Con frecuencia los gestores y comercializadores de fondos de inversión se refieren al termino «asset allocation» o asignación de activos. Se trata de un término que hace referencia a la distribución de la inversión del capital en diferentes tipos de activos, como acciones, bonos o efectivo. Se trata de una decisión personal, ya que la asignación que mejor puede funcionar para un inversor puede no ser la más adecuada para otro, e incluso puede variar a lo largo de su vida, dependiendo del horizonte de inversión y de la capacidad para tolerar el riesgo de cada inversor.
El horizonte temporal es el número de meses, años o décadas que necesita invertir para lograr su objetivo financiero. Si se dispone de un horizonte temporal más largo, es posible sentirse cómodos incluso asumiendo inversiones más arriesgadas o volátiles. Pero cuando el horizonte de tiempo es más corto, es preferible asumir menos riesgo.
La tolerancia al riesgo es la capacidad y disposición para perder parte o la totalidad de la inversión original a cambio de rendimientos potencialmente mayores.
Por otro lado, la práctica de distribuir el capital entre diferentes inversiones, para reducir el riesgo, se conoce como diversificación. La diversificación es una estrategia que se puede resumir perfectamente en la frase «no poner todos los huevos en la misma cesta».
Una forma de diversificar es distribuir el capital a invertir entre diferentes tipos de activos. Históricamente, las cotizaciones de acciones, bonos y efectivo no han fluctuado al mismo tiempo. Los factores que pueden hacer que una clase de activos funcione mal pueden mejorar los rendimientos de otra clase de activos. La inversión en varias clases de activos se hace con la esperanza de que, si uno estuviera generando pérdidas, los otros podrían compensar esas pérdidas.
Un grado más de diversificación sería distribuir el capital a invertir dentro de cada clase de activo. Eso significa tener en cartera una serie de acciones o bonos diferentes, e invertir en diferentes sectores industriales, como bienes de consumo, cuidado de la salud y tecnología. De esta manera, si un sector lo está haciendo mal, puede compensarlo con sus participaciones en sectores que lo estén haciendo bien.
A algunos inversores les resulta más fácil diversificar a través de fondos de inversión, ya que un fondo actúa como una empresa que agrupa el capital de muchos inversores e invierte el dinero en acciones, bonos y otros productos financieros. Una de las bondades de los fondos es que facilitan a los inversores poseer una pequeña porción de muchas inversiones. Un fondo indexado, por ejemplo, posee acciones en varias empresas, proporcionando un alto grado de diversificación con una sola inversión.
Un fondo de inversión no necesariamente proporcionará diversificación, especialmente si se centra en un solo sector industrial. Si invierte en fondos con un enfoque sectorial o concentrado, puede que tenga que invertir en varios para diversificar. A medida que agregue más inversiones a su cartera, es probable que pague comisiones y otros gastos adicionales, lo que reducirá sus rendimientos de inversión. Por lo tanto, ha de tenerse en cuenta estos costes a la hora de decidir la mejor manera de diversificar su cartera.
Por otra parte, el mercado varía y su situación personal también, por lo que será necesario reajustar la cartera periódicamente. El reajuste es lo que hacen los inversores para devolver su cartera a su combinación original de asignación de activos. Se necesita reajustarla porque, con el tiempo, algunas inversiones pueden crecer más rápido que otras, lo que puede desalinear la distribución de activos en sus participaciones con su objetivo de inversión. Al reajustar, se asegurará de que su cartera no tenga sobrepeso en una categoría de activos en particular y devolverá su cartera al nivel de riesgo cómodo para usted.
Por ejemplo, puede comenzar con el 60% de su cartera invertida en acciones, pero que ese porcentaje se eleve hasta al 80% debido a las ganancias del mercado. Para restablecer la combinación original de asignación de activos, tendrá que vender algunas de sus acciones o invertir en otras categorías de activos.
Tres maneras de reajustar la cartera.
1. Puede vender parte del tipo de activo en que sus participaciones estén sobreponderadas y utilizar los beneficios obtenidos para comprar activos de categorías infraponderadas.
2. Otra opción es adquirir participaciones de categorías de activos infraponderados.
3. Alternativamente, puede modificar la distribución de activos en su cartera para que progresivamente se destine un mayor volumen a categorías de activos infraponderados, hasta que su cartera vuelva a estar correctamente ajustada.
Antes de reequilibrar, o reajustar, su cartera, debe considerar si el método de reequilibrio que decide usar implicaría mayores costes por comisiones de transacción o un incremento fiscal. Su asesor financiero o fiscal puede ayudarle a identificar la manera de minimizar esos costes potenciales.
Algunos expertos financieros aconsejan reajustar la cartera a intervalos regulares, por ejemplo, cada seis o doce meses. Otros recomiendan reequilibrar cuando las participaciones de una clase de activos aumentan o disminuyen más que un determinado porcentaje preestablecido. En cualquier caso, el reajuste tiende a funcionar mejor cuando se hace de forma relativamente infrecuente.
Cambiar el dinero de una clase de activos cuando lo está haciendo bien a favor de una categoría de activos que lo está haciendo mal, puede resultar difícil, pero puede ser un movimiento prudente. Además, al reducir el número de «ganadores» y agregar más «perdedores», el reajuste le obliga a comprar barato y vender caro.