El foco de los inversores parece centrarse en las estrategias capaces de ofrecer ingresos en un entorno de tipos de interés. Pero, tras el fuerte rally vivido por los mercados el año pasado y las correcciones que siguieron a principios de 2014, no hay una clara dirección. Además, la volatilidad sigue en niveles elevados, lo que complica la labor de los gestores para obtener ganancias en un mercado sin tendencia. Por eso Ali Chabaane, responsable de construcción de portfolios en Pioneer Investments, defiende que la gestión de las pérdidas, o los drawdowns, resulta fundamental para ofrecer una rentabilidad sostenible.
“No se trata solo de generar rentabilidad, sino de generar una rentabilidad sostenible, de buena calidad, y con caídas limitadas. Una buena rentabilidad con pérdidas limitadas y descorrelacionada de los mercados. Solo así un mal momento será menos duro para los clientes”, explicaba en un reciente evento en Madrid.
Y es lo que viene haciendo su equipo desde que en 2006 Pioneer Investments empezó a implementar las herramientas para conseguir este objetivo, algo que vino muy bien con la llegada de la crisis de 2008 y puedo testarse entonces. “Fuimos muy afortunados por haber preparado esas técnicas antes, porque estábamos convencidos de que ésa era la forma de hacer bien las cosas”, afirma, a diferencia de otras entidades que implementaron sistemas como reacción a lo sucedido.
Pioneer comenzó con la implementación de equipos de construcción de carteras a la gestión de renta fija en el año 2006, que después fue extendiendo a la gestión de multiactivos, deuda emergente y deuda de alta rentabilidad y posteriormente a las estrategias de renta variable. Y es que Chabaane explica que “no hay una única forma de implementar esas técnicas, sino que los procesos se han de adaptar a las diferentes estrategias”.
Controlar el dolor
Pero, ¿cómo funcionan? El equipo liderado por Chabaane proporciona herramientas a analistas, gestores y encargados de controlar el riesgo, situando una dimensión de diversificación entre la función de gestor y de control de riesgos a nivel global en la gestora. En el proceso de gestión, su papel no se limita a ofrecer asesoramiento sino que participa totalmente en las decisiones de inversión. “Se trata de ayudar a los profesionales a entender mejor los riesgos y optimizar las rentabilidades”, explica, y reivindica su rol no solo como un refuerzo en la gestión de riesgos sino también en la generación de alfa. “Duele menos recuperarte de un punto de menor caída”, añade.
Para Chabaane, un marco adecuado de construcción de carteras debe descansar en cuatro puntos: un generador de rentabilidad bien articulado (con la definición de estrategias independientes, cada una de las cuales cuente con objetivos de rentabilidad y con su presupuesto de riesgo, y de forma que ninguna domine la cartera ni para lo bueno ni para lo malo); un proceso de asignación de riesgos, a través de la diversificación y el análisis de los riesgos; una gestión efectiva de las pérdidas, con herramientas para prevenirlas pero también para gestionarlas; y un marco promotor de la toma de riesgo y su asignación de forma oportunista, con un adecuado timing del riesgo y un ajuste en función de la evolución de los mercados. “Estar preparado para capitalizar un evento, pero sin tomar riesgo excesivo, y tener flexibilidad para reasignar de forma dinámica los presupuestos de riesgo ayuda a mejorar los resultados”, añade.
A la hora de gestionar carteras, su enfoque de mantener las ideas ganadoras y deshacerse a tiempo de las perdedoras también ayuda a la generación de alfa.