Aunque no existe una única respuesta correcta, hay preguntas que debería plantearse antes de comenzar a invertir. En primer lugar, debe preguntarse si desea hacerlo todo usted mismo o prefiere contar con la ayuda de un profesional.
Invertir uno mismo puede suponer un ahorro de costes, pero también requerir mucho tiempo. Además, cabe la posibilidad de que no tenga los conocimientos necesarios para hacerlo de forma adecuada.
Un asesor financiero, por ejemplo, puede ayudarle a elegir las inversiones que mejor se adapten a usted así como desarrollar un plan adecuado a largo plazo. Sin embargo, este servicio conlleva unos honorarios.
La segunda pregunta que debe hacerse es si quiere ser el titular de los activos en los que invierte o preferiría recurrir a vehículos como los fondos de inversión que aglutinan el capital de los inversores para comprar y vender activos.
Mantener la titularidad directa implica ser totalmente responsable del activo, decidir cuando comprar y cuando vender.
Al invertir en un fondo, el gestor del mismo es el responsable de los activos en los que invierte, además de encargarse, en última instancia, de todas las decisiones.
Antes de comenzar a invertir, es recomendable plantearse todas las opciones disponibles y mantener una conversación inicial con un asesor financiero. Muchos le plantearán la posibilidad de mantener una reunión introductoria sin compromiso para abordar sus circunstancias y objetivos.