Hay un tipo de bonos que pueden proteger al inversor en etapas inflacionarias. En Estados Unidos, los bonos que ofrecen protección contra la inflación se conocen como Valores del Tesoro Protegidos contra la Inflación (TIPS por sus siglas en inglés). En otros países se les denomina bonos vinculados a la inflación o bonos ligados a la inflación. En cualquiera de los casos, el pago de cupón, o intereses, sobre este tipo de bonos aumenta con la inflación o disminuye con la deflación.
La mayoría de los bonos vinculados a la inflación son bonos emitidos por entidades soberanas. A diferencia de los bonos convencionales, sus cupones y reembolso final del principal están vinculados a la inflación, medida por el índice de precios de cada mercado. Esta vinculación ayuda a los inversores a cubrir el riesgo de inflación en sus carteras.
La inflación puede erosionar los rendimientos reales que aportan las inversiones, ya que el valor de un euro, una libra o un dólar estadounidense cambia con la tasa de inflación a lo largo del tiempo. La inflación no se puede observar directamente, sino que se estima utilizando índices de precios, basados en cestas subjetivas de bienes y servicios. Estas cestas evolucionan con el tiempo, a medida que cambian los productos en el mercado y los intereses de los consumidores.
Así, con una tasa de inflación continua del 2% durante dos años, 1 euro de ahora valdrá 1,04 euros dos años después. Al igual que con un bono ordinario, la inversión se realiza en el momento de la compra, ninguno de estos repuntes de la inflación se irá transfiriendo a nuestras inversiones. Esto significa que, debido a la inflación, con 1.000 euros solo se podrían comprar bienes y servicios por un importe de 961,17 euros. Cuanto mayor sea la tasa de inflación y mayor sea el horizonte de inversión, más erosionará la inflación su poder adquisitivo al vencimiento del bono.
Para cubrirse contra el riesgo de inflación, los inversores pueden comprar bonos vinculados a la inflación. Estos bonos tienen un cupón fijo, que suele ser más bajo que el de los bonos ordinarios comparables, pero se benefician adicionalmente de un ajuste del principal de los bonos de acuerdo con la medida de la inflación a lo largo de la vida de los bonos. Para los bonos emitidos por los miembros de la zona euro, la referencia suele ser el Índice de Precios de Consumo Armonizado (IPCA), excluyendo el tabaco. Para el Reino Unido se suele aplicar el Índice de Precios al por Menor (RPI) y para los Estados Unidos el Índice de Precios al Consumidor (IPC). Pero ¿qué significa esto?
Aplicado a la anterior inversión de 1.000 euros, se ajustará en función de la tasa de inflación a lo largo de la vida del bono. Si la inflación se mantiene en un tipo continuo del 2%, el principal valdrá 1.040,40 euros al vencimiento. Y esto será lo que los inversores reciban del emisor del bono, no solo los 1.000 euros invertidos. Además, el interés durante la vida útil del bono se calcula sobre el principal ajustado por la inflación, por lo que para un cupón del 1,5% la rentabilidad a dos años sería superior a los 30,00 euros de un bono tradicional con un cupón del 1,5%.
En caso de deflación, los intereses pagados por los bonos vinculados a la inflación se reducen en la cantidad de deflación, excepto en el caso de las emisiones australianas, donde los cupones están protegidos. Sin embargo, la mayoría de los emisores soberanos ofrecen protección del principal contra la deflación al vencimiento.
Invertir en bonos protegidos contra la inflación es similar a invertir en cualquier otro tipo de bono. Se dispone de tres opciones: adquirir directamente el bono, comprar un fondo de bonos vinculado a la inflación o un ETF, o fondo cotizado, que incluya este tipo de bonos en su cartera. Normalmente es necesario acudir al mercado secundario para adquirir este o cualquier otro tipo de bono, aunque en ocasiones existe la posibilidad de acudir directamente al emisor. Cuando se acude al mercado secundario, se está comprando a un inversor que había comprado anteriormente el bono en un momento.
Puesto que conocer las peculiaridades del mercado de renta fija no es tarea sencilla, a través de un fondo de inversión se puede añadir protección contra la inflación a una cartera comprando fondos que inviertan en este tipo de bonos. Fondos como AXA WORLD FUNDS-GLOBAL INFLATION BONDS y CREDIT SUISSE (LUX) GLOBAL INFLATION LINKED BOND incluyen en su cartera una mezcla diversa de bonos protegidos contra la inflación.
Los ETFs de bonos ligados a la inflación funcionan en gran medida igual que los fondos. Un gestor de ETFs controla la cesta de valores incluidos en su cartera y los inversores compran una participación de la exposición a esos valores.
Los principales inversores de los bonos ligados a la inflación son planes de pensiones y compañías aseguradoras, que tienen la necesidad estructural de invertir en activos que compensen la pérdida de su valor debido a la inflación. Para inversores que se muestren dudosos en cuanto a invertir en planes de pensiones, podría considerar la opción de invertir a largo plazo en fondos de inversión que incluyan en su cartera bonos ligados a la inflación, con un objetivo similar.