Invertir con cobertura es una forma de proteger sus finanzas de una posible situación de riesgo, de forma que se minimice o se compense la posibilidad de que sus activos pierdan valor. También puede utilizarse para limitar la pérdida a una cantidad conocida si el activo pierde valor. Es, en cierto modo, similar a un seguro de hogar; se paga una cantidad fija cada mes y, si un incendio destruyera su casa, su pérdida sería únicamente la cantidad del deducible, que es ya conocida.
Estrategias de cobertura
La mayoría de los inversores utilizan instrumentos derivados como cobertura. Los derivados son contratos financieros, que derivan su valor de un activo real subyacente, como una acción. Las opciones, que son el derivado más utilizado, dan derecho de comprar o vender una acción a un precio específico dentro de un período de tiempo.
Veamos cómo funcionan las opciones de manera ventajosa para proteger su inversión del riesgo. Supongamos que comprara acciones porque pensara que su cotización subiría, pero quería protegerse contra una posible pérdida en el caso de que el precio se desplomara. Se podría cubrir ese riesgo con una opción de venta. Por un pequeño coste (prima), podría comprar el derecho de vender las acciones al mismo precio. Si el precio de las acciones cayera, ejercería su put y recuperaría el dinero que acababa de invertir, menos el coste de adquisición del put o derecho de venta.
La diversificación es otra estrategia de cobertura. Si posee una variedad de activos que no suben y bajan al mismo tiempo, en el caso de que un activo colapse, no lo perderá todo. Por ejemplo, la mayoría de los inversores incluyen bonos en su cartera para compensar el riesgo de sus acciones. Cuando los precios de las acciones caen, la cotización de los bonos habitualmente aumenta. Eso solo se aplica a los bonos corporativos de elevada calificación crediticia o a los bonos del Tesoro de Estados Unidos, de la República Federal de Alemania o emitidos por otros estados con buena calificación crediticia. Sin embargo, el valor de los bonos basura cae cuando los precios de las acciones lo hacen, porque ambos son inversiones arriesgadas.
Cobertura y fondos de cobertura
Los fondos de cobertura (hedge funds) utilizan derivados para cubrir las inversiones. Suelen ser fondos de inversión de propiedad privada que el gobierno no regula tanto como los fondos de inversión.
Los fondos de cobertura pagan a sus gestores un porcentaje de los rendimientos que obtienen, pero estos gestores no reciben nada si sus inversiones pierden dinero. Esto puede atraer a inversores que se sientan frustrados por pagar comisiones a los gestores de sus fondos de inversión independientemente de su rendimiento.
Gracias a esta estructura de compensación, los gestores de fondos de cobertura se ven impulsados a lograr rendimientos superiores a los del mercado, ya que los gestores que obtengan pobres resultados de sus inversiones podrían perder sus empleos. Si apuestan a lo grande y correctamente, pueden ganar granes sumas de dinero, pero si pierden, no pierden su dinero personal, que procuran ahorrar en épocas de bonanza y poner a salvo. Eso les hace muy tolerantes al riesgo y también que este tipo de fondos resulten muy arriesgados para el inversor, que puede perder los ahorros de toda su vida.
Se cree que el uso de derivados por parte de los fondos de cobertura añadió riesgo a la economía mundial, preparando el escenario para la crisis financiera de 2008. Por una parte, los gestores de fondos compraron swaps de incumplimiento crediticio (Credit Default Swaps) para cubrir las pérdidas potenciales de los valores respaldados por hipotecas de alto riesgo y, por otra, las compañías de seguros, como AIG, prometieron pagar si las hipotecas de alto riesgo incumplían.
Esta garantía de las aseguradoras dio a los fondos de cobertura una falsa sensación de seguridad, que los animó a comprar más valores respaldados por hipotecas de lo prudente. Sin embargo, no estaban protegidos del riesgo. La gran cantidad de incumplimientos abrumó a las compañías de seguros, razón por la que el gobierno federal estadounidense tuvo que rescatar a aseguradoras, bancos y fondos de cobertura.
Así pues, la verdadera cobertura del sistema financiero fue en aquella situación el gobierno de los Estados Unidos, respaldado por su capacidad de imponer impuestos, incurrir en deudas e imprimir más dinero. El riesgo se ha reducido un poco, ahora que la Reforma de la Ley Dodd-Frank de Wall Street regula muchos fondos de cobertura y sus derivados de alto riesgo.
El oro puede ser una forma de cobertura en tiempos de inflación, porque mantiene su valor cuando el dólar cae. En otras palabras, si los precios de la mayoría de las cosas que compra aumentan, también lo hará el precio del oro.
El oro también puede resultar atractivo como cobertura contra un colapso del dólar, puesto que el dólar es la moneda global de referencia y no hay otra buena alternativa en este momento. Si el dólar colapsara, entonces el oro podría convertirse en la nueva unidad de dinero mundial, pero esto es poco probable, porque hay un suministro finito de oro. El valor del dólar se basa principalmente en el crédito, no en el efectivo. Pero no hace mucho tiempo que el mundo se regía por el patrón oro. lo que significaba que la mayoría de las principales monedas estaban respaldadas por su valor en oro. La asociación histórica del oro con una forma de dinero es la razón por la que es una buena cobertura contra la hiperinflación o el colapso del dólar.
Muchas personas invierten en oro simplemente como cobertura contra las posibles pérdidas de una inversión en acciones. Un análisis realizado por el Trinity College en Dublín reveló que, de media, los precios del oro siguen al alza durante los 15 días siguientes a las caídas del mercado de valores.
El oro se puede también comprar como inversión directa si se tienen la creencia de que su precio subirá, ya sea porque la demanda vaya a aumentar o la oferta vaya a disminuir. Esa razón para comprar oro no debe considerarse una forma de cobertura.