha suscitado un debate entre los inversores: ¿estamos afrontando la ‘nueva norma’, o tan sólo atravesando un ciclo?
“No”, manifiesta el estratega de Robeco, Peter van der Welle. “Los últimos acontecimientos en la economía estadounidense sugieren que la tendencia en el gasto de capital va a dar un giro. Sin embargo, el año pasado, condiciones más favorables no consiguieron motivar la inversión, y los analistas del mercado que pronosticaron una recuperación en el gasto del capital para 2013 demostraron estar equivocados”.
«Una combinación de variables podría dar un giro al gasto de capital»
Según Van der Welle, esto demuestra que las mejoras en un solo ámbito económico no bastan para motivar la ‘llamada al gasto de capital’. Se requiere un momentum generalizado en los factores clave que determinan el argumento a favor de la inversión. “Identificamos una combinación de variables que podría dar un giro hacia el gasto de capital”, afirma Van der Welle.
- La perspectiva comercial está ganando momentum para propiciar las inversiones. La incertidumbre económica en torno a la recuperación estadounidense ha disminuido. Los principales indicadores vienen siendo positivos para la actividad inversora desde hace un tiempo. Los consumidores se han desapalancado, los bancos estadounidenses han relajado sus estándares a la hora de conceder préstamos, y existe mayor demanda de créditos para el sector industrial.
- El renacimiento del sector industrial, gracias en gran parte al impacto del “shale gas”. El crecimiento en sectores económicos fuertes podría iniciar un efecto de propagación, conduciendo a mejores flujos de efectivo y a perfiles de beneficios para los sectores relacionados. Un buen ejemplo es el gas de esquisto, donde el abundante suministro ha causado que los precios del gas nacional desciendan, lo que ha mejorado significativamente las condiciones para la industria en relación con el mismo. El actual resurgimiento industrial que está en marcha en los Estados Unidos allanará el camino hacia la innovación, potenciando la inversión.
- La incertidumbre política-económica se ha reducido. El estancamiento en el Congreso ha finalizado con los republicanos llevándose la mayor parte de la culpa por el bloqueo parcial al Gobierno durante el pasado mes de noviembre. La postura republicana de línea dura sobre la restricción fiscal y los ataques al plan ‘Obamacare’ se suavizarán antes de las elecciones al Congreso, que van a tener lugar este año.
- El tejido industrial está obsoleto y necesita ser reemplazado. Un factor que impulsa una mayor actividad inversora es la madurez del capital social. El equipamiento no había sido tan antiguo desde 1995, y algunos productos de propiedad intelectual se remontan a los años ochenta. El retraso en el proceso de reemplazo de instalaciones y maquinaria dará un giro cuando se torne cada vez más difícil alcanzar mayores niveles de producción con los bienes de capital existentes.
- La eficiencia del “capital stock” está entrando en una fase de retornos más modestos. La mayor eficiencia conseguida aprovechando al máximo el potencial restante del capital existente está disminuyendo. Es probable que las empresas tengan que emprender un gasto de capital para mejorar la productividad, si quieren mantener su competitividad. Además de la necesidad de mejorar la calidad, se necesitan más capital social, dado que los índices de utilización de la capacidad industrial en Estados Unidos han subido por encima de su promedio cíclico.
- Los inversores demandan más capex. Los inversores alientan cada vez más a la dirección corporativa a aprovechar las oportunidades de crecimiento. Esto podría animar a las empresas a incrementar las fusiones y adquisiciones o a estimular el crecimiento orgánico a través de un gasto directo de capital en equipamiento, software y derechos de propiedad intelectual.
«Aunque los acontecimientos políticos y los saludables balances corporativos son importantes, se requiere una gama más amplia de condiciones positivas para desencadenar la ‘llamada al gasto de capital’. Basándonos en estos seis argumentos, nos parece probable un repunte durante el año, y negamos que el mediocre gasto de capital que se ha mantenido en Estados Unidos durante los últimos cinco años sea preludio de la ‘nueva norma’», concluye Van der Welle.