La confianza de los inversores en el crecimiento de la economía global sigue siendo muy alta incluso cuando las expectativas de ver subir los tipos de interés a corto plazo son mayores que antes, según muestra la encuesta de BofA Merrill Lynch correspondiente a abril, realizada a 239 gestores con 674.000 millones de dólares en activos.
La encuesta muestra que el número de inversores que confía en que la economía global crecerá en los próximos 12 meses se mantiene estable en el entorno del 62% de los encuestados, la misma cifra que en marzo y por encima del 56% que lo creía en febrero. Esa visión explica que el 44% confíe también en que los beneficios mejoren en el próximo año, desde el 40% que lo pensaba un mes antes.
Y todo ello a pesar de que las expectativas de subidas de tipos en el tramo corto están creciendo, con un 66% de los encuestados que prevén este scenario en un horizonte de 12 meses, frente al 55% de un mes antes y la mayor cifra también en tres años. Esta expectativa de normalización de las políticas monetarias no ha logrado cambiar el sentimiento sin embargo sobre lo que ocurrirá con los tipos a largo plazo: el 72% de los encuestados creen que subirán en 12 meses, por debajo de los 74% que lo pensaban en marzo y el 73% de febrero. Así, las expectativas de un empinamiento de la curva se suavizan: el 22% espera ese escenario frente a un 39% que lo esperaba en marzo y el 42% en febrero.
Donde sí ha habido cambio es en el sentimiento de los inversores a la hora de elegir acciones de valor o crecimiento: si en abril el 40% cree que las de valor tendrán mejores rentabilidades a 12 meses, en marzo solo lo pensaba una tercera parte del panel. Es la lectura más alta desde que BofA Merrill Lynch elabora la encuesta. Para Michael Hartnett, estratega jefe de inversiones de BofA Merrill Lynch Global Research, esa preferencia por acciones value podría ofrecer una pista sobre futuras ventas en acciones de tecnología y biotecnología. “La reciente volatilidad del mercado ha llevado a los inversores a retirar su excesivo optimismo sobre los valores de crecimiento estadounidenses y a extremar la cautela en los emergentes”, comenta.
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Además, desde un punto de vista regional, el 66% de los gestores globales creen que la bolsa estadounidense es la más cara, en línea con lo pensado los dos meses anteriores. Eso lleva a indicar que los emergentes están infravalorados (el 55% así lo cree, frente al 49% de marzo, y la mayor lectura histórica). Además, solo el 2% dice infraponderar los mercados emergentes, desde el 21% en marzo.
Y es que los gestores están tomando una visión más cauta con respecto a activos que han favorecido en el pasado y que consideran saturados, como los bonos high yield estadounidenses (el 22% lo cree frente al 12% en marzo) o la deuda periférica europea (el 19% cree que es un trade saturado, frente al 16% de un mes antes). “Tras dos años de rentabilidad cíclica en Europa, el sentimiento y las posiciones sugieren que una rotación hacia activos y sectores más defensivos podría ser inminente”, explica Obe Ejikeme, estratega de renta variable europea y cuantitativa de la entidad.
Con respecto a Japón, la encuesta muestra que solo el 13% del panel está aún sobreponderado en la renta variable del país, frente al 16% de marzo y al 30% de febrero, lo que muestra que el efecto Abenomics se desvanece.