La falta de información y una deficiente labor pedagógica son dos de los grandes problemas del sistema de pensiones en España, según los expertos y al margen de la polémica desatada por las declaraciones del secretario de estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, sobre las pensiones de viudedad.
Durante la jornada organizada por APD, Mercer y VidaCaixa, Inmaculada Domínguez, profesora de economía financiera y contabilidad de la Universidad de Extremadura, apeló a la concienciación y la solidaridad de los actuales pensionistas con las generaciones futuras como parte de esa labor informativa pendiente. Domínguez se preguntó qué pasaría si a los jubilados de hoy les explicáramos que una subida de su pensión de 20 euros puede suponer que sus nietos cobren 200 euros menos en su pensión de jubilación futura. «Tenemos que poner los pies en la tierra y de verdad informar, eso hará que todos entendamos cuál es el problema y automáticamente, la solución”, afirmó Domínguez.
Por su parte, Miguel Ángel García, investigador asociado de Fedea y profesor colaborador de economía aplicada en la URJC, señaló que el problema es que ahora hay diez millones de pensionistas, a los que les seguirán otros 20 millones que esperan cobrar la pensión. “Se ha hecho una pésima labor de pedagogía, la sociedad piensa que las pensiones españolas son malas y el colectivo de los pensionistas ha sido el mejor tratado durante la crisis, mientras había cuatro millones de parados, las pensiones siguieron a su bola. Hay una percepción errónea de lo que es el sistema de pensiones y a partir de ahí se hace difícil trasladar soluciones».
Las cuentas nocionales, el debate recurrente
La implantación de un sistema de cuentas nocionales es un tema recurrente en los foros sobre el reto de las pensiones. En opinión de Manuel Álvarez Rodríguez, secretario general de Ocopen, cree que sería una solución válida para España tras el éxito que, a su juicio, ha cosechado en otros países de nuestro entorno.
En este sentido, cree que es una fórmula que permite funcionar de forma sostenible a un sistema público de pensiones aunque es vital complementarlo con la previsión social complementaria a través de las empresas. “Lo que vas a percibir está ajustado a tu contribución y, además, el individuo decide el momento de su jubilación».
De hecho, Álvarez Rodriguez destaca la necesidad de que la edad de jubilación sea flexible. «Si vivimos 100 años y queremos que el sistema aguante, debemos estar cotizando unos 50 años para poder financiar unos 25 años de pensiones, por lo que la edad de jubilación ha de ser flexible”, aclara.
Para Pilar González de Frutos, presidenta de Unespa, los problemas de nuestro sistema se pueden abordar desarrollando sistemas de pensión complementaria. “No creo que debamos enfrentar el sistema público de reparto con el privado de capitalización. Las pensiones privadas en España no son más de un 4% del total de las rentas que reciben los jubilados y tenemos que analizar los problemas que afectan al sistema público».
Así, González identifica tres: el impacto de la demografía, el bajo nivel de productividad y la enorme volatilidad del mercado de trabajo. «Tenemos una capacidad para destruir empleo muy fuerte que afecta mucho al mundo de las pensiones», ha concluido.