España se sitúa en el puesto 23 de los 34 sistemas de pensiones analizados en el “Melbourne Mercer Global Pension Index (MMGPI)” un informe elaborado por el Centro Australiano de Estudios Financieros en colaboración con Mercer que mide la calidad de los sistemas públicos de pensiones de 34 países.
El informe usa tres factores para definir y puntuar los sistemas, en la que su suficiencia cuenta un 40%, la viabilidad un 35% y la gestión gubernamental un 25%. En 2018 el estudio ha incorporado cuatro nuevos países y entre ellos, por primera vez, se encuentra España.
En 2018 el país que lideró el ránking fue Holanda que obtuvo 80,3 puntos de 100, arrebatándole el primer puesto a Dinamarca. Por su parte, España se estrenó en esta lista con un aprobado y se situó en la posición número 23 con 54.4 puntos y una calificación “C”. Esta letra indica que se encuentra entre aquellos que tienen algunas características buenas, pero también grandes riesgos y deficiencias que deberían ser resueltos. Sin estas mejoras, su suficiencia y sostenibilidad a largo plazo podrían ser cuestionadas.
Sin embargo, si desglosamos todos los factores que tiene en cuenta el índice, la puntuación de España no difiere mucho de la de Holanda en términos de suficiencia, un factor que mide el diseño del sistema, el apoyo fiscal o los ahorros y beneficios. La mayor diferencia con Holanda está en el factor de sostenibilidad, que incluye variables como la demografía, el crecimiento económico, las contribuciones o la cobertura de la pensión.
La sostenibilidad, el talón de Aquiles de España
Si comparamos España con otras potencias mundiales como Estados Unidos, el país norteamericano tampoco sale bien parado en este informe, obteniendo solo 4,1 puntos más que España. EE.UU. no nos gana ni en gestión, ni en suficiencia, pero sí lo hace en sostenibilidad del sistema.
En comparación con países asiáticos como Japón, la sostenibilidad vuelve a ser el talón de Aquiles de España. El país nipón obtiene una puntuación media de 6,2 puntos, inferior a la de España. En sostenibilidad, sin embargo, nos saca 4,6 puntos de ventaja.
En Europa, Francia (60,7 puntos) tiene un sistema que en cuanto a suficiencia y gestión compite con España, pero si miramos la sostenibilidad, la viabilidad financiera vuelve a ser nuestro verdugo.
El triunfo de los modelos mixtos
Si analizamos los dos países que lideran la lista, Holanda y Dinamarca comparten muchas características. Ambos combinan las pensiones públicas con los ingresos privados y aseguran a su población un mínimo de pensión que deben complementar con el ahorro a través de las empresas.
Por ejemplo, el sistema de retiro holandés está compuesto por ingresos que emanan de tres fuentes distintas: la pensión básica que se financia a través de los impuestos y las cotizaciones, los planes empresariales semi-obligatorios y apoyados por el Estado y los seguros individuales.