Total return o rendimiento total es el ingreso total obtenido a partir de una inversión, incluidas las ganancias de capital, durante un período de tiempo dado. Generalmente, ese periodo es de un año de actividad inversora. El rendimiento total, también conocido como rendimiento anualizado, es importante para los inversores. Su cálculo permite realizar un seguimiento preciso y eficiente del 100% del rendimiento de su inversión.
Supongamos, por ejemplo, una inversión en acciones. El precio de las acciones por sí solo no da una imagen completa de cómo se está comportando esa acción. Al agregar otras métricas clave, como dividendos, repartos y ganancias de capital, se obtiene una imagen más completa del valor de la inversión en acciones. El rendimiento total de las acciones es una buena métrica para comparar el rendimiento de la inversión con otros activos de la misma categoría y esta comparación puede usarse para tomar mejores decisiones de inversión.
¿Cómo funciona el rendimiento total?
El rendimiento total es la tasa de rendimiento de la inversión de un solo activo (como una acción) o de un conjunto de activos (como un fondo) en un periodo definido. El rendimiento total tiene múltiples componentes que, calculados y sumados, comprenden el rendimiento total de una inversión. Veamos cuáles son esos componentes.
Interés. Es el porcentaje de un préstamo o depósito que debe devolverse al prestamista o titular de la cuenta. Desde el punto de vista inversor, el interés está presente por lo general en las inversiones en bonos, algunos fondos inmobiliarios y en los depósitos bancarios.
Plusvalía, o ganancia de capital, es la ganancia obtenida al poseer un activo, como una acción, un fondo, un inmueble o un artículo de colección como joyas o arte. De forma más general, puede definirse como el beneficio obtenido como resultado de una diferencia positiva entre el precio al que se compró un bien y el precio de su venta en una operación o transacción económica. A efectos fiscales, las ganancias de capital a corto plazo representan las ganancias obtenidas de las ventas de activos de los que el propietario ha sido titular durante un periodo de hasta un año. Las ganancias de capital a largo plazo son ganancias obtenidas por la propiedad de activos durante un año o más.
Dividendos. Un dividendo representa la parte de las ganancias de la compañía que distribuye a sus accionistas. Las empresas pueden hacer partícipe de esas ganancias a sus inversores a través de un pago de dividendos, que generalmente se paga en efectivo. Los pagos de dividendos son una de las fuentes favoritas de ingresos para una amplia gama de inversores, incluidos jubilados, inversores orientados a las rentas periódicas y muchos propietarios de fondos gestionados activamente y fondos cotizados en bolsa.
Repartos. Los repartos generalmente provienen de un fondo, un banco o cuenta de inversión, o de una sola emisión de acciones. Un reparto representa un pago de intereses, capital o dividendo por parte del emisor de la inversión.
Estructuralmente, el rendimiento total se deriva de dos clases principales de rendimientos de inversión:
Renta. Esto incluye los intereses pagados a partir de bonos y cuentas de depósito, junto con los repartos y los pagos de dividendos.
Coste de compra. Precio de mercado de un activo, como una acción o un fondo, que cambia con el tiempo.
Considerando los componentes anteriores, el rendimiento total se convierte en el valor financiero, expresado como un porcentaje, de una inversión de activos a lo largo del tiempo.
Por ejemplo, un retorno total de una inversión del 15% simplemente significa que el activo ha aumentado su valor en un 15% desde que fue comprado por el titular. Ese aumento de 15% del valor de los activos se puede expresar de muchas maneras, incluido el crecimiento del valor por el reparto de dividendos, los intereses pagados, la ganancia de capital obtenida o el reparto de activos.
Si tomamos una simple inversión en acciones, una acción que paga un rendimiento de dividendos del 3% respecto a su precio de compra, pero que también ha ganado un 7% por la variación de su cotización desde su compra, en un período de un año, genera un rendimiento total del 10% para el accionista.
Determinar el rendimiento total de una inversión realmente no es tan complicado.
1. Calcular el coste de la inversión
Debe utilizarse el precio original que se pagó por el activo de inversión. Por ejemplo, supongamos que se compraron 100 acciones de ABC a 10 euros por acción, lo que supone una inversión de 1.000 euros. Para llegar al retorno total de una inversión, deberá calcularse su precio actual. En el ejemplo anterior, la inversión en acciones de ABC generador un rendimiento de 20% y ahora su valor es de 1.200 euros.
2. Sumar cualquier otro ingreso obtenido a partir de la inversión
Como se señaló anteriormente, las ganancias de capital, los dividendos, los intereses y los repartos pueden aumentar el valor total de las acciones. Si las acciones de ABC pagaron un dividendo en efectivo del 1% por cada acción, han de sumarse 100 euros a su rendimiento total.
3. Calcule las ganancias de 1 año
Simplemente será necesario agregar el precio de su inversión a los ingresos adicionales generados por el activo. En el caso de las acciones de ABC, el cálculo sería el siguiente: 1.200 euros menos 1.000 euros (el precio original de la acción) más 100 euros (su dividendo del 1%) es igual a 300 euros.
4. Dividir los rendimientos anuales de su inversión por el precio que pagó por la inversión
Por la compra de las 1.000 acciones de ABC y el rendimiento total de 300 euros obtenido hasta la fecha, el cálculo sería: 300 euros dividido por 1.000, que es igual a .3 o 30%. Este sería el retorno total de la inversión, tanto en términos de valor en euros como en porcentaje de retorno total.
Básicamente, el rendimiento total significa tener en cuenta no solo la apreciación de la inversión, sino también incluir otros generadores de valor de los activos, como intereses de ganancias de capital y dividendos.
Al tener en cuenta el rendimiento total, se tiene una visión completa del valor real de la inversión, lo que facilita la creación de una cartera de inversión integral que equilibre la apreciación del capital con inversiones generadoras de ingresos. Un inversor puede así crear una cartera que sea capaz de ofrecer ‘lo mejor de ambos mundos’, con un buen equilibrio de revalorización y rendimiento total a largo plazo.