La riqueza financiera neta de las familias y empresas españolas, que se mide por la diferencia entre los ahorros y las deudas que tienen, se situó en 1,320 billones de euros al cierre de 2016, lo que representa un crecimiento interanual del 3%. Según los datos del Banco de España, a pesar de que la riqueza ha aumentado durante el año pasado, en relación con el producto interior bruto (PIB), representaron el 118,5%, es decir, un 0,5% menos que en diciembre de 2015.
Los activos financieros de los hogares -dinero en efectivo, acciones, depósitos y valores en renta- superaban los dos billones de euros al finalizar 2016, concretamente 2,090 billones, lo que significa que crecieron un 1,4% en comparación interanual. Este incremento se debe, según la entidad financiera a una adquisición neta de activos financieros de 39.000 millones de euros durante 2016, que fue compensada en parte por una pérdida de valor de 11.000 millones, fundamentalmente por el descenso de las cotizaciones bursátiles en el conjunto del año.
Por su parte, los pasivos o deudas de las familias y empresas se situaron en 770.028 millones de euros, tras caer casi un 1,5% respecto a un año antes debido, fundamentalmente, a la reducción del crédito, que pasó de 729.640 millones hasta 716.915 millones de diciembre.
El grueso de los activos financieros de los hogares españoles se encontraba a cierre del ejercicio en efectivo y depósitos, que sumaban el 41% del total, seguido de participaciones en el capital (25%), seguros y fondos de pensiones (17%) y participaciones en fondos de inversión (13%). Los seguros y fondos de pensiones fueron el componente que más incrementó su peso en los activos financieros de los hogares durante el pasado ejercicio, un 0,7% más, mientras que el peso de las participaciones en el capital fue el que más cayó, un 1,2%.