Cambiar nuestro perfil del ahorro a la inversión. Es el gran cambio al que tenemos que enfrentarnos para gestionar con éxito nuestras finanzas en el actual contexto de tipos de interés al 0%. En opinión de David Cano Martínez, socio de AFI y director general de AFI Inversores Globales SGIIC, tanto España como Europa necesitan experimentar esta reforma estructural y mover el ahorro hacia activos financieros en los que actualmente solo está el 29% de nuestra riqueza financiera.
Cano añade, además, que el poco patrimonio invertido en activos financieros está mal distribuido, ya que el 40% está en depósitos bancarios. “Todo ahorro que no asuma riesgos está condenado a tener bajas rentabilidades”, ha señalado.
Los tres riesgos de los inversores
El ahorrador que se disponga a dar este paso tan necesario y convertirse en inversor, tendrá que enfrentarse a tres riesgos si quiere conseguir rentabilidad. El primero es la liquidez, es decir, tener dinero disponible cuando lo necesito; el segundo, el crédito o la posibilidad de perder dinero por riesgo de quiebra del prestatario y el tercero, la volatilidad. “Hasta ahora esos tres factores de riesgo los asumían los bancos que son el principal intermediario financiero.
En Europa el 80% del dinero está canalizado a través de los bancos, mientras que en EE.UU. solo es el 20%”. En opinión de Cano, Europa tiene que experimentar una reforma estructural y adoptar un sistema más parecido al de EE.UU. en el que los riesgos los asuman los ahorradores al invertir su dinero en el mercado de capitales. “Básicamente un banco se financia a largo plazo y presta a corto, con lo que asume riesgo de liquidez, de mercado y, sobre todo, de crédito. Hasta ahora el modelo no había fallado, pero con la última crisis ha quedado claro que hay un problema en el diseño del sistema”, ha explicado Cano. “A los bancos se les sigue pidiendo que asuman riesgos, pero que, en caso de que se materialicen, no los puedan asumir los ahorradores en forma de pérdidas en sus depósitos. Este modelo está condenado a transformarse o a reducirse ya que alguien tiene que asumir ese riesgo”, añade.
Según el experto, seremos los propios inversores los que acudiremos al mercado de capitales para comprar bonos o acciones que han emitido las empresas para financiarse. “Las familias asumirán entonces los tres riesgos”, añade el experto. Eso sí, para que este cambio se pueda dar, antes será imprescindible desarrollar nuestro mercado de capitales ya que el de Estados Unidos es seis veces mayor que el de Europa; desarrollar los servicios de banca de inversión, que ayuden a las empresas a emitir bonos y acciones; fomentar el asesoramiento para que las familias sepan cómo dar este paso de convertirse en inversores e impulsar la educación financiera para que la reforma triunfe.
¿Cómo gestionamos nuestras finanzas en un contexto de tipos a 0%?
Sin embargo, nos encontramos en un entorno complicado donde la inflación va a seguir baja y los tipos de interés seguirán en negativo. En este escenario, si solo tenemos liquidez y no asumimos riesgos vamos a perder dinero. «Tenemos que educar a la población en un nuevo perfil de riesgo ya que, por ejemplo, para ganar un 2%, necesitamos tener una cartera con un peso en renta variable del 30% y eso significa que podemos llegar a perder hasta el 20% en momentos malos. Seguramente con el tiempo se recuperará, pero tendremos que esperar años. No debemos asustarnos, tenemos que aprender que va a haber turbulencias y debemos aprender a controlar nuestras emociones”.
En este escenario, el experto de Afi ha recomendado invertir nuestros ahorros en una cartera global correctamente diversificada, la cual “nunca mostrará la mejor evolución, pero tampoco la peor”.
Asimismo, Cano ha advertido que a la hora de invertir no debemos caer en el sesgo de disponibilidad, es decir, invertir solo en los que conocemos porque creemos que va a ser mejor. “España y Europa están sobrerepresentadas en nuestras carteras. No puedo estar fuera de grandes países como EE.UU. o China, ni tampoco al margen de las megatendencias, que son los motores de crecimiento de la economía mundial. Tenemos que adaptar nuestra cartera a la realidad”, concluye.